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Tanto Irene como yo esperábamos que Kyungsoo me buscara como Baekhyun en la siguiente práctica, debido a mi tonto invento de que Minha y yo éramos hermanos. Por ese motivo, antes de ir al salón, mi mentora me maquilló los lunares, comenzando por el que estaba sobre mi labio. Eran marcas demasiado distinguidas y sería muy raro que ambos tuviéramos exactamente los mismos, y si tanto le gustaba Minha a Kyungsoo, entonces ya debía haberse memorizado los lugares donde los tenía, o eso deducía Irene.

—¡Baekhyun! —llamó mi mentora en medio del ensayo, lo suficientemente alto para que todos se voltearan a ver.

Sabía que lo hacía a propósito, lo que no sabía era si lo hacía para castigarme por mi idiotez o intentaba ayudarme. Pero lo cierto es que me sentía muy avergonzado. Especialmente cuando me hizo mostrar el solo que venía practicando en casa. Todos debíamos enseñar nuestro trabajo individual de todos modos, así que no podía negarme. Para esa ocasión había preparado algo de aspecto muy masculino. La temática era "monstruosidad" y los movimientos eran bruscos y fuertes. Kyungsoo me estaba mirando, junto al resto del coro y los bailarines, así que enfoqué mi mirada en Irene para concentrarme.

Cuando la música sonó, la dejé fluir por mi cuerpo y tomar control de mis movimientos. Irene me guiñó un ojo, como una manera de felicitarme por lo bien que lo estaba haciendo, y eso me motivó a enseñar incluso los pasos que aún no había practicado suficiente. Me sentí tocado por los dioses cuando acabé mi solo sin errores. No podía creerlo y mi sonrisa probablemente lo demostraba. Irene sonrió a la par conmigo y comenzó a aplaudir. Todos los demás se sumaron, incluso Kyungsoo. Solo para no generar rumores, me contuve de correr a darle un abrazo a mi líder. Mi vida era más emocionante desde que ella se había comprometido a ayudarme.

Al terminar las prácticas, me derrumbé exhausto en el piso del salón. Alguien se paró a mi lado y abrí los ojos esperando encontrarme con uno de mis compañeros o Irene, sin embargo era Kyungsoo. No había programado que se acercara a hablarme, ya que su interés estaba en Minha y no tenía por qué buscar en mí ningún tipo de aprobación, a menos que él pensara eso. Parecía del tipo chapado a la antigua, así que podía ser esa opción. Eso solo me daba más ternura.

—Baekhyun, ¿verdad? —preguntó, ofreciéndome su toalla.

—Sí. Gracias. —La tomé de inmediato para secarme la cara, ya que no perdería la oportunidad de aspirar una toalla de Kyungsoo, por perverso que eso suene.

—Lo hiciste muy bien. Nunca había prestado atención a los ensayos de baile, me he sorprendido bastante.

—¡Gracias! —Le enseñé una gran sonrisa. Él estrechó la mirada y me puso nervioso, pero luego me devolvió la sonrisa y sentí que mi cuerpo pasaba de estado sólido a líquido, sin transición.

—Puedes devolvérmela la próxima. —Señaló la toalla, comenzando a alejarse—. Nos vemos.

Miré la prenda embelesado. Debería contenerme de cometer alguna locura, tendría esa toalla toda para mí por dos días enteros. Bendita fuera la amabilidad de Kyungsoo que había dejado en mi poder un objeto tan valioso como lo era esa toalla bañada en hormonas y sudor.

*

Seguí saliendo temprano, ensayo de por medio, para encontrarme a Kyungsoo afuera como Minha, pero a la tercera vez los bailarines empezaron a preguntar por qué Irene me daba un trato preferencial y debí cancelar el plan antes de que se volvieran una molestia. De todos modos, esa estrategia no estaba dando muchos frutos. Kyungsoo se detenía poco tiempo, el suficiente para preguntarme cómo estaba, y en cuanto nos poníamos tímidos alguno de los dos huía.

AndróginoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora