Lo que ves

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La mitad de mi vida eran borrones
la otra mitad, sangre.

Pero yo jamás habría visto
ni la mitad de cadaveres de lo que ese chico creó en menos años que yo.

✎⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝

Al final, el equipo de Baki viajaría con nosotros, y aunque no teníamos ningún jounin, él se encargaría de que no nos metieramos en problemas.

¿Porqué?, no lo sabía, y poco me importaba mientras pudiese hacer los exámenes chunnin.

Dejé el pincel a un lado, intentando recordar bien antes de hacer cualquier otro trazo, estiré mi mano hasta la montaña de ropa a mi izquierda, la mayoría solo era ropa casual que usaba en mis días libres, abrigos más que nada, el frío era algo a lo que aún no me acostumbraba.

Tomé una camiseta, y la doblé, con cuidado de no pasarla encima del pergamino.

-¿No es muy temprano?- resonó en mi espalda la voz de Yuki, tenía mi mochila en su hombro, la dejó en el pasillo, haciendo bulto- ¿Que recordaste ahora?.

Siempre interesado en hablar sobre las pequeñas cosas que veía en mis sueños, que pintaba, porque era más fácil recordarlas luego así.

>>Espero no haber llegado muy temprano.

Sonreí, negándo.

-Solo fue el incendio... pero esta vez estaba en una habitación, y escuché fuera la voz de alguien- así que le dejé ver ese dibujo, todo caos entre pintura naranja, el resto, una puerta, apenas visible, y una silueta, con ojos enormes- Alguien gritaba que corriera... me decía Ryu... como el dragón.

Aunque no sabía si era yo a quien llamaban en realidad, pero había decidido pintarlo, Ryu no parecía familiarizarse conmigo, ni como mi propio nombre, ni como un apodo.

Me levanté de hombros acomodando la camiseta negra en la pila de ropa doblada, el sol aún no salía, y es que, en realidad, jamás lograba dormir toda la noche, por eso mismo terminaba haciendo cosas como esas, doblar ropa.

Cocinar para el día siguiente, trapear el piso, romper uno que otro jarrón barato, porque mis arranques de ira siempre terminaban con un jarrón roto.

-Bueno- comentó sentándose frente a mí, había poco espacio gracias a las diferentes montañas en las que separaba mis prendas- Encontré lo que me pediste, en otro tema.

Levanté la cabeza rápidamente.

-Vale, léelo- pedí volviendo mi mano al pincel, notando por primera vez que había manchado una de las camisetas con la pintura naranja.

Enojada conmigo misma, la lancé de regreso a la pequeña cesta con ropa sucia.

Yuki abrió frente a mí una carpeta.

>>¿Cuántos competidores tenemos hasta ahora?.

Me mostró la primera hoja.

-Por ahora, Cientocuarenta y cuatro, treinta de Sunagakure- comenzó a contar, indicando con su índice cada aldea, en el pequeño mapa dibujado a mano- Sesenta y seis de Konoha.

-¿Solo veintidós equipos?- pregunté sorprendida.

-Escuché que van a inscribir a gennins recién graduados- luego, volteó la hoja, mostrándome a un equipo en específico, me pregunté de dónde se había robado esa información, si Baki se enteraba, bueno, podría matarlos por ello- Ellos son los más llamativos según mi madre... Él es un especialista.

No eres un heroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora