Me era imposible dormir. Si Baekhyun parecía un cachorro despierto, durmiendo era peor. ¿Han visto a los perros ladrar y patear entre sueños? Él sollozaba y farfullaba cosas. Cuando cerré los ojos para obligarme a dormir, lo escuché llamarme y volví a mirarlo. Pensé que se había despertado, pero solo estaba hablando entre sueños. Me pidió perdón y siguió murmurando sonidos incomprensibles. Cerré los ojos de nuevo y unos minutos después ocurrió lo mismo. Y así fueron varias veces. Al comienzo contaba cada "perdón", pero luego fueron demasiados y mi cerebro estaba por hacer cortocircuito del cansancio. Juré que la próxima le lanzaría una chancla y, en efecto, tomé una en cuanto escuché mi nombre otra vez. Pero lo que salió de su boca fue diferente.
—Soosie... No me odies, eres mi mitad andrógina.
Bajé la chancla y lo miré. Se había dado vuelta y podía ver su cara porque afuera el cielo comenzaba a aclarar. Tenía un gesto triste y sus labios se abultaban por la presión de la almohada contra su mejilla. Presentía que esa almohada estaría bañada en saliva dentro de un rato. Suspiré y me resigné a sumergirme en mis pensamientos hasta que se hiciera de día, aceptando que iba a ser imposible dormir hasta que él se fuera.
Supe que estaba despierto cuando al fin se quedó callado. Se removió en la cama y levantó la cabeza para mirar alrededor. De pronto se sentó y, cuando lo hizo, las sábanas cayeron y quedó su pecho al descubierto. Al darse cuenta de su desnudez, se cubrió el pecho con las manos como si le diera pudor. En ese punto no pude evitar reírme. Me miró con el rostro enrojecido.
—¿Lo viste? —preguntó.
—¿El qué? —dije, poniéndome serio otra vez—. No es como si hubiera algo que ver.
Dejó caer las manos, cerradas en puños, en su regazo y se encorvó como si hubiese aterrizado una roca sobre su espalda. En ese momento noté el pequeño dije que colgaba sobre su pecho en una cadena finita. No me había fijado mientras lo ayudaba a sacarse la ropa, solo era una carga de la que quería deshacerme pronto puesto que esa carga había jugado con mis sentimientos los últimos meses y no se merecía que estuviera siendo así de amable.
—¿Qué hice? —preguntó sin mirarme a la cara.
—Un berrinche frente a mi casa. También te vomitaste encima y me diste una serenata. Pero te equivocaste de ventana y le cantaste a mi mamá.
—Oh, Dios —susurró pálido—. Lo siento. No estaba en mí —dijo rápido, poniendo los pies en el suelo—. Mi ropa... —Buscó con la mirada.
—Está en la secadora —respondí.
Puso un pie arriba del otro y presionó sus muslos. Miraba hacia todas partes excepto a mí.
—Gracias —dijo—. Por haberme dejado dormir aquí a pesar de todo... —Guardó silencio y se puso rojo—. Oh, Dios —repitió cubriéndose la cara con las manos.
Volvió a acostarse y subió las cobijas hasta su cabeza.
—No sé qué estaba pensando —masculló—. Juro que no iba a volver a cruzarme en tu camino. Lamento todos los inconvenientes. En cuanto mi ropa esté, desapareceré de tu vista para siempre. Ignora todo lo que haya...
—¿A qué te refieres con "mitad andrógina"? —lo interrumpí, más interesado por saber eso que seguir hablando de lo otro.
Lo vi dar un respingo bajo el abrigo de cama. Descubrió parcialmente su cabeza y asomó los ojos.
—¿Qué? —preguntó.
—Anoche, mientras dormías. Dijiste que soy tu mitad andrógina.
Hundió la cara en la almohada, exhalando un quejido.
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Andrógino
FanfictionDeseaba tanto acercarse a su crush sin importar el medio que terminó atrapado en su propia trampa. Irónicamente, la trampa es su cuerpo. Extensión: longfic Portada: @killed7