Andrógino

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[Actualización 2/2]

Al día siguiente, cuando volví de la universidad, lo encontré solo en casa, con la camiseta y el bóxer que había usado para dormir, desaliñado, sentado en la cama mientras dibujaba y escuchaba música. Me desplomé a su lado y espié lo que hacía, pero él dio vuelta su tabla sobre la cama y no llegué a verlo.

—¿Cantarás para mí hoy? —preguntó con una sonrisa entusiasta.

—¿Eso es lo que quieres?

Asintió. Descansé un momento y, luego de comer algo que había comprado en el camino e hidratarme, me dispuse a practicar. Era el mejor momento, ya que sus amigos no estaban. Me intimidaba su presencia, me daba vergüenza que me escucharan.

Baekhyun comenzó a mover un pie al ritmo de la canción, probablemente escuchaba los instrumentos en su cabeza y su cuerpo no podía evitar responder, como si corriera en él un instinto por hacer la coreografía. Mientras cantaba, me percaté de que la pierna de su bóxer era bastante holgada y cuando movía su rodilla de un lado para el otro podía ver algo asomando. Era provocador y ni siquiera lo estaba intentando.

Más tarde, esa noche, se cambió de ropa. Se puso una polera y arriba un jumper que le llegaba a los muslos. Luego flexionó, de una a la vez, las piernas sobre la cama para colocarse cuidadosamente unas medias largas. Seguí con atención el recorrido que hacía y, cuando la segunda llegó hasta arriba, noté una pequeña sonrisa que asomaba a su rostro. Se paró frente al espejo y tomó unas cuantas fotos del look para subirlo a su Instagram. Como siempre, yo estaba secretamente al pendiente. Aunque estaba seguro que ya no era un secreto; Baekhyun lo daba por sentado. Ahora Jongdae siempre aparecía entre los primeros que le ponían "me gusta" a sus fotos, junto a Lucas, Sehun, Joohyun y Jongin.

Luego de hacer la actualización de su cuenta, Baekhyun abrió el cajón del tocador y se puso el collar. Entonces se lanzó en la cama, panza abajo, y apoyó la cabeza en la palma de su mano mientras me miraba.

—¿Estás cómodo aquí? —preguntó.

Había pasado un breve momento de incomodidad cuando me tocó bañarme en casa ajena, pero fuera de eso, y las miradas intimidantes de Seulgi, me sentía bien pasando el tiempo con Baekhyun.

—Sí —respondí—. Aunque me parece un poco raro que tu habitación esté tan limpia y ordenada siendo tú un artista.

Baekhyun se rió y sus ojos se encogieron.

—Es porque Seulgi me obliga a desechar cualquier cosa que planee sepultar en mi armario o debajo de la cama. Y honestamente no soy muy apegado a mis trabajos de la universidad.

—¿Al menos guardas fotos? —pregunté asombrado; yo era del tipo que hubiera guardado todo, y más si era una obra de arte de un amigo.

—La mayoría de las veces lo olvido. Pero no tiré mis favoritos —dijo y se dirigió nuevamente al armario para buscar algo en la base.

Regresó con una pila de cosas que a primera vista parecían papeles y cartones. Me dejó mirarlas todas. Había unos cuadros tridimensionales hechos con diversos materiales que, en su mayoría, eran desechos de otros trabajos, y estaban inspirados en leyendas budistas. Diseños de ropa excéntrica para un taller especial sobre vestuario. Ilustraciones para un libro-arte pintadas con acuarelas. Grabados con motivos históricos. Muchos dibujos con carbonilla. Vi rostros conocidos en algunos. También apareció su perro.

—También tengo una maqueta plegable que hice de Paradis —dijo, moviendo su trasero de un lado a otro, orgulloso de su frikismo.

—Eso es... wow —dije sin contener la sonrisa.