Capitulo 12:

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Por primera vez en mi vida, el día de escuela de mañana es algo que espero con interés. En realidad, creo que no puedo esperar a que llegue.

Sin embargo, mientras amanece, me encuentro hecha nudos. ¿La tarde anterior realmente sucedió, o sólo lo he soñado? Porque no puedo imaginar a alguien que pudiera salirse de su camino para ser mi amigo, menos aún a Harry. Me despierto temprano con entusiasmo, pero poco a poco mis dudas lo desaparecen y me encuentro arrastrando los pies, para no irme hasta el último minuto posible.

Una vez en la escuela caigo de nuevo en mi viejo patrón de evitar los lugares donde podría estar. No estoy segura de qué voy a hacer si lo veo y él me ignora, o peor, se ríe de mí. Pero la hora del almuerzo llega, estoy tirante con tensión. Camino en el comedor, con la cabeza hacia abajo, hago fila para conseguir mi almuerzo, y luego camino en dirección a mi rincón de siempre. 

Y me detengo en seco cuando lo veo sentado en la misma mesa, mirándome, con una sonrisa. Al menos, creo que me está sonriendo, porque un vistazo detrás de mí no revela a nadie más mirando en su dirección. Mientras me acerco, aun dudando, se levanta de su silla. Me detengo de nuevo, congelada, tensa, esperando por... ¿qué? ¿Para qué haga volar la bandeja de mis manos? ¿Por la broma a costa mía? ¿Por su risa burlona?

Camina hacia mí, con una mirada interrogante en sus ojos, la sonrisa en sus labios titubeando un poco. Se pasa los dedos por su cabello, y se detiene cuando está en frente de mí.
—Hola —dice. El sonido causa que me crispe nerviosamente, y rápidamente doy un vistazo alrededor para ver si alguien ha escuchado. Él todavía tiene la oportunidad de retroceder. Da un paso más y levanta su mano hacia mí.

Doy un paso hacia atrás, lista para esquivar si empuja mi bandeja hacia arriba. Detiene el movimiento, con el color drenándose de su rostro. Me mira fijamente, y siento mis mejillas sonrojándose con disgusto.
—Déjame llevar esto por ti —dice, en voz baja, tomando mi bandeja. Estoy reacia a liberar mi agarre, habiendo perdido más de una comida en el pasado con ésta simple táctica. Sin querer en entrar en un tira y afloja, la dejo ir. 

Para mi sorpresa, él simplemente se da la vuelta y la coloca en la mesa al lado de la suya, entonces tira de una silla. Miro a la silla, y luego a él de nuevo. Otra táctica de la que he sido víctima antes, con la silla siendo retirada debajo mientras me siento. Harry simplemente espera.

Con algunas reservas, me pongo delante, sujetando el borde de la silla mientras me siento para evitar que la retire, pero no siento un tirón hacia atrás. Es un poco incómodo estar sentado en una mesa, y miro con añoranza a mi usual lugar en el suelo. Me siento muy expuesta. 

Harry se sienta a mi lado, su tamaño y presencia me dan refugio, ofreciéndome cierto sentido de seguridad, falso o no, lo encuentro reconfortante.
— ¿Cómo estás hoy? —pregunta inesperadamente, y bajo la rebanada de pizza que estaba a punto de morder.
Me encojo de hombros.
—Bien, supongo.
—Me refiero a tus manos y rodillas —dice sonriendo.
— ¡Oh! —Miro hacia abajo a mis manos, y de pronto sus grandes manos están ahí, sosteniendo mis manos con las suyas. Su tacto quema a través desde el punto de contacto, dirigiéndose hacia mi estómago. He tenido más contacto humano en las últimas 24 horas de lo que he tenido durante tanto tiempo como puedo recordar, excluyendo el del tipo violento, por supuesto, y ha sido todo de parte de él.

Examina mis manos cuidadosamente, como si estuviera a punto de darme un diagnóstico. Frota la yema de sus pulgares suavemente sobre las costras de los arañazos, y me estremezco involuntariamente.
—Lucen mejor, limpias, no infectadas. —Me mira y sonríe de nuevo. Mi corazón golpea y retiro mis manos. No parece ofendido y su sonrisa nunca vacila —No estás cojeando tanto, tampoco. —Esto me sorprende, pensaba que no estaba cojeando en absoluto — ¿Llegaste hoy caminando a la escuela?

Asiento con la cabeza, con mi lengua aún atada. Sacude su cabeza.
— ¿Perdiste el autobús?
—No, nunca viajo en el autobús. Siempre camino.
—Es más saludable, ¿eh?
Casi me rio de sus palabras.
—Sí — ¡Más saludable con la menor posibilidad de recibir una paliza!
—Entonces lo recuperas todo comiendo esa basura grasosa. —Bromea, indicando mi pizza. Para él, es basura grasienta, para mí, probablemente la única comida que conseguiré hoy, por lo tanto, es deliciosa. No puedo decirle eso, por supuesto, así que me encojo de hombros y la recojo de nuevo, tomando una gran mordida.

Entonces me doy cuenta de los otros en la mesa. Son los “perdedores” y están mirándome, con las bocas abiertas, más impactados de lo que estarían si a Harry le hubiera brotado una segunda cabeza y empezara a hablar en lenguas. Rápidamente miro hacia abajo, tratando de ignorarlos mientras como, pero estoy súper consciente de las miradas de todos modos. 

Como si no fuera lo suficientemente malo, pronto los dos amigos de Harry llegan, dejando caer sus bandejas y chocando los cinco ruidosamente. Miran en mi dirección, pero creo que tal vez parecen menos sorprendidos de verme aquí que los otros “perdedores”.

— ¿Conoces a Ryan y a Chris? —me pregunta, y sólo los miro mientras ambos levantan su mentón hacia mí, en señal de saludo. 

Amor a pesar de los problemas(adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora