Capítulo 21

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—Bueno, sería bueno si pudieras el sábado. Mi mamá es famosa en... bueno, más o menos en cada festividad. Pero ya que Halloween está casi aquí, ella tiene prevista su gran cena anual de Halloween para este sábado.
— ¿Quieres que yo vaya a la cena de tu mamá? —Estoy sorprendida.
—No es una gran cosa, ni nada —se apresura a decirme—. Ella tiene esta gran cena festiva la mayoría de los días de fiesta antes de las vacaciones reales. Una especie de tradición, pero en cierto modo divertida también, supongo. Sólo pensé que podría gustarte.
— ¿Quién estaría allí? —pregunto.
—Sólo mi familia.
Me siento un poco mareada con la idea de estar allí con una familia funcional, o donde sea en realidad. No he tenido mucha experiencia en todo lo que tiene que ver con las familias normales.
— ¿Pero tu mamá no se enfadaría si me llevaras a tú cena familiar?
—En realidad, ella te invitó.
—Pero... ella ni siquiera me conoce.
—Le he contado sobre ti y le gustaría llegar a conocerte.― El pánico me inunda. ¿Por qué iba a querer conocerme a mí? Leyendo mi mente, dice: 
—A ella le gusta conocer a todos mis amigos.
—Oh. —El miedo disminuye un poco. Eso tiene sentido, supongo. Esa es probablemente la forma normal de operar de la mayoría de las mamás.
—Pensé en decírtelo ahora y entonces puedes tener la semana para pensar en ello de nuevo. Me parece que tienes mejor suerte en conseguir venir de esta manera.
Me río. 
—De acuerdo, pensaré en ello —prometo, ya decepcionada de que no hay ninguna forma en que mi suerte se mantenga durante otro fin de semana, permitiéndome decir que sí.

Probablemente le habría dicho que no, a excepción de un incidente que ocurre el viernes. Después de almuerzo voy caminando a mi clase de matemáticas, sin prestar atención a lo que me rodea. Dado que Harry y yo nos hemos convertido en una especie de amigos, los demás estudiantes parecen haber perdido la mayor parte de su pasión por intimidarme. No estoy segura de la razón de ello, pero no voy a llamar la atención preguntándolo. 

De ninguna manera estoy llena de confianza al caminar por los pasillos, continúo manteniendo mis ojos en el suelo, pero tal vez no tan vigilante como antes. Es por eso que no veo a Jessica. Mientras paso por el baño chicas, de repente soy empujada hacia adentro, cayendo a medida que mis libros se arrastran por el suelo. Miro hacia arriba para ver qué ocurre y veo a Jessica con dos de sus seguidoras de pie, bloqueando la salida. Una de ellas se mantenía mirando el pasillo, custodiando que nadie tratara de entrar.

Ha pasado mucho tiempo desde que alguien me ha hecho algo, así que en lugar de acobardarme como lo hago usualmente, me pongo de pie, con la intención de enfrentarme a ella. Algo en su cara me detiene. Sus ojos se estrechan, su boca se aprieta. Luce más que enojada. Se ve justo como mi mamá lo hace antes de infligir algún tipo de violencia en mí.

Ella ve mi vacilación y comienza a moverse lentamente hacia mí, como un depredador arrinconando a su presa. Tomo un paso involuntario hacia atrás, y veo sus ojos ensanchándose con el placer de eso.

—Tengo una pregunta para ti —dice casualmente, pero puedo escuchar la amenaza en su voz.
... Me trago el nudo en mi garganta, todos esos sentimientos de miedo y humillación que casi había olvidado pero que recientemente regresan con toda su fuerza. Ella sigue caminando lentamente, examinando sus uñas. —Simplemente me estaba preguntando... —Sus ojos se disparan hacia los míos, y estoy sorprendida por la potencia del odio que leo en ellos—. Sólo ¿quién te crees que eres?

No estaba esperando eso. Mi rostro debe reflejar mi confusión porque de repente da pasos hacia mí, con la cara justo arriba de la mía. — ¿Crees que eres tan genial que mereces a alguien como Harry Styles?

Cuando no le respondo, su ira estalla. Con un medio grito, medio gruñido me da un porrazo en la cara, golpeándome de nuevo en el piso. — ¡Eres una perdedora! —Me grita —Él es demasiado bueno para ti. ¡Déjalo en paz! —Ella se aleja, suponiendo que la voy a obedecer. Yo tengo mejor criterio, sé dejar las cosas como estaban.

Pero algo ha cambiado en mí, muy ligeramente, y antes de poder considerar las consecuencias, abro mi boca.
—Él es mi amigo. —Mi voz es débil, pero ella la escucha con claridad. Ella se gira hacia mí.
— ¿Qué? —dice a gritos. Me siento, limpiando la sangre que brota del corte de mi labio con mi pulgar.
—Dije que él es mi amigo —mi voz es más segura ahora.

Con otro grito frustrado ella salta sobre mí, a horcajadas, golpeando mi cabeza contra las frías baldosas. Entonces ella me golpea dos veces más con una buena medida antes de que pueda recuperarme lo suficiente como para tratar de detenerla.

Se inclina sobre mí y habla con los dientes apretados, salpicando saliva en mi cara.
— ¿En qué mundo comienzas a creer que él podría ser tu amigo, y mucho menos quererte? He visto la forma en que se miran el uno al otro. Es repugnante. Te digo ahora mismo que no voy a dejarlo ser. Soy la única suficientemente buena para él, y lo tendré cuando dejes de... engañarlo, o lo que sea que hagas para que él te desee. ¡Si tengo que decírtelo una vez más, te vas a arrepentir!

Ella golpea mi cabeza de nuevo, luego se levanta de mí. Después de una patada en mi estómago, para asegurarse de que el mensaje quede claro, da zancas hacia fuera del baño. Levanto la cabeza para verla irse. Las otras dos chicas que están con ella dirigen sus miradas hacia mí, y juro que lucen casi como disculpándose.

Gimo y poso mi cabeza hacia atrás por un minuto. Oigo el timbre y gimo de nuevo. Poco a poco ruedo hacia un lado y me empujo a mí misma para estar en una posición sentada. La habitación se balancea y cierro los ojos en contra de la sensación. Cuando se detiene, agarro el borde del lavamanos y me levanto.

Me miro en el espejo, veo la sangre secándose en mi cara, en la esquina de mi boca, que ya está inflamada. Abro el grifo del agua, y limpio con cuidado la sangre, enjuagando mi boca con un poco de agua. Toco la parte de atrás de mi cabeza que está palpitando, me estremezco de dolor cuando mis dedos rozan el nudo que ya se está formando allí.

Podría haber llorado entonces, ya que mi débil sentido de la seguridad acababa de ser destrozado, excepto por algo que ella me dijo. Algo que canta a través de mi sangre y causa que mis terminaciones nerviosas sientan un hormigueo.

He visto la forma en que se miran el uno al otro, dijo ella, y las posibilidades que acompañan a esas palabras traen una sonrisa a mi cara. Para cuando llega fotografía, mi labio esta hinchado, pero no puedo evitar conservar la amplia sonrisa en mi cara. Harry me mira con espanto.

Amor a pesar de los problemas(adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora