Capitulo 8:

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—¿Puedo ayudarte? —Sus palabras resuenan con furia. Lo escucho claramente desde donde estoy sentada, pero de alguna manera Max no lo registra, quien sonríe seguro de sí mismo.
—No hombre, estoy bien.

Da un paso más, y de repente Harry sujeta con una gran mano su hombro. Harry es al menos seis pulgadas más alto que Max, y no deja caer su mano suavemente, sino más bien, la deja caer como una piedra.

Max mira a Harry y de repente se da cuenta de su mandíbula apretada. Duda por sólo un segundo, con cautela arrastrándose sobre su rostro, para ser sustituida por una sonrisa arrogante cuando se da cuenta de que sus amigos están observando.
—¿Puedo ayudarte? —Max pregunta sarcásticamente, lo que provoca una carcajada de sus propios amigos.
—No creo que haya nada para ti en este lugar —le gruñe Harry, asustándome. Max da un ligero paso hacia atrás, mirando nerviosamente por encima de su hombro, tratando de conservar su arrogancia—. Creo que tú y tus amigos― prosigue con determinación —Deberían seguir adelante. No creo que éste sea un lugar ti ahora, o en cualquier momento en el futuro para el caso.

Max traga nerviosamente, levantando sus manos en redención con una risa que tratando de sonar descuidada, que sale sonando como con pánico. Lanza una mirada perpleja hacia mí sobre el impresionantemente voluminoso brazo de Harry. —Muy bien hombre, sin daño no hay falta, ¿verdad?

Harry aún no ha retirado su mano del hombro de Max y veo cómo lo aprieta, causando que Max se estremezca ligeramente.
—Hoy no, de todos modos —Harry gruñe amenazadoramente, mirando hacia mí—, pero probablemente me refiero al pasado. —Se inclina hacia adelante, poniendo su rostro cerca al de Max —Ya no más, tampoco, ¿Entendido?

Max da una risa irregular. —Estás bromeando ¿verdad amigo? ¿Estás protegiéndola? —escupe como si yo fuera menos que un insecto. Puedo ver como sus amigos se molestan detrás de él, ofendidos de estar apartados de su diversión.

Entonces, sorprendentemente, algunos de los amigos de Harry se ponen de pie, de los del tipo de grandes jugadores de futbol, claramente no entendiendo qué está pasando, pero dispuestos a respaldar a Harry de todos modos. No se mueven de donde están parados junto a la mesa, pero los amigos de Max de inmediato se retiran.

Lo mismo sucede con Max, alejándose del agarre de Harry. Sus ojos se precipitan hacia mí, y en esa breve mirada veo la promesa de algo peor. Con la misma rapidez mira de nuevo a Harry, con el rostro cuidadosamente en blanco mientras se da la vuelta y se aleja, tratando de retomar su descuidado pavoneo, pero fallando al menos un poco.

Los amigos de Harry vuelven a sentarse, murmurando sobre los gamberros, y los otros chicos en la mesa lucen un poco impresionados por la escena que acaban de ver, que alguien quien es considerado más genial que ellos, ha sido rebajado por ésos chicos, mientras les permiten compartir la mesa del almuerzo. Un par de ellos me disparan miradas confusas, preguntándose qué hay en mí para poder haberme ganado tal defensa.

Observo esto con mi visión periférica, mientras miro fijamente a Harry, impresionada. Él se vuelve hacia mí, y me mira de igual forma, con una expresión en sus ojos que no puedo descifrar. No parece estar enojado conmigo, a pesar de que su respiración sigue acelerada. Mientras observo, toma un par de respiraciones profundas, relajando su boca de la ira sombría, aflojando sus puños. Asiente tensamente hacia mí, volviendo a su lugar en la mesa.

Ya no tengo hambre, pero no me muevo de mi lugar, mirando abiertamente a Harry. No puedo evitarlo. Casi pareció como si... me hubiera... protegido, como Max dijo. Pero... ¿por qué él haría eso? Estoy confusa, perpleja. Un par de veces me da miradas ocultas, y en ésas, no puedo más que reunir una razón para que me broten alas y vuele a la luna.

Por primera vez en todo el año, me paso toda la tarde esperando por la clase de fotografía. No puedo sacar de mi mente el drama del almuerzo. No importa cómo vea la situación, sigue pareciendo como si se hubiera puesto de pie por mí.

¿Por qué?

Cuando él entra al salón de clases, lo miro directamente, tratando de leer su rostro. Se detiene junto a la mesa cuando ve mi mirada interrogante, mirándome con la misma expresión ilegible que le vi antes. Un sonrojo se arrastra hasta sus mejillas, y mira hacia otro lado, apretando la mandíbula. Me da otro asentimiento tenso, por primera vez sin decirme “hola” y de repente lo entiendo.

Está molesto y avergonzado por haber tenido que defenderme, y en frente de no sólo de sus amigos, sino también de otros estudiantes, entre los cuáles la historia se ha extendido como pólvora. Lo he escuchado de otros cuando no sabían que podía oír, y la gente ha estado mirándome como si trataran de averiguar algo. Ahora obviamente, él se lamenta haberlo hecho.

Las lágrimas pinchan la parte posterior de mis ojos mientras bajo mi cabeza hacia el escritorio. Por sólo un pequeño momento, había sentido la alegría de tener un ángel guardián, tener a alguien que no permitiría a alguien más ser malo conmigo. Ese par de horas de sentir esa seguridad, sólo lo hizo más doloroso al haberme sido arrebatado. Tan pronto como suena la campana, me apresuro a recoger mis libros, lista para escapar. 

Siento una mano atrapando mi brazo. Calor fluye desde el punto de contacto mientras permanezco quieta, mirando fijamente la mano que sostiene ahora firmemente mi brazo. La misma mano que he estudiado tanto, con el ligero tatuaje en el dorso. Su agarre es sólido, y sin embargo, lo suficientemente suave para saber que podría romper fácilmente el contacto.

—___ (tn) —Harry dice suavemente, y mi corazón se tambalea ante el sonido de mi nombre saliendo de su boca—. Por favor, quiero decirte...

No quiero esperar a escuchar lo que quiere decir. Corro, empujando a los otros estudiantes en la puerta. Algunos me empujan mientras paso, pero me las arreglo para mantener el equilibrio.

Amor a pesar de los problemas(adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora