Desde esa noche, Harry ha tachado mi decisión de no dejar que nadie nos vea juntos. Siempre me toma de la mano o tiene su brazo alrededor de mí, caminando conmigo a clases y besándome cuando me dejo. Y ya no me interesa tratar de conseguir que se detenga, no importa la amenaza de Jessica.
La mayoría de los fines de semana soy capaz de salir una noche para ver a Harry, y algunas veces durante la semana también. En casa, soy más allá de irreprochable o tanto como sea posible, a pesar de que ella se las arregla para encontrar errores; pero desde su cita a cenar con mi papá, ha habido un ligero cambio en ella.
De ninguna manera es ideal, pero a veces lo intenta un poco, preguntándome por la escuela o incluso permitiéndome algo de cenar. Ella y mi papá no están discutiendo mucho, no le he visto un moretón o el labio hinchado desde la cita que tuvieron para cenar. Octubre rueda a noviembre, y la nieve empieza a caer. En un primer momento, sólo dura un día o dos y luego se funde, pero una semana antes de Acción de Gracias una fuerte nevada que cae parece decidida a quedarse por un tiempo.
A causa de lo feliz que estoy con Harry en mi vida, y por el ambiente más calmado en casa, estoy un poco contenta y llena de esperanza, esperanzada de que podría haber una oportunidad de que nosotros nos convirtamos en una verdadera familia, tal vez no tan buena como la de los Styles, pero por lo menos en una sombra de ellos.
Decido hacer para nosotros la tradicional cena de Acción de Gracias. Por lo general Acción de Gracias pasa desapercibida como la mayoría de las otras festividades. En el pasado, patéticamente merodeaba por las calles para ver a las familias reunidas en sus hogares. No este año. Este año estoy decidida que nuestra familia sea de las que tienen una comida feliz, riendo juntos. Tal vez la parte de riendo y feliz no van a suceder, pero me conformo con juntos.
Conozco un lugar donde puedo ir a buscar comida proporcionada por el banco de alimentos. He estado allí varias veces previas a nuestra desesperación, cuando seriamente no había nada de comida en las alacenas de casa, ni dinero para comprar nada. Por supuesto, tengo que decirle a mi madre que el dinero proviene del que coloca en el fondo de los enlatados lastimosamente delgados. Ella odia la caridad.
Ellos me proveen de un pavo pequeño, de algunas patatas y de aderezo, algunos fideos, dos latas de verduras y una lata de jalea de arándano, todo esto está expirado, pero por lo menos aún es comestible. No es la preparación elaborada de la cual estoy segura van tener en casa de Harry, pero esto tendrá que bastar. Es mejor de lo que solemos tener.
La mañana de Acción de Gracias me levanto temprano para iniciar la cocción del pavo. Sigo las instrucciones de la caja y relleno el pavo. Después se cocina un par de horas, y la casa se llena con el delicioso aroma, me adentro a la cocina para empezar a pelar las patatas. A las cuatro en punto el mini-festín está preparado. He alistado la mesa para tres tan elegante como puedo hacerlo con lo que tenemos, e incluyo unas cuantas hojas que he encontrado a finales de otoño bajo el alero del porche trasero, y las cuales milagrosamente no están completamente secas.
Tengo que decir, estoy bastante orgullosa de mí misma, no es para nada como la mesa de Gemma, pero no está mal. Mi padre regresa a casa muy tarde en la anoche, y le escucho entrar a la ducha veinte minutos después. Me siento en la mesa, esperando a que baje las escaleras, luego iré a la sala y los llevaré a mi sorpresa.
Oigo sus pasos en la escalera, y casi de inmediato mi madre comienza a recriminarle acerca de haber estado fuera toda la noche. Él empieza a gritar y a los pocos minutos la pelea se extiende a una de gritos. Me siento en la mesa de la cocina, con las manos sobre mis oídos en vano, las lágrimas corren por mi rostro mientras se desmorona mi plan.
Entonces escucho el revelador sonido del puño en la mandíbula, el sonido que mejor conozco de la mayoría de otros sonidos, entonces su coche arranca rápidamente y se aleja. No me muevo, mirando lo que he hecho. Qué idiota soy.
- ¿Qué diablos es esto?
Miro a mi madre, descomunal en la puerta. Su rostro está llenó de ira por encima del hinchazón de su mandíbula.
-Es Acción de Gracias -le digo sin convicción.
- ¿De dónde salió todo esto? -grita ella.
-Lo conseguí -murmuro, con el miedo ensartando su camino a través de mis venas. Ella da un paso hacia la mesa, mira el pavo perfectamente cocinado, tendido en el plato, a la espera de ser cortado.
- ¿Me has robado otra vez, o es de la caridad? -Su voz es baja, pero aún más alarmante que sus gritos. Palidezco. ¿Ella sabe que le he robado? No puedo responder, congelada en mi terror.Ella toca el pavo, y entonces con un movimiento rápido lo recoge, con placa y todo, y lo lanza a mi cabeza. Me agacho demasiado tarde, el pesado plato de vidrio se rompe sobre mi ceja. Inmediatamente comienza a derramarse la sangre producto del corte que deja en mi cara. Me zambullo hacia los lados de la silla, inclinándome en el lugar donde caigo.
Avanza, se acerca dándome patadas en las costillas. Trato de protegerme a mí misma, pero esto sólo la enfurece más, y los golpes se vuelven más frecuentes y duros. Esto no es suficiente para expresar su enojo, por lo que recoge la silla. Ella se dobla hacia mí, y me recubro con mi brazo en precipitada defensa. Siento mi presión en mi muñeca cuando los ejes de la madera se rompen.
Con un grito de rabia, ella se agacha y recoge mi camisa con un puño, tirándome hacia arriba en una posición semi-sentada, y con el otro me golpea en la cara. Con un sólo brazo bueno para protección ahora, ella tiene la ventaja. Se vuelve y comienzan a llover los golpes sobre mi cara y gritando me da patadas en las costillas.
Ciento cuando comienza a cansarse, lo que es cosa buena ya que mi conciencia se desvanece. Pero ella no ha terminado. Me libera y caigo de nuevo al piso. Entonces ella está sobre mí, a caballo, con las dos manos alrededor de mi garganta mientras corta mis vías respiratorias. Grita de nuevo, pero no puedo escuchar sus palabras por encima del zumbido en mis oídos. El mundo se desvanece en los bordes, y la última cosa que veo es su cara, contraída y púrpura por la rabia antes de que la oscuridad felizmente me encuentre. Mi último pensamiento antes de ceder a la atractiva oscuridad es: esta vez, me matará.
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Amor a pesar de los problemas(adaptada)
Roman pour AdolescentsSinopsis ___(tn) de 17 años de edad ha vivido su vida entera en pobreza extrema, con un padre alcohólico y una madre adicta a las drogas, quien abusa severamente de ___(tn). En la escuela su ropa de segunda mano la marca como objetivo. Su negativa...