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[Actualización 2/2]


A Kyungsoo le llevó treinta y seis horas responder. "No creo que le haga honor a tu foto. Lo siento", decía el mensaje adjunto a la imagen. Me lo imaginé todas esas horas sacándose distintas versiones de la misma foto hasta tomar la más convincente. Estaba seguro de que cualquiera de ellas me hubiese convencido o, en todo caso, invitado a hacerme una paja. Eso es lo que hice con la que mandó por mucho que me dijese que no estaba bien, técnicamente Kyungsoo no sabía que eso estaba en mi posesión, la de Baekhyun, y seguro que no esperaba que alguien pudiera usar la simple foto de un beso de esa forma. A menos que él lo hiciera con la mía.

Eso me sacó el sueño durante una noche. ¿Cómo podía saber si lo había hecho o no? Necesitaba de la astucia de Irene para averiguarlo.

—¿Mis labios son sexys? —le pregunté mientras limpiábamos el salón de las prácticas.

—Wow, ¿de dónde vino esa pregunta? —Se limpió el sudor de la frente con el dorso de la mano.

—Solo quiero saber si mis labios son deseables. Le envié una foto de ellos a Kyungsoo y recibí una de los suyos a cambio, y me hice una maldita paja con ella, así que necesito saber si fue igual para él.

—Déjame ver. —Extendió la mano.

Busqué la foto y le entregué el móvil. Me quedé a su lado controlando que no pasara de foto porque había algunas cosas vergonzosas allí. Algunas muy obscenas. Y ridículas.

—¿Estás bromeando? —Me miró—. Tienes los labios más apetecibles que he visto en mi vida. Cualquier chico amaría verlos alrededor de su pene. Bueno, siempre que crean que eres una chica.

Hice una mueca de inconformidad con la última frase y le arrebaté el móvil.

—Así que, ¿qué quieres hacer en tu cumpleaños? —cambié de tema.

—Qué... ¿Cómo supiste?

—Tengo contactos —respondí, moviendo las cejas.

Irene se rió y me dio un codazo sin fuerza en el brazo.

—A veces eres perturbador. Pero está bien. No estaba planeando nada.

—Buh, eres tan aburrida cuando no me tienes a mí haciendo el tonto alrededor. Hagamos una fiesta.

—En realidad no tengo amigos cercanos con los que me gustaría celebrar —dijo, rehuyendo la mirada y peinándose detrás de la oreja un mechón que se le escapó de la colita.

—Pero me tienes a mí. Soy el único amigo cercano que necesitas. Así que vamos a celebrar, solo nosotros, ¿qué te parece?

—Entonces... Quiero una pijamada con mucha pizza y queso extra.

—Estoy de acuerdo y amo tu mente —. Guardé mi móvil, rodeé sus hombros con un brazo para atraerla más cerca y besé su frente. Era muy tierna cuando enseñaba una enorme sonrisa.

*

—Ey, Romeo —grité en la escalera, desde un piso superior.

Kyungsoo y otros estudiantes miraron alrededor, pero todos excepto él siguieron caminando cuando me divisó por encima de su cabeza. Bajé corriendo la escalera y me planté delante suyo con una sonrisa, aunque sin aire. Me miró a la expectativa, con una mueca que evitaba convertirse en sonrisa.

—Primero Pororo, ahora Romeo. ¿Qué sigue? —preguntó.

—Me gustan esos dos, creo que te definen bien. ¿Tienes tiempo libre esta tarde?

AndróginoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora