Capítulo 38

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Me sacudo despierta, siento las lágrimas deslizándose por mis mejillas. Sonrío ante el nuevo giro de mi sueño, pero mi sonrisa se desvanece cuando me doy cuenta de cuán imposible es. Mis lágrimas se convierten en un torrente de autocompasión mientras entierro el rostro en mi almohada, rezando por un sueño sin sueños que me lleve lejos.

Espero hasta que estoy en la casa de Harry en la cena del domingo para darle la noticia. Les digo a todos en la cena, y estoy gratamente sorprendida por su respuesta. Anne aplaude, Christine chilla, y Gemma y Lucy saltan con júbilo, rodeando la mesa para abrazarme con alegría.

El Dr. Styles se extiende a través de la mesa para apretar mi mano. La mejor reacción es de Harry. Él no dice nada, sólo inclina la mandíbula contra su puño. Pero su rostro está iluminado con felicidad, la sonrisa en su rostro y la mirada en sus ojos son sólo para mí, con satisfacción irradiando de él.

Llego a casa del colegio un día antes del que tenemos programado para salir y encuentro una vieja maleta sobre mi cama. La abro y dentro hay un billete de cien dólares, clavado en una nota que simplemente dice: "Feliz Navidad". Sé lo que les costó, y siento las lágrimas comenzando a salir por la bondad detrás de esto.

No me toma mucho tiempo empacar, ya que realmente no poseo mucha ropa, arrojando mis artículos personales en bolsas de supermercado y poniéndolas dentro de la maleta. Tengo un traje de baño viejo, ya que lo había requerido el año anterior para la clase de gimnasia, así que lo tiro dentro también, sin saber si lo voy a necesitar o no.

Por último, guardo mi andrajosa pijama, con la esperanza de que Harry no tenga ocasión de alguna vez verme con ella. Le digo a Harry que probablemente me quede en casa esta noche, ya que me iré por tanto tiempo. Me aterroriza, sin embargo, que ella pueda entrar y llevarse esto lejos de mí en el último minuto.

Sé que su familia ha preparado esto por ellos mismos y probablemente no me necesitan con los pies allí, así que no importa lo mucho que quiero estar con él, me quedo en casa. Veo como el dinero se hunde en el bolsillo, y de repente, decido hacer algo. Necesito ayuda sin embargo. Llamo a Harry y le pregunto si me puede ayudar. Cojo el dinero que habían dejado en la maleta y bajo al primer piso, sin ninguna prisa salgo por la puerta principal.

Él me lleva primero al centro comercial. Le obligo hacer la promesa de que me esperara en el coche para que no sea capaz de ver lo que estoy haciendo. Voy a uno de los quioscos que venden chucherías y elijo un adorno de plata para mis padres. Recojo algunas otras cosas para Harry y su familia, y un rollo de papel de regalo con tema de Navidad.

En una tienda de descuento puedo comprar un pequeño árbol de Navidad de plástico pre-decorado para poner en la sobre mesa. No es para nada como el gran pino de Anne que está cubriendo con cosas bellas, pero es más de lo que comúnmente tenemos; que es ningún árbol en lo absoluto.

Debo esperar a que mis padres estén en la cama antes de bajar las escaleras para fijar el árbol arriba de la mesa, por debajo coloco el regalo envuelto. Vuelvo a la cama y duermo a ratos hasta que mi alarma suena a las cinco a.m. Rápidamente me visto, cojo mi maleta y corro por las escaleras para encontrarme con Harry, quien ya me esperaba en la oscuridad previa al amanecer.

Él me conduce de regreso a su casa, donde transferimos mi maleta al maletero ya repleto del VUD de su familia. Nos dirigimos hacia el aeropuerto, mientras las mariposas revolotean en mi estómago al pensar en mi primer vuelo. Christine está cansada, después de haber sido sacada de la cama tan temprano, y realmente no carga la emoción del viaje. Ella insiste en que Harry la lleve y no deja que nadie la toque. Entonces él la lleva en un brazo, y mantiene el otro alrededor de mí.

El vuelo es increíble. ¿Cuántas veces he estado en mi columpio, empujándome lo más alto que puedo para tratar de conseguir la sensación de volar? Ahora estoy aquí, realmente haciéndolo. Harry me deja tener el asiento de la ventana y entonces puedo mirar hacia fuera. Mantengo mi mano sujeta a la de Harry, pero mis ojos fuera, mirando el sol que comienza a elevarse cuando salimos, sorprendida al ver las nubes debajo de mí. Incluso si aterrizáramos, o hubieran girado y regresado a casa, me habría sentido feliz.

Nos quedaremos en una pequeña casa, blanca, no muy lejana al aeropuerto. Nos detenemos en el garaje, y descargamos el equipaje desde la furgoneta de alquiler. Hay un olor en el aire al que no acabo de acostumbrarme, pero me gusta. Que huele a limpio y a una clase de sal. Entramos en la casa, bajando un corto pasillo para entrar en una gran sala de estar. Mis pies patinan al detenerse y mi maleta cae de mi mano, creando un fuerte eco sobre el suelo.

Harry deja caer su propia bolsa y baja a Christine, corriendo a mi lado, con una mirada de alarma en el rostro.
-______ (TN), ¿qué está mal?

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Amor a pesar de los problemas(adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora