Dixie no tenía un motivo real para dudar que lo que su mejor amiga le dijo con respecto a Charli y la profesora Waldfogel, pero su ojo de loca en serio estaba haciendo de las suyas y la pelinegra estaba casi segura de que Avani le estaba ocultando algo.Naturalmente, como la excelente amiga que era, haría todo lo posible para atraparla con el culo al aire y decirle a Charli para luego romperle la boca por mentirosa e infiel.
Obviamente, lo de atraparla con el culo al aire estaba dicho en forma de metáfora, porque a Dixie no le interesaba mucho ver el trasero desnudo de su mejor amiga a pesar de que dicha mejor amiga le había visto hasta la fecha de nacimiento cuando la ayudó con la depilación y... tenía que dejar de desviarse.
¡El honor de Charli estaba en juego! Y si bien la corredora no era el mejor ejemplo de una amistad saludable -dadas sus tendencias a hacer bromas pesadas y burlarse durante semanas por el más mínimo error cometido-, Dixie no pensaba permitir que Avani le viera la cara de estúpida.
—¿Qué tanto estás haciendo? —Cuestionó la pelinegra durante una hora libre, donde la corredora no había dejado su teléfono ni un momento—. Tu hamburguesa está más fría que yo viendo porno hetero.
—Estoy tratando de elegir entre dos fotos. No puedo decidir en cuál me veo mejor —respondió Charli sin inmutarse—. ¿Tú qué opinas?
Dixie miró la pantalla cuando su amiga se la mostró porque obviamente quería ayudar, pero no esperó que ante sus ojos aparecieran dos fotos de Charli vistiendo lencería en poses sugerentes -muy lindas, honestamente-, lo que hizo que la pelinegra apartara la mirada rápidamente con las mejillas sonrojadas.
—¡¿Qué demonios?! —Chilló Dixie—. ¿Acaso estás enviándole fotos en ropa interior a Avani mientras conversamos?
—¿Avani? Avani qué —la castaña rodó los ojos y siguió viendo sus fotos—. Avani me ha visto desnuda y en cada posición imaginable, Dixie, ¿por qué le enviaría fotos en lencería si directamente le puedo enviar una foto de mi coñ...
Dixie lanzó su servilleta al rostro de Charli para que se callara, y esta solo se burló antes de finalmente seleccionar las dos fotos y enviarlas, por lo que un segundo después bloqueó su teléfono y lo colocó sobre la mesa.
—No me interesa saber qué tipo de fotos le envías a la descarada —la pelinegra resopló—. Sé que ustedes son unas pervertidas de lo peor, pero no necesito detalles.
—Solo estás celosa porque la pequeña ucraniana difícilmente te folla —devolvió la corredora mientras masticaba una de sus papas fritas—. Un desperdicio, si me lo preguntas. Demonios, D'amelio, tienes que sacarle provecho al rendimiento de una deportista. ¿Qué pasa contigo?
Dixie se aclaró la garganta torpemente porque sí tenía algo de celos de la vida sexual muy activa de sus mejores amigas en comparación de la suya con Addison, pero Charli era Charli e iba a burlarse de ella durante meses si le decía cómo se sentía en realidad respecto a su falta de sexo con su novia, por lo que decidió cambiar de tema.
—Nunca vas a adivinar lo que hizo la imbécil de tu novia el otro día.
—¿Darle gay panics a todos en D'amelio High? —Se aventuró la corredora antes de tomar otra de sus papas—. Eso lo hace todos los días.
—No. Me dio un susto de muerte cuando estaba eh... montando la mano de Addison en la biblioteca —admitió en un tono bajo—. Me llamó por mi nombre completo y dijo que pensó que me había criado mejor. ¡Pensé que mi madre nos había encontrado! ¿Te imaginas el trauma que nos habría creado ese suceso?
Charli resopló una risa y señaló con la mirada hacia detrás de la pelinegra, por lo que Dixie volteó de inmediato para ver a qué se refería su amiga.
Addison y Avani ingresaron a la cafetería desierta con portes altivos y expresiones orgullosas, pero la mente de Dixie descartó su interés en la chica y en su lugar, su atención se centró por completo en el andar de Diosa ucraniana de su novia.
Cuando la chica ucraniana llegó a la mesa y tomó su lugar al lado de la pelinegra, se apresuró a robar algunas papas fritas del plato de Charli, pero la corredora no le prestó atención por estar ensimismada en la silueta perfectamente perfecta de su increíble novia.
—Hola, amor —murmuró la rubia antes de inclinarse hacia el rostro de Dixie y besarla con cuidado—. Estaba pensando que hoy podríamos hacer una pijamada.
—She do that thing she usually do —empezó Avani en tono burlón.
—Spell my name with her tongue like... —Charli se interrumpió a sí misma cuando la pelinegra le dedicó una mirada furiosa—. Qué aburrida.
—¿Me estoy perdiendo de algo? —Addison frunció el entrecejo con confusión y miró a las otras tres chicas sin comprender—. ¿Por qué siempre siento que me ocultan algo?
—Solo son unas idiotas —ofreció Dixie como toda respuesta—. Y me encantaría hacer una pijamada contigo. Llevaré lencería ¡mercería! Era mercería. Eh... para remendar camisetas y eso. Uhm, porque eso se hace en las pijamas y... sí.
—De hecho, Charli y yo no hacemos eso en nuestras pijamadas —la chica frunció el entrecejo—. Nosotras...
—Cállate, Avani, nadie te preguntó.
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"𝚂𝚝𝚘𝚕𝚎𝚗 𝚔𝚒𝚜𝚜𝚎𝚜"
Fiksi PenggemarDonde Addison tiene un crush enorme en Dixie D'amelio, la presidenta del Club de Ajedrez, y busca formas ingeniosas de robarle besos cada vez que se topa con ella. ¡Atención! Capítulos extremadamente cortos. Esta es una adaptación, todos los crédit...