Capitulo 2:

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Odio el primer día de escuela.
En realidad, odio todos los días de escuela, pero como este es el primer día de mi último año de preparatoria, de alguna manera parece peor que todos los demás. Hay un entusiasmo palpable en el aire de los otros de último año, sabiendo que después de este año pueden empezar su vida real. Yo no tengo una vida real por lo que este año es más temible que todos los demás, y eso es decir mucho, considerando como cada anterior año ha sido para mí.
-Cuidado, fenómeno.
Me tropiezo, pero no caigo mientras soy empujada a un lado por uno de los de primer año. Veo a un par de estudiantes de segundo año mirando con interés. El tiempo dirá si estos novatos se unirán al juego, o si van a tener lastima y dejarme en paz.
Me aparto de ellos y veo a Jessica Bolen viniendo por el pasillo, rodeada por sus seguidores. Esa es realmente una buena razón para darme la vuelta e ir en la dirección opuesta. No se ha dado cuenta de mí aun, así que hago una rápida retirada por las escaleras cercanas, a pesar de que significa que tendré que darme prisa para llegar a mi primera clase. Los retardos son algo que evito con pasión, no quiero llamar la atención a menos que sea absolutamente necesario.
Jessica es mi principal... enemiga, supongo, aunque hubo un tiempo en que fuimos amigas. El verano antes de la escuela secundaria, en el que de repente florecí. Mis pechos comenzaron a surgir, crecí varios centímetros y de pronto nada me quedo. Las camisas eran demasiado ajustadas y los pantalones muy cortos. Mi madre no podría molestarse por algo tan trivial como una hija creciendo en su mundo loco, así que me convertí en una ladrona.
En las horas de madrugada, antes de que cualquiera de mis padres hubiera salido de sus estados de embriaguez, me escapaba y tomaba un dólar o dos, de la cartera de mi padre y del bolso de mi madre, cada vez que tenían uno. Así fue como financie un "nuevo" guardarropa, tres camisas, dos pantalones, un sujetador, tres pares de ropa interior y un par de maltratadas zapatillas en la tienda de ahorro local. Costo doce dólares robados y una gran cantidad de culpa.
Aunque la ropa me quedaba mejor que cualquier otra opción que tenía, seguían marcándome. Mientras en la escuela primaria había sido capaz de transformarme silenciosamente en observadora, pasando inadvertida y dejada sola, en la escuela secundaria me vieron convertirme en un objetivo.
Fue Jessica Bolen quien realmente lo empezó, marcó la pauta de en lo que mi vida se había convertido, al menos a lo que se refiere la escuela. Por alguna razón, había empezado a desagradarle al final del anterior año escolar. Había estado cerca del final de año cuando empezó a decir cosas despectivas acerca de mi a mis compañero de clase, a pesar de que en realidad no fue tiempo suficiente para que los chismes se desarrollaran en más que algunos dardos dirigidos perezosamente por sus seguidores.
Ella también había florecido en el verano y cuando la escuela comenzó, camino como una confiada belleza rubia en la que todos los chicos se fijaban, aun los estudiantes de octavo grado y varios de primer año de la preparatoria. Con su nueva confianza vino una racha de crueldad y un blanco perfecto para afinar sus habilidades... yo.
El primer día de la escuela secundaria, entre usando mis ropas de segunda categoría, y busque al pequeño grupo de amigos que había tenido en la primaria, incluida Jessica. Mientras me acercaba, Jessica se dio la vuelta de donde estaban en un círculo, hablando.
-¿Que estás haciendo aquí? No perteneces a nosotros- se burló de mí. Mire a los demás, esperando a... ¿qué? ¿A que me defendieran? Al contrario. Comenzaron a reír a costa de mí, y me di la vuelta, humillada.
Al parecer, ella había escuchado a sus padres hablar de mi familia, así, el año comenzó con ella difundiendo rumores de mi padre alcohólico y mi madre adicta a las drogas. No pude siquiera defenderme porque nadie sabía tan bien como yo, cuan ciertos eran los rumores. Por supuesto, ella no sabía la historia completa, y no había manera de que fuera a informarla y darle más munición. No es que las necesitara desde que mi ropa se las dio.
Con su aplastamiento, cualquier ápice de autoestima que podría haber pretendido tener, se fue y no luche por recuperarlo cuando me insultaba, o golpeaba mis libros fuera de mis brazos, o tropezaba conmigo cuando llevaba una bandeja de comida en el comedor.
Fue sorprendente cuan rápido los otros estudiantes se percataron de sus juegos y se unieron. Aquellos que no se integraron, pronto me evitaban como si fuera una paria, para no alcanzar ninguna de las balas que eran dirigidas hacia mí.
Cada día desde entonces ha sido un juego de supervivencia, como hoy, mientras me apresuro a salir de su camino. He aprendido a evitar áreas donde ella o cualquiera de sus amigos podrían estar, lo que es difícil, ya que casi todos son sus amigos, o al menos pretenden serlo.
Tenía la esperanza de que la escuela preparatoria pudiera cambiar la manera en que las cosas eran para mí en la secundaria. Quiero decir, los chicos son mayores y más maduros ¿cierto? Mientras que las burlas, empujones e insultos no son tan intensos como mi experiencia en la secundaria, todavía sigue ahí, en cada esquina, por lo que parece.
Mi cabello rubio ha crecido mucho con los años. Estoy agradecida por eso, porque hace un bonito velo para esconderse. Desafortunadamente, también proporciona una presa fácil para aquellos que deseen tirar de él.
Supongo que siempre puedo esperar a que este año sea diferente.
En cuanto me apresuro a mi segundo periodo de clase del día, caminando con la cabeza baja, pero también observando a los que me rodean, en alerta por las señales de advertencia de peligro hasta que lo veo.
Harry Styles
Me congelo donde estoy, siendo chocada por detrás, pero no empujada. Incluso escucho un murmullo: -Discúlpame. -Probablemente porque no se dieron cuenta a quien golpearon.

Amor a pesar de los problemas(adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora