Capítulo 42

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Capítulo 42

Trago. He tenido esos mismos pensamientos, muchas veces.
—Ella parece estar mejorando ahora. Ha sido buena conmigo desde la última vez, y me permitió venir aquí. Incluso me dio un poco de dinero, lo que fue un gran sacrificio para ella.
— ¿Sabe que viniste con Harry?
—No. —Miro hacia otro lado, sintiéndome culpable—. Ella ni siquiera conoce a Harry. Sólo le dije que iría con un amigo, lo que no fue una mentira. Harry es mi mejor amigo.

Escuchamos hojas crujir contra el suelo detrás de nosotros y nos damos la vuelta para ver a Harry venir hacia nosotros. Miro al abuelo Harold, con estrés intensificando mis ojos, ante el pensamiento de que él dirá mi secreto. Me mira y sacude la cabeza, indicando su confidencialidad.
—Ahí están ustedes dos —dice Harry, mirando a su abuelo con una cariñosa sonrisa, y luego volviendo su mirada hacia a mí, con preocupación en su expresión. Le sonrío y se relaja visiblemente.
—Sólo estamos aquí sentados, admirando el río —le dice el abuelo Harold —Quería asegurarme que esta chica era lo suficientemente buena para ti.
Su tono es ligero y con burla, pero tengo la sensación de que es un poco serio acerca de eso.
— ¿Y? —pregunta Harry, sonriendo. Miro hacia el abuelo Harold, también esperando su respuesta.
— ¡Y creo ahora que tengo que preguntarme si eres lo suficientemente bueno para ella! —Ambos ríen y sacudo la cabeza hacia ellos.
—Bueno —dice Harry—. Si no lo soy, trataré muy duro para hacerme digno. —Harry llega hacia nosotros y se inclina para tirar de mi mano en la suya.

El abuelo se pone de pie, y me apresuro a hacer lo mismo. Me da unas palmadas en el hombro, manteniéndome en mi lugar.
—Creo que lo harás bien —le dice a Harry.
— ¿Y qué piensas del abuelo? —me pregunta Harry.
—Creo que sé de dónde sacaste tu encanto― respondo, el abuelo estalla en risas ante eso.
—Buena respuesta —me dice. Entonces mira a Harry—. Regresaré a la casa. Ustedes dos regresen cuando estén listos.

Harry se sienta a mi lado en la banca donde su abuelo había estado y estira su brazo alrededor de mi hombro. Felizmente me inclino hacia él, envolviendo mi brazo alrededor de su cintura. Nos sentamos ahí durante algún tiempo, observando el río en un cómodo silencio.

Mi estancia en Florida rejuvenece mi alma. No estoy obligada a hacer cualquier cosa bajo una amenaza de violencia, no hay nadie torturándome o burlándose de mí de ninguna manera sino en una manera amorosa.

La familia de Harry me lleva a un parque de diversiones, y estoy tan emocionada como Christine por todos los personajes y paseos. Gemma y Lucy tratan de aparentar indiferencia, pero pronto abandonan todas las pretensiones y se vuelven tan entusiasmadas como yo lo estoy acerca de todo.

Harry me lleva a las montañas rusas que hacen caer mi estómago con emocionante miedo, y los paseos me sorprenden con la creatividad de cada uno. Lo mejor de todo, me lleva a un enorme columpio que nos levanta hacia el cielo y, cuando Harry tira de una cuerda, nos deja caer a 150 pies hacia la tierra a una velocidad que me tiene riendo y llorando al mismo tiempo. Me lleva tan alto como he tratado de ir en mi propio columpio, lo que no he sido capaz de hacer, ya que no tiene la altura de éste. Es estimulante.

Comemos palomitas de maíz y manzanas acarameladas, y algodón de azúcar hasta que nos enfermamos. Denisse toma cientos de fotografías. Vamos hacia los pantanos en un bote de aire y vemos verdaderos cocodrilos vivos, después vamos a comer en un restaurante a la orilla del pantano y comemos “mordidas de caimán”, lo que para mí horror son de cocodrilo real. Vamos al teatro y vemos una película, también la primera vez para mí.

Pasamos muchos días con el abuelo y la abuela, algunas veces en su casa, algunas en la casa de la playa. Esos son mis momentos favoritos, rodeada por ésta amorosa familia donde siempre hay risas. Comemos filetes de barbacoa y hamburguesas, lo que nunca he hecho antes. El Dr. Styles se ríe ante mi insistencia de verlo hacerlas para ahora poder aprender.

Siempre ayudo a Anne en la cocina si estoy allí, a pesar de que protesta que soy un invitado. Una noche después de un ajetreado día, Gemma, Lucy y yo la echamos de la cocina y las tres hacemos un pequeño festín para la familia. Todos mis años de crear comidas de lo que estuviese disponible me son de ayuda. Ponemos la mesa formal, Gemma haciéndose cargo de eso y mostrándome cómo colocar correctamente los utensilios. Tengo que retroceder a los recuerdos de la última vez que intente tal cosa, mi estómago se contrae con nervios cuando dejamos a la familia entrar. Pero la encantada reacción de Anne y la apreciación del resto de la familia, barren lejos ese recuerdo y es reemplazado con este nuevo, buen recuerdo.

La Nochebuena y el día de Navidad las pasamos con el abuelo Harold y la abuela June. Después de una deliciosa cena de víspera de Navidad, hecha por la abuela June, Harry me lleva hacia la banca cerca del río para poder intercambiar regalos. Él insiste en abrir primero el mío.

Ahora que es tiempo de abrirlo, me siento dudosa al respecto. No había costado mucho. En el momento en que lo compré, había querido algo que le dijera cómo me sentía por él, pero ahora estoy insegura de sus palabras aquel día en el océano, estoy un poco asustada de que piense que es un poco precipitado.

Desenvuelve el regalo, abriendo la caja para revelar un pequeño cuadro de cristal con un corazón grabado con láser en el centro de él.
—No es mucho, lo sé. Es sólo que… quería… significa… —Mi voz desvaneciéndome poco a poco, sin saber qué decirle.
Me mira, y veo algo como esperanza en sus ojos.
— ¿Por qué me diste esto? —me pregunta en voz baja, no demandando, sólo queriendo saber qué significa. Suspiro y aparto la mirada, avergonzada.
—Porque quería que supieras cómo me siento por ti.
Levanta mi barbilla hasta que mis ojos encuentran los de él.
— ¿Y cómo te sientes acerca de mí, ______ (TN)? Además de ser tú mejor amigo— rectifica rápidamente. Trago con fuerza, mirando hacia abajo, con miedo a pronunciar las palabras ahora. Entonces me decido a decirle de todos modos, y espero que no piense que soy una chica tonta. Lo miro directamente a los ojos y respiro.
—Tú sabes… que te amo —le digo.
Él sonríe, una sonrisa que ilumina su rostro, tirando de mí en sus brazos y besándome profundamente.
— ¡Por fin! —exclama.
— ¿Por fin? —hago eco.
—Estaba empezando a preguntarme, ______ (TN). Ha pasado casi una semana desde que te dije que te amaba, y no habías dicho nada. Estaba empezando a preocuparme de que no lo hicieras, y me he estado preguntando qué podría hacer para hacer que me amaras.
— ¿Quieres que te amé? —le pregunto, aturdida.

Amor a pesar de los problemas(adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora