Ella era una mujer imponente
siempre lo había sido
por eso decidí verla primeroY le rogué por discreción
ella aceptó, todo a cambio de
la información que Kabuto me propició.✎⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝
Bajó el torso, agradecida.
La rubia sonrió.
-Cuentame, ¿este secreto se debe a algo en especial?- bajó del mesón una carpeta, complacida de verla y de, al parecer, saber que le debía un favor solo por mantener en secreto su reciente comunicación con ella.
Negó.
-Estoy buscándome... No puedo tener a Suna en mis talones- aseguró, además, con el reciente contacto con Kabuto, en pequeñas notas entregadas por serpientes, no podía arriesgarse a exponer a nadie más- E intento investigar algo por mi cuenta pero no puedo hacerlo si tengo a alguien en mis hombros.
Tsunade asintió, la menor extendió la carpeta azul para mostrarle el papel médico que tanto importaba, eran un par.
Los revisó de inmediato.
-Estos son papeles sobre tu madre, un par de exámenes comunes... Nada que pueda ser de interés- comentó con sencillez, removiendo los papeles, leyendo entre lineas- Ninguna alergia o intolerancia, problemas cardiacos, pero nada grave.
Sus ojos concentrados entre la letra extrañamente ordenada para ser de un médico,
>>Realmente nada relevante...
Levantó la vista para encontrar los aliviados ojos llorosos de una adolescente, apenas ahí, Tsunade comprendió que, aunque tal vez para ella no parecía nada importante, para Amaya era un mundo de conocimiento que no había tenido antes, que se abría a ella por primera vez.
Sonrió enternecida.
>>Tendré que revisar tu corazón, puede que tengas lo mismo.
-Da igual... Muchas gracias, mi señora.
Se inclinó una vez más, antes de limpiar sus ojos y estirarle el papel que Kabuto le había dado.
Al tiempo, abría un mapa sobre el mesón, un mapa del continente, con ya varias marcas echas con lapiz.
La Hokage abrió la carta pequeña, encntrando una serie de números que parecían no tener sentido, sin embargo, su lógica, al sumar el mapa en la ecuación, fue una reacción inmediata.
-¿Cordenadas?- preguntó.
-Es algo que Rasa nos enseñó a mi y a Nomi personalmente... Dijo que si no eramos capaces de entregarnos información codificada- también les había enseñado a parafrasear con tonterías en un interrogatorio, había sido una tortura de meses, tocó su hombro con cuidado, casi inconscientemente- En fin... Estoy casi segura de que se encuentra aquí.
En el agua, donde no parecía haber nada.
Apuntó con seguridad.
-¿El consejo te dio esta información?.
Negó rapidamente.
-Sunagakure no sabe que estoy aquí ahora mismo- informó- Se que somos aliados pero no puedo volver aún... Necesito más tiempo para.
Su voz tembló por un segundo y los tartamudeos que creyó haber perdido en su niñez volvieron por un segundo.
>>Ne... Necesito, solo para- ruidos ininteligibles se apropiaron del salón por unos segundos- Yo no.
Soltó todo el aire que tenía en sus pulmones.
>>No puedo todavía.
-Aprecio esto... Amaya- la rubia guardó el papel en su cajón, para volver sus ojos al mapa, la nombrada comenzó a guardarlo de inmediato- Lo enviaré a Sunagakure para que compartan esta información y decidan que harán con ella... ¿Donde te estas hospedando?.
La menor sonrió apenas.
-En Takigakure... Con... Familia.
Tsunade, sorprendida, sonrió, golpeando la mesa con su puño libre.
-Eso es fascinante, ¡Hay que celebrar con un buen sake!- se levantó al instante, empujando por los hombros a la menor, para salir de la oficina.
Amaya supo al instante que estaba buscando una excusa para escapar de la oficina, cedió.
Porque era una buena razón para no ponerse a llorar.
En el pasillo, se encontraron con Sakura, quien, al verla, se abalanzó sobre Amaya con un abrazo fuerte.
Fue un susurro, pero dolió como un golpe de realidad que no quería enfrentar.
-Lamento lo de tu amigo- apretó su cadera, alargando el abrazo en un intento por contener sus lagrimas antes de separarse.
Sakura era una chica de corazón noble y aunque le parecía inmadura o muy fragil a veces, era directa, honesta.
Olía a shampoo, y a un jabón dulce, la de cabello blanco cerró los ojos dejándose hacer por unos instantes.
Para cuando se separaron, Lady Tsunade ya no estaba con ellas.
>>¿Estas en una misión?
Asintió.
-¿La Hokage no te saluda?.
Una pequeña risa escapó de los labios de Sakura.
-Supongo que hoy no quería entrenarme- su pequeña risa se pegó a la mayor, recordó la pequeña riña que había tenido con su mejor amigo por ella.
Al final.
Resulta que Sakura no era la Nomi de alguien más.
Al final, Sakura era un poco de Yuki y Yuki era un poco de Sakura también.
Su sonrisa se deformó, y se dejó caer sobre el cuerpo de la pelirosa, debastada.
-Perdoname.
Konoha, 260 días antes
de dar la cara.
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No eres un heroe
FanfictionVivir sin recuerdos es un arte, recuperarlos, caótico. Amaya encontró algo mucho más caótico que sus recuerdos, encontró a un chico que se temía a sí mismo.