Atrapada

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Encontrar a una espía
debería ser difícil.

Entrar, tomar lo necesario, salir.

Siempre fue facil.

No se porque fallé.

✎⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝

-¿Ya te vas?- preguntó la rubia, apoyada en la entrada, parecía haberse enterado de todo, asentí con tranquilidad, dejándole abotonar la chaqueta que Gaara me había dejado.

-Intentaremos volver en dos semanas máximo- informé, sosteniendo el arco con fuerza, me asustaba, no iba a mentirme para sentirme mejor con lo que hacía- No le digas nada... Con lo idiota que es puede que nos siga.

-Yo lo cuido... Sé que no lo parece, pero me preocupo por mis hermanos.

Sonreí compasiva, lo sabía, lo comprendía muy bien, un sentimiento así de cálido, paternal y familiar, solo podía crecer con el paso del tiempo, mucho más, luego de afianzar sus lazos como hermanos.

>>Y a él le importas.

Me sonrojé, inevitablemente, seguro que pasó bastante tiempo desde la última vez que yo le había importado a alguien, no estaba acostumbrada al sentimiento.

-No somos amigas, Temari, pero no odio admitir, que respeto cada orden que me das- aseguré, alisando su vestido con mis manos, supuse, que era la forma en que nos mostrabamos respeto mutuo.

-Entonces esto es una orden.

Apretó mis hombros, pude ver a lo lejos, junto a Kankuro, al pelirrojo, Novios, aún sonaba hilarante en mi cabeza, pero quizá, amigos, se volvía cada vez más cálido.

>>Vuelve

✎⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝

-¿Deberíamos estar cerca no?.

Preguntó Yuki en un susurro, haciendo que nos detuvieramos al instante, reagrupandonos en un pequeño círculo.

Indiqué con mi mano derecha que Nomi armara al pequeño pajaro, mientras yo mantenía un ojo en la zona.

Si realmente era una aldea subterranea, entonces debían haber guardias en la entrada.

-Bien... Probemos esta belleza- ordenó Nomi sacando la pantalla de su bolso con cuidado- Mandalo a volar hermano.

El chico de cabello atado, envío a volar al pequeño pajaro, dando vueltas pequeñas en el aire, controlandolo con su chakra lo mejor que podía.

Me concentré en la pantalla.

Sin embargo, no estaba mirando nada.

El olor de Gaara embriagaba mi mente, al final, me había dejado su chaqueta asegurando tener un par de sobra, y yo, no me negué, me quedaba un tanto grande, pero no era incómoda para nada, me molestaba que se sintiera perdido.

Había dejado ver por primera vez que era un niño asustado, a veces, sentía que aún estaba en el hospital, en estado vegetal, imaginando, porque, el Gaara de ahora era un extraño.

¿Quien era él y que había hecho con el pequeño monstruo que me amenazó durante los examenes?.

Me molestaba que no me insitara a morder la mano que me alimentaba.

No eres un heroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora