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Kyungsoo pasó sus ojos por encima del grupo de baile unas cuantas veces. No se detuvieron en mí, pero era a quien estaba buscando. Lo sabía porque nunca había buscado a nadie entre nosotros hasta que se topó con mi versión femenina. Todo me indicaba que debía hacerlo: transformarme para él. Entre eso y hacerlo para mí había una delgada línea, desde mi punto de vista, ya que podía resultar en algo bueno para ambos.

Al terminar de practicar, esperé a que todos los bailarines se fueran a los cambiadores para atajar a Joohyun y hablar con ella. Si iba a hacerlo, las prácticas de baile eran una parte fundamental del plan. Fuera como fuese, haría que lo entendiera y me respaldara. No dejaría que me intimidara.

—Ah, Baekhyun, ¿ya estás bien del pie? —preguntó estoica.

Hice círculos con el tobillo para mostrarle que sí, después de todo la caída había sido puro ruido, no tan grave, y Seulgi me había hecho masajes por la noche.

—Me alegro —dijo, e iba a pasar de mí, pero la agarré de los brazos y la detuve frente a mí.

—Déjame hacer el papel de chica.

Joohyun me miró de un ojo a otro, sin sorpresa.

—¿Es por el chico del coro? —Sentí áspero al tragar; no me gustaba nada que se hubiera dado cuenta—. Byun, ¿eres una chica? —Negué con seguridad—. Entonces, ¿por qué quieres verte como una para él? ¿Es un juego para ti? ¿Quieres burlarte? —inquirió, elevando cada vez más la voz e inclinando sus cejas hacia el centro.

Cubrí su boca con las dos manos para que no llamara la atención de las personas del coro que aún seguían en el salón de prácticas.

—Ese chico me gusta hace mucho tiempo, pero nunca notó mi existencia hasta que me vio como una chica. No voy a intentar nada con él, sólo quiero tener la oportunidad de conocerlo mejor.

Joohyun empujó mis manos lejos de su boca, casi escupiendo sobre ellas.

—No sabía que eres gay.

—Estaría agradecido si no se lo contaras a medio mundo —dije, con una sonrisa nerviosa.

Sentía que Joohyun me estaba juzgando y era la última persona de la que lo hubiera esperado.

—Soy prepotente, no estúpida. —Rodó los ojos—. No te dejaré tomar el papel. —Antes de que pudiera protestar, levantó su dedo índice sobre mi cara para silenciarme—. Pero te ayudaré a ser una chica fuera de aquí. Solo no quiero que eso interfiera con nuestros ensayos. Y tampoco sería conveniente para ti, siempre puede haber un accidente.

Sonreí y la abracé de inmediato. Ella me golpeó débilmente el estómago, pero terminó cediendo. Era como abrazar una columna, pero igual estaba feliz. En primer lugar porque no tendría que recurrir a Seulgi por ayuda, lo cual era muy importante porque se había manifestado en contra; y en segundo lugar porque no me sentía seguro de mi capacidad intelectual para llevar a cabo ese plan, en cambio Joohyun era tan inteligente que en un instante había reconocido que lo que yo pensaba hacer estaba destinado al fracaso.

—¿Qué tienes en mente? —pregunté entusiasmado.

—Primero, debemos inventar tu historia. Si estabas aquí, debes ser de la universidad, pero no puedes atender a clases como Baekhyun vestido de mujer. Intenta evitar preguntas sobre tus clases y te haremos aparecer de vez en cuando en los pasillos.

—¿Y cómo le explicaré que no volví a los ensayos?

—Estabas probando. —Levantó los hombros, restándole importancia—. Dile que alguien te obligó o lo que sea.

AndróginoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora