Corto 3: "El álbum"

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No sabía que eras una
romántica mamá

Tus pinturas eran increíbles

Lamento que hayas dejado todo
lo que amabas atrás por Konoha.

✎⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝

-Nuestros caminos se separaron antes de lo que esperaba- aseguré, bebiendo un poco de té, observé las pequeñas olas del agua formarse mientras golpeteaba con mis uñas el vaso.

Jamás dejó de sonreír con calidez, por eso tal vez, sentí que Rikko estaba mintiendo cuando aseguró que no le afectaba.

>>Suyen y yo teníamos ideas muy diferentes de la vida- expliqué, intentando alargar el momento donde sus pequeñas esperanzas se romperían como un globo, pasé la página del álbum de fotos y pintura que había guardado todo ese tiempo- Ella creía tener una deuda que saldar y yo quería una vida tranquila.

La vi sonreir, casi como si entendiera a que me refería, no la había visto desde su nacimiento, pero era igual a su madre, y actuaba tan madura como ella.

-No puedo creer que realmente haya sido de ella, de quien saqué las pinturas- se congració consigo misma, como si realmente pudiera sentir a su madre a través de viejos recuerdos de quien había sido.

De cierto modo, verla me recordaba a la niña de quien me había enamorado.

-Cuando se unió a las tropas generales de Konoha no volvimos a vernos, pero siempre intercambiamos cartas, ella decidió quedarse con tu hermano y ambos coincidimos en que él decidiría que camino tomar.

El plan era que ella tuviera la opción de elegir también, no que tuviera que serlo por obligación, intenté explicarle que nunca fue intención de su madre llevarlos por un camino que no desearan, porque a pesar de todo, Suyen jamás habría deseado ver a sus hijos empuñar un arma.

>>Un día la carta que llegó era sobre ti, estaba embarazada otra vez y... Dijo necesitar ayuda- esperaba que pudiera entenderlo, yo había amado tanto a su madre como para quedarme y ayudarle a cuidar el embarazo del que no tenía que hacerme responsable.

Su rostro se quedó sin expresiones por un segundo, como si supiera lo que estaba por decir, me dolió, hacerle saber a una niña que todas las esperanzas que se había hecho, eran falsas.

>>Lamento decirlo cielo pero yo no soy tu.

Se levantó, sonriendo casual, tomando el libro con sus manos, interrumpiendo aquello.

-Lo entiendo... Voy a llevarme esto al hostal donde me estoy quedando... Lo traeré de regreso mañana- aseguró, sin bajar su ánimo, despidiendose con la mano sin más.

Suyen, si hubieras visto la chispa en sus ojos quebrarse, también te habrías sentido culpable, quizá fue por eso que antes de que pudiera dar un paso afuera.

Realmente no lo hubiese hecho, de no haber sido por ti, porque no todos son capaces de amar tanto, como para atreverse a amar a aquellos hijos que nunca planearon, solo porque amaron a la persona que los tuvo.

Te vi reflejada en sus ojos, perdida y rota, tal vez me ablandó la edad y por eso se lo dije.

-Pero puedes tratarme como tal.

Paró en seco, negando con lentitud.

-Washi... Yo ya tengo a alguien que se apiadó de mi- aseguró, abriendo la puerta sin dilaciones- No vine para eso.

Apenas me dio una mirada más cuando entendí, no estaba rota, brillaba en nostalgia, ¿habría encontrado a alguien que la amara tanto como para enseñarle aquello que no sabía?.

¿Alguien que le enseñó a lavarse el cabello o a peinarse?.

Suspiré, porque el hombre de las cartas debía amarla tanto como para dejarla ir, sabiendo que volvería, como para confiar en que su lugar en el corazón de Rikko, no podía ser tomado.

Alguien que la esperase en casa al volver.

>>¿Porque Rikko?.

Sonreí.

-Significa Jazmin blanco- expliqué, tomando su atención de regreso a mis manos, decidí que yo podía hablar por ti- Es una flor que simboliza el amor eterno.

Golpetee la mesa.

>>Tu madre no quería que dudaras jamás acerca de cuanto te amaría.

Sabía exactamente lo que sus ojos decían, estaban complacidos.

Ahora estaría segura siempre, de que tu la amaste, Suyen.

Takigakure, día 376 antes
de dar la cara.

No eres un heroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora