Andrógino

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Tras el último mensaje de Kyungsoo, me sentí presionado a dar el siguiente paso en el plan: hacerme su amigo como Baekhyun. Tenía que construir un vínculo lo suficientemente fuerte con él para que al momento de revelarle la verdad tuviera en consideración cada aspecto de mí que conociera. No le ocultaría nada cuando realmente fuese yo. Le enseñaría quién era Baekhyun e, incluso cuando fuera Minha, intentaría dejar a la vista lo más que pudiera de mí sin romper la ilusión. Tenía que ganarme su aprecio, aunque fuera solo como un amigo, puesto que mi condición de hombre limitaría las formas en que se atreviera a verme. Luego dependería del resultado del plan si lograba superar esos límites o si simplemente no había forma de que Kyungsoo se sintiera interesado por mí por el pene en la zona inferior de mi cuerpo.

Cuando volví de hacer las compras con Seulgi la tarde siguiente, me encerré en mi habitación con la excusa de que tenía que estudiar y me lancé en la cama con el móvil. Al abrir la conversación con Irene, noté que se había puesto como foto de perfil una selfie que nos habíamos tomado tonteando en su casa. De esa forma, no era extraño para Kyungsoo ni para los contactos de Irene. Era perfecta. "Excelente foto", le envié. "Lo sé, somos lindos, ¿no?", respondió. Sonreí porque en efecto lo éramos, al menos en esa foto. "Necesito que le envíes algunos mensajes a Kyungsoo de mi parte", pedí. "Dispara", dijo ella, y nos pusimos manos a la obra.

"¿Qué tal la cita, Kyungroro?", abrimos la conversación. Él respondió de inmediato: "Lo hiciste a propósito, ¿no?" Una gota de sudor frío se deslizó por mi espalda, dado que en mi mente esa pregunta podía referirse a cientos de cosas tratándose de Kyungsoo. "¿Fue muy evidente? Lo siento", respondí. "Supongo que lo hiciste por una razón. ¿Ella dijo que así lo quería?", preguntó. "No tuve que preguntarle, se veía decepcionada cuando supo que estaríamos interfiriendo en su cita", respondí. "Entonces creo que ahora estoy en doble deuda contigo", dijo. "Sobre eso quería hablar, en realidad", aproveché a decir.

Como su respuesta se tardó, envié otro mensaje: "Quisiera cobrar el primer favor esta semana. Escuché que eres bueno en teoría del arte y necesitaría que me ayudaras a comprender algunos conceptos, porque esta cabeza es prácticamente impermeable en las clases teóricas." Esta vez respondió rápido: "Pensé que me chantajearías para que te hiciera un trabajo práctico". Solté una carcajada. "¿Te ha pasado?", pregunté. "La chica que me gustaba en la primaria era hermana de mi bravucón personal. Le hacía todas las tareas con tal de que no le contara que me dejaba golpear por él y que para colmo lloraba", confesó. "Sé que no tiene sentido ahora", agregó, "pero en ese momento solo pensaba en no verme débil para ella". "¿Qué hubieras hecho si yo ahora hacía lo mismo?", pregunté. "Supongo que lo mismo", dijo y agregó un emoji suspirando. Debía sentirse patético, pero a mí me daba mucha ternura. La idea de él haciendo algo tan tonto solo para no complicar sus posibilidades con Minha.

"Si alguna vez hago algo así, solo golpéame la cabeza", respondí, "nunca podría ser un bravucón, lloro al más mínimo dolor". "Lo haría si fueras cualquier otra persona, pero te tengo demasiado respeto ahora mismo", dijo. "Me haces sonrojar, mi lindo dongsaeng. Pero espero que ese respeto no te haga tratarme con demasiada formalidad porque en realidad me gustaría que nos sintamos cómodos, como un par de amigos", admití. "Lo intentaré, Baekhyun-ah". "¡Yah!", le envié, aunque en realidad no me molestara, de hecho me gustaba que me hablara en un tono informal. Me sentía más cerca de él.

"Entonces, las clases particulares. ¿Te parece bien el martes?", preguntó. "Perfecto. Nos vemos en las prácticas", me despedí, y liberé a Irene de su tarea como intermediaria. Por momentos olvidaba que no estaba hablando de forma directa con Kyungsoo. Me disculpé con ella por haberme extendido tanto y me puse a estudiar en serio. Dejé la teoría a un lado para mi clase particular.