Capitulo 6:

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La escuela se vuelve aún más un ejercicio de tortura, a pesar de que no hubiera imaginado eso posible, porque él ha sido añadido a la mezcla. Sentarme al lado de Harry en Fotografía es lo peor, porque siempre se sienta y me saluda como si fuéramos amigos. Casi todos los días está rodeado por otros, y, o él es completamente ajeno a su apariencia mientras me reconoce, o simplemente no le importa.
Sé lo que se propone no es exactamente un juego nuevo. Él es sólo mejor en eso que aquellos que han intentado lo mismo antes. Lograr que el fenómeno piense que eres su amigo, así poder obtener una mayor humillación. No aprendí eso a la primera, y fui engañada una segunda vez, pero no he caído en esa trampa de nuevo, y no lo haré ahora.
Antes nunca, sin embargo, había parecido algo personal de alguna manera. Sé que los otros no piensan en mí como una persona real, así que aunque duele, no es la cosa más devastadora. Esto es peor porque, él había sido mi amigo una vez, y tal vez incluso algo más. Tengo que admitir, que parte de esto es por lo que pensé que él era mucho mejor que el resto. Es una dolorosa realidad el ver que no lo es.
En fotografía se sienta, a veces tratando de iniciar una conversación, pero me mantengo dándole la espalda y me niego a dejarme arrastrar, ignorándolo con firmeza, manteniendo mi cabello entre nosotros.
Aun sabiendo lo que se propone, no puedo evitar sentirme atraída por él, a pesar de mi misma. Debido a nuestra historia, supongo. Así que lo observo a escondidas, sólo a sus manos, primero, mientras arrastran un bolígrafo a través de la página, mientras toma notas detalladas. Sus manos son grandes, formando una escritura limpia y no los garabatos desordenados que la mayoría de los adolescentes crean. Son manos fuertes, con dedos largos y uñas recortadas y limpias, y un pequeño tatuaje en el dorso de su mano derecha. Él es zurdo, pero no escribe con su mano en un ángulo incómodo que he visto en otros zurdos. Más bien, sostiene su mano en el mismo ángulo que alguien diestro, sólo que al revés, a pesar de que casi pone de lado la página para escribir.
Algunas veces, incluso dejo que mi imaginación vuele e imagino a su mano derecha tatuada, alcanzando la mía y envolviéndola en la de él. Me pregunto si serán cálidas o frías, suaves o ásperas con callos. No puedo recordar cómo se sentían hace todos estos años. No he sido tocada en una manera amable por manos masculinas por tanto tiempo como puedo recordar, probablemente desde la última vez que él sostuvo mi mano, aunque estoy segura de que hubo un tiempo en que mi padre me tocó con amor.
Lo más inquietante de todo, es la fantasía de la bondad de él. Entonces recuerdo lo que Harry se propone, esa bondad ha muerto y esas manos nunca me tocarán con nada más que con un propósito de humillación, o peor, con repulsión. Cada día después de clase, huyo del salón y del edificio, esperando hasta que estoy más allá de los límites de la escuela para reducir la velocidad.
*****
Las primeras semanas de escuela pasan, y a pesar de que Harry ha dejado de tratar de iniciar una conversación, todavía dice “hola” cada vez que llega. Nunca le respondo, pero cuando el no hace más movimientos, empiezo a relajarme y no me siento tan lejos en el borde de mi asiento. No ha hecho ninguna broma a costa de mí, al menos no que yo sepa, y no ha tratado de humillarme públicamente.
Curiosamente parece como si los demás estudiantes, quienes disfrutaban atormentarme, están perdiendo el interés en el juego. No todos ellos por supuesto, solo algunos.
Entonces un día, mientras septiembre da paso a octubre, el aire comienza a enfriar, algo comienza a cambiar todo de nuevo.
Me siento en el almuerzo, en mi lugar habitual en un rincón en el suelo, comiendo mí almuerzo gratis, cuando Harry llega y se sienta en la mesa más cercana a mí. Me congelo en el acto de llevar un trozo de pan a mi boca mientras se sienta en la mesa.
El mira hacia mí directamente. Miro directamente a sus ojos verdes. Una carga eléctrica corre a través de mi cuerpo, con cada nervio de punta y le roba un sonrojo a mi cuerpo, con calor fluyendo a través de mi abdomen.
El parece estar esperando algo, pero no puedo respirar y mucho menos pensar en lo que podría querer. Él baja su bandeja sin romper el contacto visual, luego da un paso hacia a mí, eso me derrite.
Peleo con mis pies negándome a esperar y ver que podría hacerme o a mi comida. El llama a mi nombre pero ya estoy corriendo a la zona de dejar la bandeja y tirar mi preciado almuerzo sin comer. Me tropiezo en mi prisa y casi dejo caer mi bandeja, ignorando las risas junto con los insultos. Ni siquiera veo de quien viene, esas palabras ya no significan nada para mí, pero al saber que él está viendo probablemente mi torpe retirada, hace que mis mejillas ardan demasiado.

Amor a pesar de los problemas(adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora