Nunca lo haces

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Cuando el mundo se apagó
Dejé de pedir
de rogar y de someterme al cielo
Ya no confiaba en Dios.

Confié en mi y en nadie más.

Estás muerta mamá, ¿a quien
le lloro tu muerte?.

¿A quien le pido por la comadreja que
anhelaba ser un zorro?.

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Tarareaba con calma, arrancando las malas hierbas que se habían asentado en una parte del invernadero.

Al final, nunca viajé a Konoha para despedirme de mamá, la noticia de mi adelantado ascenso a chunin había golpeado mi ego, dándome una nueva razón para no dejarlo.

Para volver a las misiones, casi no estaba en casa, por eso, regaba mi manzano antes de irme y en la noche al llegar, la época donde daría frutos estaba a una vuelta de esquina, me emocionaba verle crecer.

Me había quitado un peso de encima tras aquella cena, porque, nunca había estado segura de nada, aunque lo creyera con fuerza, pero ahora sabía de corazón que no quería morir.

Yo no quería morir.

Lo haría de todas formas, morir, porque un día, todos los que conocemos también morirán, al menos sabía que no quería hacerlo aún.

-¡Mierda!- grité lanzando un manotazo a mi espalda, pronto descubrí que solo era Nomi.

Apuntando hacia mi la katana que una vez, le dije que no quería.

Me lancé a sus brazos esquivando la cuchilla, la soltó de inmediato, rebotó en el suelo.

>>¿Que hiciste esta vez?- pregunté notando la bolsa que llevaba en sus manos, me saqué los guantes y rapidamente me senté, a la espera de su invención.

Se sentó frente a mi, apuntando el collar en mi cuello.

-¿No es?.

Asentí.

Mientras ella sacaba un gran número de pequeñas piezas.

-El tomoe azul... Si en verdad era mío, es un desperdicio no haberlo tocado en todos estos años- aseguré, Nomi también había sido ascendida a chunin, siendo Yuki el único que se negó a demostrar sus habilidades en el examen, se mantenía cercano al hospital- ¿Que hiciste de nuevo?.

Me acercó la katana y agradecí tenerla de regreso, si quería madurar, al menos admitir mis errores sería un buen inicio, no quería dejar de tener algo que me habían regalado.

Sacó de su bolsa un pequeño origami, un pajarillo y ciertas piezas metalicas que acomodó con cuidado.

-Las señales que usé para los transmisores, logré darles un mayor rango- aseguró, eso significaba que pronto volveríamos a misiones de campo- Y pensé que si lograba llevarlo a un RF... Podríamos tener una mejor visión de los parametros nuevos antes de lanzarnos.

Luego, una pequeña pantalla.

>>Funciona a baterías, así que solo tiene dos horas y media de vida útil por ahora- informó, luego, tras teclear ciertas cosas, mover una antena y golpear levemente al pajaro, una imagen, aunque no de una gran calidad, se formó- Tiene una resolución de setecientos veinte pixeles mientras tanto... Y necesitamos alguien con chakra de viento.

No eres un heroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora