𝙲𝚊𝚙 𝚘𝚌𝚑𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚌𝚞𝚊𝚝𝚛𝚘

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Dixie llegó tarde a clases ese jueves porque el fin de semana era el cumpleaños de Avani y tuvo que ir personalmente a pedir el obsequio que quería darle a su mejor amiga, sin embargo, la sorpresa que se llevó cuando volvió para la clase de filosofía con la profesora Lane no fue del todo agradable.

Junto con la clase de alemán, filosofía era de las pocas asignaturas que compartía con sus dos amigas y Addison, y cuando vio que había una chica estúpidamente atractiva sentada en su lugar, justo al lado de su novia y llamando la atención de todos los malditos estudiantes en el aula, Dixie tuvo problemas para frenar su disgusto, pero en lugar de gritar de celos -sí, celos, muchos celos- y frustración como quería, se limitó a apretar los puños con fuerza y se dirigió con los hombros tensos hacia su pupitre. Apenas se colocó frente a su lugar, sus amigas, su novia y la intrusa la miraron.

La tipa nueva tenía el cabello brillantemente rubio y ligeramente ondulado en las puntas, tan perfectamente cuidado y peinado que daba la impresión de que estaba lista para filmar un comercial de algún producto para el cabello a cualquier hora del día, y sus iris eran de un intenso azul cobalto, honestamente el azul más oscuro que Dixie había visto jamás, poseía un perfil envidiable y una nariz tan perfectamente hermosa que parecía que había sido hecha en un quirófano y por las manos más hábiles de algún cirujano plástico. Además, sus labios eran muy bonitos, pero parecía estoica y hasta antisocial, lo que era extraño, pero también era dolorosamente obvio que la chica sabía que era hermosa en todo el sentido de la palabra.

La pelinegra casi la detestó al instante.

—Oh, hola, Pix —Addison se puso de pie rápidamente y se acercó para besar los labios de su novia, sin embargo, aunque Dixie fue plenamente consciente del contacto cariñoso de sus bocas, no pudo alejar su mirada de la tipa antipática—. Llegaste tarde.

—Tuve que resolver un asunto —respondió la pelinegra en un tono plano aún sin romper el contacto visual con la rubia, misma que no se dejó intimidar y también miró directamente los ojos de Dixie, por lo que esta le habló directamente—. No te había visto antes.

—No estoy tan segura de eso —respondió la intrusa en tono cortante.

—Dixie, ella es Yamilka Sergeevna Volkova —Avani sonrió hacia la mencionada y Charli también, como si estuviera emocionada por algo—. Ella es...

—La exnovia de Addison —Yamilka interrumpió a la chica, y aunque no sonrió, un brillo malicioso inundó su mirada.

La chica ucraniana se sonrojó profundamente y balbuceó con torpeza mientras Avani y Charli hacían un sonido de abucheo.

Los puños de Dixie se apretaron con más fuerza y una pequeña pero insistente voz en su mente le dijo que le diera un puñetazo para arruinar su rostro tan bonito y perfectamente cuidado.

Estúpida ex de Addison.

—Dixie Jane D'amelio, la novia de Addison —ofreció la pelinegra como respuesta, y Yamilka alzó una ceja con curiosidad.

—Campeona estatal de UFC en Rusia —comentó la recién llegada con los brazos cruzados a la altura del pecho.

Dixie tragó saliva forzosamente y agradeció a su autocontrol limitado por no permitirle lanzar un puñetazo. Solo el cielo sabía dónde habría terminado esa hazaña tan estúpida.

—Campeona nacional de ajedrez en... bueno, Estados Unidos —murmuró la pelinegra, y luego añadió—: Hija de la directora de D'amelio High y el CEO y socio mayoritario de D'amelio Corp, seguro has escuchado ese nombre antes.

Avani, Charli y Addison -junto con algunos otros estudiantes- estaban viendo el intercambio de palabras con los ojos amplios y los nervios de punta porque Dixie D'amelio nunca entraba en ese tipo de discusiones. Se acercaba el fin del mundo.

Yamilka volvió a alzar una ceja y elevó la barbilla antes de decir:

—Encantador. Mi padre es el primer ministro de Rusia.

La pelinegra frunció el entrecejo al no saber qué más decir y miró alrededor del aula de forma distraída hasta que sus ojos cayeron en la silueta de su novia, lo que la hizo sonreír de forma irónica antes de volver a hablar.

—Soy la novia de Addison.

Yamilka elevó la comisura derecha de sus labios en una sonrisa casi imperceptible y se puso de pie con movimientos elegantes hasta que quedó unos centímetros por encima de Dixie. La tipa rusa era tal vez un par de centímetros más alta que Avani y honestamente, su expresión ilegible y su aura apática resultaba inquietante y daba algo de miedo.

—Nunca fui novia de Addison, no es mi tipo en lo absoluto —murmuró la chica rusa antes de extender su mano para un apretón—. Soy Yamilka Volkova, modelo de Beauty Dublin, y estoy en D'amelio High para instruir a los alumnos y alumnas que van a participar en la pasarela de beneficencia del final del ciclo escolar. La familia Rae me contrató.

De repente toda la belleza y la confianza de Yamilka tuvo sentido, porque claro, era una modelo.

La pelinegra tomó la mano que le era ofrecida y la estrechó con firmeza, por lo que la rubia le dedicó otra sonrisa tenue.

—Es un gusto conocerte —la rubia miró detenidamente el rostro de Dixie antes de añadir—: Me encantan tus ojos, son los más hermosos que he visto alguna vez.

Las mejillas de la pelinegra se sonrojaron por el cumplido y el extraño giro en la trama, pero antes de que pudiera agradecerle a Yamilka por el elogio, Addison apartó las manos de las dos chicas con un manotazo y colocó una de sus manos alrededor de la cintura de su novia en un gesto posesivo.

—Largo, Volkova —masculló la chica ucraniana en un tono de advertencia—. Esta hermosa chica tiene novia y soy yo.

—Uhm —Yamilka se encogió de hombros y expresó—: no soy celosa —antes de caminar a la salida del aula.

—Malditos rusos —espetó Addison con el entrecejo fruncido.

"𝚂𝚝𝚘𝚕𝚎𝚗 𝚔𝚒𝚜𝚜𝚎𝚜"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora