Kyungsoo todos los días enviaba un nuevo mensaje pidiendo disculpas. Me tomó por sorpresa que se sintiera responsable de mi huida, pero más aún que fuera tan persistente. Yo no respondí ninguno. Todavía me sentía inseguro y estaba a punto de tomar la decisión: hacer desaparecer a Minha súbitamente. Sin embargo, había una parte de mí que se sentía reticente: mis labios. No había podido disfrutar del momento por los nervios ni retener la sensación. Tenía que hacerlo una vez más, mejor. Pero sabía que llegar de nuevo a ese punto podía resultar catastrófico si no aprendía a controlarme, y además tendía a volverme codicioso. Irene intentaba convencerme remarcando que cuanto más probaba, más quería.
Un día, después de la práctica, me demoré en los cambiadores y ayudé a Irene a terminar de ordenar el salón. Cuando salí era tarde, ya casi no había estudiantes en el campus. Por eso resaltaba el chico sentado en las escaleritas de la entrada. Me hice el tonto, buscando algo en mi bolso, y continué de largo, pero él me lo impidió.
—Sunbae.
Me detuve en seco y volteé dudoso, mirando alrededor. No había nadie más que nosotros.
—¿Yo? —pregunté de todos modos.
Kyungsoo asintió y se acercó.
—Lo hiciste bien —dijo y lo miré desorientado—. En el ensayo.
—Ah, gracias —sonreí forzosamente—. Tú también.
Hizo una mueca mientras asentía una vez, mirando alrededor. Se lo notaba nervioso y eso me transmitía más nervios a mí. ¿Por qué hablaría con Baekhyun?
—En realidad, es otra cosa la que quiero hablar contigo —se sinceró—, pero antes quiero que prometas que me escucharás sin enojarte.
Levanté una ceja, más perdido que antes. Asentí para que continuara, cruzando los brazos sobre mi pecho a la defensiva. Mi pie se movía de arriba a abajo, golpeando el suelo, y delataba el ataque de ansiedad por el que pasaba en ese momento. Deseaba que Joohyun hubiese salido detrás mío en vez de detenerse a anotar los cambios en las coreografías.
—Conocí a tu hermana unas semanas atrás y nos seguimos viendo algunas veces —soltó Kyungsoo.
Abrí los ojos impactado por su movida. ¿A dónde quería llegar rompiendo la confianza de Minha de esta forma?
—Ella quería guardarlo en secreto para que no te preocuparas, pero yo creo que lo mejor es que lo sepas porque realmente no hay nada por lo que tendrías que preocuparte. —Tomó una bocanada de aire antes de continuar—. Estoy sinceramente interesado en Minha y me gustaría tener una relación seria con ella, pero creo que se siente muy insegura por cómo se lo tomen las personas a su alrededor, o algo así, por eso... Quería pedirte el permiso de salir formalmente con ella.
Estaba en shock. En serio lo había hecho: pedir permiso. Lo había imaginado antes, pero no era más que eso, una fantasía. Era tan anticuado que pensé que estaba soñando con alguna de mis películas favoritas. Me gustaban mucho los romances melodramáticos en blanco y negro y soñaba seguido con ser el protagonista de alguno. Aunque siempre acababa haciendo de mi vida más bien una comedia de bajo presupuesto del siglo XXI.
Kyungsoo me miraba con insistencia y me di cuenta que me había quedado congelado. Mi respuesta nació como una risa. Al ver su gesto de desconcierto y timidez, golpeé su hombro amistosamente.
—Claro, hombre, no es a mí a quien tienes que pedirle permiso, sino a ella.
Bajó la mirada ruborizado y yo me mordí el labio conteniendo el impulso de decirle lo lindo que era.

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Andrógino
FanfictionDeseaba tanto acercarse a su crush sin importar el medio que terminó atrapado en su propia trampa. Irónicamente, la trampa es su cuerpo. Extensión: longfic Portada: @killed7