Capítulo 32

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—Papá... —La suplica de Harry coincide con la mía.
El Dr. Styles está inmediatamente a mi lado, con sus manos tratando de evitar que me levante.
—______ (TN), cálmate. No voy a llamar a nadie, ¿de acuerdo? Cálmate antes de que te lastimes más.

Vuelvo a caer sobre la camilla, las costillas gritando en agonía, tratando de coger un aliento mientras las lágrimas corren por mi rostro. Harry se inclina hacia abajo, poniendo su frente contra la mía, la agonía en sus ojos oscuros brillando con lágrimas. El Dr. Styles vuelve a suspirar.
—Soy un veterinario, ______ (TN), no un doctor. No sé si te puedo ayudar.
—No ayudar..., sólo descansar.
—No creo que eso te ayude ahora. Obviamente tienes una muñeca rota y necesitas puntos de sutura. Y eso es sólo lo que puedo ver. Es posible que haya daños internos. No te puedo dejar sin tratar.

Me estiro y agarro su mano. Él tiene que entender urgentemente la importancia de esto.
—No policías... sin padres... o ella me va a matar. —Mi voz está ronca por la asfixia, pero él entiende lo bastante claro. Si no me viera tan mal, no me hubiera creído, pero mis heridas hacen a mi demanda absolutamente legítima. Aprieta la mandíbula, algo que yo he visto hacer a Harry en innumerables ocasiones cuando está molesto.
—Está bien. —Suena resignado a regañadientes—. Haré lo que pueda para ayudarte.
Me relajo con sus palabras y dejo ir su mano.
—Voy a tener que decirle a tu madre —le dice a Harry—. Ella se preguntará qué está tomando tanto tiempo y es mejor si sabe ahora en lugar de cuando envíe a una de las chicas aquí para que nos encuentren.

Me mira por aprobación. No quiero ser la causa de angustia para cualquiera de sus hermanas, así que no tengo más remedio que asentir con mi consentimiento. Instruye a Harry para que mantenga una gasa contra el corte en mi frente y mientras tanto él regresa a la casa para decirle a Anne.

Harry saca un taburete rodante y se sienta a mi lado, alisando el pelo hacia atrás, sosteniendo suavemente la gasa sobre la herida que sangra. Sus lágrimas han cesado, pero la expresión de su rostro se alterna entre la pena y la ira. Él no habla, y finalmente, dejo a mis ojos vagar cerrados. No estoy durmiendo, pero si reposando, tranquila y segura por el momento, el dolor en fondo zumbando contra mi alivio, aunque siga tendida tranquilamente.

Muy pronto el Dr. Styles vuelve con algunas mantas limpias. Anne les había dicho a todos que había una emergencia, y ya que eso no es poco común, no hicieron preguntas. Él saca un kit de sutura y se pone a trabajar en mi lesión, después de asegurarse de que sé que no es un doctor, y de que esto probable deje una enorme marca. Me cose con rapidez, entonces Harry consigue algunos paños húmedos para limpiar mi cara. Decide que para corte en el labio no se necesitan puntos de sutura, pero que definitivamente necesito radiografías. 

Harry me levanta con cuidado, aunque esto todavía me causa dolor, y me lleva a la sala de rayos-x. Me pone sobre la mesa, y no se aleja mientras que el Dr. Styles toma las fotos, teniendo que tomar más de las habituales porque las películas de rayos X no son tan grandes como son necesarias.

Él me dice que tengo tres costillas rotas y dos astilladas. Mi muñeca está rota, pero es simple, aunque muy doloroso para que él la fije. Lo hace, y los veo a él y a Harry hacer muecas de dolor. Tan pronto como ha terminado, mi brazo se siente mejor. Las radiografías otra vez, ahora a las férulas, y explica que se necesitan un par de días para que la hinchazón baje antes de moldearlas.

Envía a Harry a la casa para conseguir ayuda de Anne para envolver mis costillas, ya que se requiere remover mi ropa, y quiere proteger mi pudor. Cuando ella viene y me ve, jadea y de inmediato comienza a llorar, pero se pone en marcha de igual manera. Esta es una mujer que llora por las lesiones que han sido causadas por culpa de mi propia madre. Con ellos dos, muy pronto estoy vendada y envuelta en una de las colchas. El Dr. Styles dice que estar tendida en la nieve fría probablemente había ayudado a mis lesiones. Había sido como estar tendida sobre una gran bolsa de hielo.

—Ella no puede ir a casa. —El Dr. Styles le dice a Anne de modo significativo, y aunque veo la curiosidad en su rostro, ella mantiene a sus preguntas en su interior, ordenándole a Harry que me cargue a la casa y me ponga en la habitación de invitados.
—Voy a distraer a los demás por el momento para que puedan ir de forma privada. Llévala a través de la puerta principal.

Harry nuevamente me levanta, me tira estrechándome contra él sin hacerme daño, poniéndome bajo su mentón, acariciando su mandíbula contra de mi pelo. Él me lleva a una habitación que está justo al lado de la puerta de entrada y detrás de la sala de estar formal, otra habitación que no había notado antes.

Harry y su padre me recuestan con cuidado sobre la cama. El Dr. Styles revisa mí temperatura, la cual todavía está un poco baja, y apila unas cuantas mantas de más sobre mí, ayudándome a tragar una pastilla para el dolor.
—Vamos, Harry. Volvamos con la familia y dejemos reposar a ______ (TN).
—No la voy a abandonar —dice Harry, con sus ojos en los míos.
El Dr. Styles vuelve a suspirar.
—Por alguna razón sabía que ibas a decir eso. Está bien, pero déjala dormir. Ella necesita más que nada dormir en este momento.

Harry asiente con la cabeza, acercando una silla junto a la cama, y metiendo su brazo por debajo de las mantas para sostener mi mano buena.
—Vas a estar bien, ______ (TN) —dice, y suena como una orden. Quiero asegurárselo, darle las gracias, pero ya mis ojos se están cerrando a la distancia. Nunca he estado tan cansada en mi vida.

Cuando abro los ojos otra vez, la habitación está oscura. Por un momento no sé dónde estoy, pero cuando trato de mover mi cuerpo lo recuerdo de inmediato. Los eventos del día vienen corriendo hacia mí, y gruño de dolor.
— ¿______ (TN)? —Harry está inmediatamente a mi lado con sus suaves manos sosteniendo mi cabeza.
—Harry —susurro, y es todo lo que garganta puede manejar. Él se acerca y se enciende la lámpara de noche, y lo veo estremecerse ante la visión de mi rostro. Humillada, volteo la cara. Él agarra mi barbilla ligeramente y me torna de nuevo hacia él. Se inclina y me besa suavemente en la esquina de mi boca en buen estado.
— ¿Quién te hizo esto? —Su propia voz está dañada.
Sacudo la cabeza, con las lágrimas cayendo por las comisuras de mis ojos.
—Yo no soy una persona violenta, en su mayoría, pero felizmente mataría a quien te hizo esto. —Mis ojos se abren por esto. Él está absolutamente serio — ¿Fue Max?

Amor a pesar de los problemas(adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora