Capítulo 49

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Capítulo 49

Harry me lleva a casa por la mañana. Me alegro de que no haya nadie allí más que él y yo. Esperaba que hubiera cambiado de alguna manera, a un aspecto diferente. Pero es la misma casa de siempre, con el sofá y una pequeña televisión en el mismo lugar, el piso de madera continua desgastado y estropeado, la cocina sigue siendo pequeña y sencilla. La única diferencia física es que falta la lámpara.

Es desde un diferente panorama donde comienzo a temblar. Miro a la pared donde caí por el primer golpe del bate, e imagino que se puede ver el contorno de mi cuerpo allí; el lugar en el piso de madera por donde me arrastré, imaginando que aún se pueden ver las débiles rayas de sangre que arrastraba conmigo; el suelo de baldosas en la cocina, donde imagino ver el contorno circular de su cabeza; el lugar en que le quité la vida por la fuerza de mi agarre.

Me estremezco y volteo mi rostro al hombro de Harry, y sus brazos suben a mí alrededor para darme seguridad. Tomo una profunda respiración, forzándome en mi mente a resistir. Sé que si le doy la más mínima provocación él apartará sus brazos y me llevará a su casa. Combato con el deseo en mi pensamiento, entonces mentalmente sacudo mi cabeza para despojarla de ese anhelo.

Pronto vendrá Anne con Christine para ayudarme a instalarme. Las otras chicas están en la escuela pero ella me prometió traerlas a verme más tarde. Quiero verlas, pero me da vergüenza hacerlas ver mi casa; esto es un lugar tan deprimente en comparación con su hermosa casa, brillante. Pero pienso que tal vez está bien; tal vez deberían verme en mi mundo real para que puedan entender lo mucho que no pertenezco a ellos. Me siento en el sofá (en el extremo opuesto del lugar de ella) volteada hacia Harry, quién se sienta a mi lado. Esto me ha agotado, viajar a casa, y pronto estoy dormida.

Cuando despierto, estoy tumbada en el sofá con una almohada bajo mi cabeza y una manta cubriéndome. Puedo oír a Harry en la cocina, hablando con Anne, y a los sonidos de la preparación de comida. Entonces oigo la voz de mi padre, y me tenso.
-Esa me parece una excelente manera de continuar. La facultad de medicina tiene que ser bastante cara, ¿eh? -lo oigo preguntar.
-Sí, pero ya tengo en fila algunas becas para ayudar con eso -dice Harry.
- ¿Vas a ir a una universidad de por aquí?
-Harry ha solicitado y ha sido aceptado en varias -informa Anne con orgullo-. Él siempre esperaba ir a la universidad, así que imagino que no lo tendré al alrededor mucho más tiempo.
Casi puedo oír el encogimiento de hombros en la voz de Harry cuando él responde.
-Puede ser que espere un tiempo, y que vaya a una universidad de aquí.
- ¿Ah, sí? -Puedo oír la sorpresa en la voz de Anne-. No sabía que habías siquiera pensado en eso. Oh, perdón -dice mientras su teléfono celular suena.
Hay un silencio en la cocina a excepción de sus respuestas.
-Era tu papá -dice mirando a Harry-, él y las niñas acaban de salir de casa por lo que estarán aquí muy pronto. Espero que no te importe que nos encarguemos de tu casa, John.
¿John?
Trato de imaginar a mi padre como una persona, con un nombre, y no sólo como mi padre. No puedo hacerlo, pero no me sorprende que Anne pueda.
-Estoy agradecido con ustedes. Han sido una gran ayuda para mí y... para mi hija.
Que asombrosa conversación. En serio... ¿Mi hija?
-Bueno, todos la queremos. Ella es una buena chica.

Suena el timbre y Harry entra en la sala de estar para abrir la puerta. Automáticamente mira hacia donde estoy, deteniéndose en seco cuando me ve con los ojos abiertos.
-Hey, estás despierta -dice, cambiando de rumbo y llega hasta mí. Anne debe haberlo oído, porque lo sigue justo detrás, continúa para abrir la puerta y deja entrar al Dr. Styles y a las dos niñas. Me pregunto brevemente donde está Christine, y entonces me encuentro sin palabras cuando mi padre entra un momento después a la sala, cargándola.

Harry me ayuda a levantarme para que pueda abrazar a las chicas. Y solo con eso, mi propia casa se llena con el amor y las risas que había creído sólo eran posibles tener en la de Harry. No hay suficiente espacio para que todos se sientan alrededor de nuestra pequeña mesa de la cocina con tres sillas (la cuarta se había estrellado contra mí en Acción de Gracias y nunca fue repuesta) así que Anne decide que todos deben sentarse en la sala de estar, equilibrando las bandejas cargadas con comida en las rodillas. Harry lleva las tres sillas a la sala, apenas en el perímetro, luego estaca su lugar en el suelo junto a mis rodillas, sabiendo que si lo deja va a ser tomado por una de sus hermanas.

Mucho más tarde, después de que todo se ha limpiado y todos los Styles se han ido, a excepción de Harry, mi padre dice buenas noches, es la primera vez que recuerdo que él haga eso.
- ¿Cuándo regresas de nuevo a la escuela? -le pregunto a Harry. Habíamos discutido sobre que necesitaba estar en la escuela en lugar de sentarse en el hospital todo el día, pero finalmente habíamos acordado, que una vez yo estuviera en casa, él iba a volver. Anne y el Dr. Styles firmemente habían estado de mi lado en eso.
-Mañana -suena apagado.
-Deberías ir a casa, entonces. Ir a la cama.
Se vuelve hacia mí.
-Podría quedarme aquí, y solamente irme en la mañana.
-Harry... -Mi voz tiene una advertencia.
-No estoy diciendo que faltaré a la escuela. Estoy diciendo... -Pongo mis dedos en su boca.
-Vete a casa, Harry. Ve a dormir. Regresa luego de la escuela.

Me mira durante un largo momento, y finalmente asiente con la cabeza, presionando mi mano con más fuerza en su boca, para un beso.
-Está bien, pero tienes el teléfono celular. ¿Prometes llamar si necesitas cualquier cosa?
Levanto mi mano derecha: -Lo prometo.
Pasa algún tiempo besándome por las buenas noches, lo que no me importa en absoluto, de hecho, más bien lo disfruto, aunque sé que sólo se está estancando.

Él insiste en ayudarme a subir a mi habitación, pero no lo dejo entrar. Hago que me deje en la puerta de mi habitación, espero hasta que haya caminado por las escaleras, apagando las luces a medida que avanza, y lo escucho cerrar la puerta frontal. Entro en mi habitación, pequeña y sencilla, pero organizada y limpia. Ahora se siente mucho menos como mi casa que antes. Me acuesto, tirando las cubiertas sobre mí, las lágrimas caen para empapar la almohada debajo de mi cabeza.

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Amor a pesar de los problemas(adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora