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Casi olvidamos que en algún momento teníamos que salir para alimentarnos, de no ser porque Seulgi golpeó la puerta poco antes de medianoche para avisarnos que había quedado comida para los dos. Baekhyun volvió a ponerse el pijama y me prestó una camiseta larga para ponerme sobre el bóxer. Cuando salimos de la habitación, caminé unos pasos por detrás para ver cómo el pantalón le tiraba en los glúteos.

Mientras Baekhyun secaba unos platos y los ponía en la mesa, yo tomé asiento a su lado y le di una nalgada. Fue suave, pero el plato que sostenía en ese momento se le resbaló. Entre los dos logramos atajarlo antes de que tocara el borde de la mesa.

—Qué sensible —me mofé, colocando el plato frente a mí.

—Pensé que yo sería el que hiciera esas cosas —se defendió.

—¿Por qué no ambos?

Él no respondió. Se sentó del otro lado y sirvió la comida. Cuando levantó sus palillos para llevarse el primer bocado a la boca, notó que lo estaba mirando en silencio, aún esperando una respuesta.

—Come —me ordenó y comenzó a comer.

Le hice caso, un poco decepcionado. Baekhyun siempre buscaba la forma más natural de romper la distancia física, por eso esperaba que ahora se sintiera cómodo y no se viera en la necesidad de encontrar pretextos para hacerlo, así como yo dejaría de hacerlo. De pronto sentí que su pierna acariciaba la mía despacio debajo de la mesa. Sonreí y continué comiendo más conforme.

Después de la cena tomé una ducha caliente, aunque ya era tarde para quitarme la humedad de la lluvia. Cuando regresé a la habitación, Baekhyun estaba sentado en la cama, con la espalda apoyada en la cabecera y algo entre las manos. Miraba ese algo con cierta consternación. Al sentir mi presencia, lo apretó con fuerza, apartándolo de mi vista. Tenía el ceño arrugado y me alarmó. Antes de que pudiera preguntar, me extendió el objeto: era mi móvil.

—Lo siento, no la borré a tiempo —dijo mientras yo desbloqueaba la pantalla para saber de qué hablaba.

Había un mensaje de Yongsun. Era la captura que me había mostrado más temprano.

—¿Y cuál es el problema? —pregunté, mirando la foto con zoom.

—Que ahora te está... ¿chantajeando?

Se me escapó una risa.

—¿Por eso estabas preocupado cuando la publiqué? ¿Sabías que ella te seguía?

—Bueno, me quitó una gran carga de encima porque no tuve que encargarme de mi competencia, lo hiciste tú mismo —dijo, abultando los labios mientras se miraba las manos—. Pero me preocupaba que esto pasara y me culparas.

—Yo tomé la foto. Yo la publiqué. Solo me la envió porque sabe que quiero tenerla —respondí mientras redactaba un mensaje que decía "gracias".

Bloqueé el móvil y lo hice a un lado. Luego miré a Baekhyun, que me miraba de regreso con una expresión neutra, y acaricié su pierna, que descansaba junto a mí.

—Ahora, novio... —comencé a decir, para romper la tensión; sentía que todavía me estaba midiendo, que no confiaba en mí.

—Nunca dije que fuera tu novio —me interrumpió—. Tú solo llegaste, dijiste lo que quisiste y lo diste por hecho.

Cerré la boca. Tenía razón. En ningún momento me había dado el .

—Podría haber cambiado de parecer —continuó—. Tal vez ahora me vayan las relaciones abiertas.

AndróginoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora