𝙲𝚊𝚙 𝚟𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚜é𝚒𝚜

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Dixie echó un rápido vistazo alrededor del patio en busca de la cabellera rubia de Ava porque necesitaba encontrarla y consultar con ella algunas cosas referentes al plan que le prometió orquestar. Se habían puesto de acuerdo el viernes anterior y Ava le pidió que la buscara el lunes a primera hora porque entonces tendría cada uno de los pasos para la venganza en contra de la tal Addison Rae -en palabras de Ava-.

Definitivamente una estratega atrapada en el cuerpo de una chica de dieciocho años.

—Sharpe —llamó la pelinegra con una sonrisa al encontrarla sentada de forma desgarbada en una de las bancas. Sara estaba a su lado—. Eh... hola, Lance.

La capitana del equipo de lucha le dedicó a Dixie un entrecejo fruncido y seguidamente se giró para ver a su novia y dejar un beso breve y delicado en sus labios.

—Te veo después, Sharpie, ¿sí? Debo buscar a la entrenadora.

—Oh, de acuerdo —Ava asintió con una mueca de confusión y una vez que Sara se perdió dentro del instituto, se giró hacia Dixie—. Tienes tres segundos para decirme por qué actuó de esa forma.

—¿Qué? —La pelinegra balbuceó con torpeza y alzó las manos en una muestra de inocencia y rendición, aunque el momento en que abofeteó a Sara se reprodujo en su mente—. Es tu novia, ¿no eres tú quien debería saberlo? Solo vine por el asunto de la ladrona de besos.

—Ah, es verdad —murmuró la rubia al tiempo que abría su bolso y tomaba un folder azul—. Aquí está todo lo plan, los pasos a seguir enumerados de forma hermética y también los horarios usuales en que llega y se va del instituto. Es lo más confiable que pude conseguir.

Dixie entreabrió la boca, sorprendida, y parpadeó un par de veces antes de tomar el folder con los dedos temblorosos. Luego de eso, Ava extendió la mano derecha con la palma hacia arriba y elevó una ceja. La pelinegra dejó salir un suspiro y se quitó el brazalete de diseño exclusivo de Tiffany's para ponerlo en la palma de la rubia, quien le sonrió, se puso de pie y se alejó del lugar luego de guiñarle un ojo.

Dixie le dio una rápida ojeada al plan y decidió ponerlo en marcha al día siguiente, ya que ese lunes tenía una cuenta por cobrar sí o sí.

Iba a dirigirse al interior del instituto cuando vio que Addison bajaba de un auto, la mujer que lo conducía le dijo adiós con una mano y luego se marchó. La rubia llevaba puestos los audífonos y tenía su móvil en las manos, y como si fuera cosa del destino, Avani estaba bajando del auto de su madre.

Cuando Avani alzó la mirada vio inmediatamente a Dixie, quien señaló en dirección a Addison con la mirada, sin embargo, Avani negó con la cabeza. La pelinegra frunció el entrecejo y volvió a señalar en dirección a la rubia, pero Avani volvió a negar. Con la mandíbula tensa y viendo que Addison estaba alejándose hasta casi ingresar al instituto, Dixie tomó un mechón de su propio cabello y articuló "teñido" con los labios. La chica hizo una mueca y maldijo entre dientes antes de echarse a correr en dirección a la rubia.

Dixie estaba acercándose hacia el lugar cuando el atlético cuerpo de Avani colisionó contra el atlético cuerpo de Addison, quien dejó salir un jadeo brusco a causa del golpe repentino y soltó su móvil, la rubia y la chica rodaron por el césped a causa del golpe y algunos estudiantes miraron en su dirección con muecas de dolor y entrecejos fruncidos.

Addison y Avani estaban tiradas de espaldas y se quejaban, pero la pelinegra se arrodilló al costado de la rubia y se inclinó para dejar un beso en los labios de su ex ladrona de besos, quien sonrió a pesar del malestar en su cuerpo.

Apenas Dixie estuvo de pie de nueva cuenta y se acercó para ayudar a su amiga a levantarse, la voz de su madre rompió el silencio sepulcral que se había extendido por el patio delantero.

—Gregg, D'amelio y Rae, a mi oficina. Ahora.

Las tres chicas dejaron salir un "mierda" al unísono.

"𝚂𝚝𝚘𝚕𝚎𝚗 𝚔𝚒𝚜𝚜𝚎𝚜"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora