Capitulo 33

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Tengo que pensar por un minuto a qué se refiere, recordando que fue él quien había logrado que Max dejara de intimidarme en el almuerzo.

-No. -Mi respuesta sale con una voz ronca.

-Entonces, ¿quién? -pregunta. No puedo decirle.

Soy salvada de tener que responderle cuando el Dr. Styles y Anne entran a la habitación. Habían visto a todos sus clientes fuera y habían dejado a Gemma a cargo de las dos niñas más jóvenes. Anne se apresura a mi lado, susurrando y calmando, algo que sólo una madre de verdad sabe hacer. El Dr. Styles me está mirando atentamente, como si estuviera decidiendo algo en su cabeza.

-Está bien, ustedes dos, tengo que examinar ______ (TN). Déjennos solos por unos minutos.

-Papá, yo no... -El Dr. Styles pone la mano sobre el hombro de Harry, interrumpiéndolo.

-Harry, es sólo por unos pocos minutos. Ve a ducharte, luego puedes volver y quedarte con ella esta noche.

Harry está renuente, pero asiente con la cabeza en acuerdo. Me besa de nuevo y se va.

-Anne, ¿ella podría necesitar algún paquete de hielo y tal vez un poco de caldo?

Anne cabecea, con lágrimas en los ojos mientras me mira. Y luego hace una cosa increíble, ella se inclina y besa mi frente. Es el más fuerte afecto maternal que he recibido en un largo tiempo y que puedo recordar. Cuando estamos solos, el Dr. Styles revisa mi muñeca y la unión de mis costillas, tomando mi temperatura de nuevo y observa los puntos de sutura. Siento que él sólo es quisquilloso, hallando algo que hacer. Por último, suspira y se sienta en la silla de Harry.

- ¿Supongo que no me vas a contar lo que ocurrió? -Él me mira, pero puedo ver en su cara que ya conoce la respuesta, incluso antes de yo sacuda la cabeza.

-Soy mejor cuidando a los animales que a las personas pero, por supuesto, puedo leer una radiografía. -Él mira hacia mí, sosteniendo mi mirada con aquellos ojos tan parecidos a los de Harry -Había un montón de viejas lesiones, sanadas. Esta no es la primera vez que te han hecho daño.

Mis ojos caen.

-Hay una razón por la que no quieres ir a casa.

Yo no contesto.

Se aclara la garganta. - ¿Harry lo sabe?

Yo podría preguntarle de lo que está hablando, pretender que nada malo está pasando en casa, pero la verdad cuelga en el aire entre nosotros.

-No.

-Hay gente que puede ayudarle, lugares a los que se pueden ir...

Me encuentro con su mirada otra vez.

-Dr. Styles, tengo diecisiete años, casi dieciocho años. ¿Qué sucede, el estado me pone en una casa de acogida? ¿Quién toma a una de diecisiete años? -Mi garganta herida empuja las palabras -Alguien que está en busca de dinero, tal vez. O, no lo sé, alguien que quiere sacar de todo eso. Aquellos que quieren una familia adoptan bebés. ¿Cree que las cosas serían diferentes para mí en otro lugar? Al menos aquí sé qué esperar.

Su cabeza cae entre sus manos mientras reconoce la verdad de mis palabras.

-No me gusta esto -dice entre dientes, probablemente no queriendo decirlo para que yo no lo escuche. Entonces él me mira de nuevo. -Estás muy mal herida. ¿Ha sido tan mal antes?― Pienso en las otras veces he sido golpeada, pero tengo que admitir que esta ha sido la peor. Sacudo la cabeza. - ¿Qué pasa si se pone peor? Peor podría significar muerte.― Sé eso. Recuerdo haber pensado claramente que me iba a matar en ese momento. No lo hizo, sin embargo. Algo la había detenido. ¿Se detendría la próxima vez?

-Puedo intentar ayudarte.

-No. -Tengo la garganta en fuego, hablando dolorosamente. Es imperativo hacerle entender -Yo no podría vivir con ella si sabe de Harry.

No podría soportarlo si él se compadeciera de mí. Él es mi amigo. Eso cambiaría si él lo supiera.

El Dr. Styles niega con su cabeza.

-No le estás dando suficiente crédito.

-Por favor -le ruego.

-Esto no se trata de Harry, o sobre lo que piensa. Se trata de ti.

-Correcto. Y yo le estoy pidiendo dejarlo. Si esto hace que sea difícil para usted, legalmente, quiero decir, me marcharé. Encontraré otro lugar para ir por unos días.

Él no responde, pregunta en cambio: - ¿Qué pasará si no te presentas en casa durante unos días?

Miro por la ventana, como si las respuestas estuvieran ahí, en las estrellas.

-Ella no va a llamar a la policía. No los quiere investigando.

Probablemente se pregunta si me mató -susurro, recordando el charco de sangre en el piso de la cocina a los pies de mi fallida cena de Acción de Gracias.

El Dr. Styles se sacude por la sorpresa, ya sea por yo admitirlo, o por el hecho de que dije ella en lugar de él, no sé. Resopla un aire lleno de incómoda resignación.

-De acuerdo, bien, necesitas descansar durante unos días. Las costillas rotas pueden ser peligrosas, y si te pinchan un pulmón tendrías que ir al hospital para vivir.

-Me quedaré -prometo.

Camina hacia la puerta, tomando una respiración sin voltearse hacia mí, gira la perrilla. -Ella debería estar en prisión por esto.

Amor a pesar de los problemas(adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora