La mansión Stansgate comenzó su día desde muy temprano podría decirse desde la madrugada, los caballeros alistando sus armaduras y ensillando a los caballos pura sangre, los chefs cocinando y empacando comida para el viaje, mientras las mucamas corren por toda la mansión colocando el equipaje, pero sobre todo organizando la ropa que utilizara el gran duque en la capital imperial siendo supervisadas por el mayordomo que lo acompañara.
- Doncellas, ¿Quién de ustedes ya tiene el baño preparado para el señor? – observa a las señoritas mientras desvía su mirada en el reloj de bolsillo. – 5:30 A.M. estamos algo retrasadas señoritas, ¿El señor sigue durmiendo?
- Mayordomo, ya tenemos el baño listo solo que el señor este algo retrasado, ¿debemos ir a despertarlo? - mira con cierta preocupación al anciano.
- No es necesario, ya estoy aquí.
- ¡¿Se da cuenta de la hora?! Alexander no importa que tan noble sea, sigue siendo un irresponsable en levantarse, ¡mire el tiempo perdido! Espero que la señorita no herede los malos hábitos de su padre. – señala su reloj indicándole la hora.
- Suficiente Rubén, no estaba dormido como piensas solo me retrase porque tenía que supervisar a mis caballeros; gracias Mary, tomare el baño solo y me vestiré de igual manera, puedes descansar por el momento... mayordomo no ve que esta haciendo retrasarme que irresponsable es usted ¿acaso carece de educación hacia su amo?
- ¡Niño-adulto tonto! Con su permiso.
Sonríe con sarcasmo mientras se quita su bata mostrando sus pectorales finamente marcados sin ningún tipo de imperfecciones haciendo que las mucamas más jóvenes se sonrojaran ante la belleza sinigual de este hombre.
Alexander entra directamente desbordando el agua que ya no se encontraba tibia sino fría en la tina elegantemente decorada con bordes en forma de raíces de oro, pero este no hizo ningún gesto al sentir la frialdad si no todo lo contrario se sumergió más.
- Ir al palacio imperial es tan asqueroso. – murmuró para sí mismo.
"Debo apresurarme entre más rápido visite a los leones más pronto me largare de ahí... Alice tu papá te protegerá."
El tiempo paso muy rápido ante los pensamientos de Alexander, este decidió levantarse envolviendo su cuerpo con la bata de seda para posteriormente vestirse con el uniforme imperial revelando el segundo mayor estatus después del emperador.
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Las mucamas corrían de forma alarmante gritando por todo el pasillo. - ¡Princesa!, ¡¿Dónde está?
- ¿Como es que no encuentran a una princesa que ni siquiera puede caminar? - mira de una forma aterradora a las jóvenes mucamas.
- Sir Carlos, Discúlpenos.
El caballero de ojos lila suspiró y salió de la habitación; Carlos susurró unas palabras intangibles y sus ojos resplandecieron adquiriendo una forma imperial.
- Ya la encontré princesa escurridiza. – camino lentamente embozando una pequeña sonrisa.
La joven princesa daba pasos pequeños pero seguros, mientras se dirigía a la habitación de sus padres, al momento que ella saboreaba la gloria como cuando vas a un maratón y estas a punto de obtener el primer lugar, pero este triunfo es frustrado por otro competidor llamado Carlos que la levanta y sostiene entre sus brazos.
- ¡P-R-I-N-C-E-S-A!, no sabía que los bebés se levantaran tan temprano. - dándole una mirada infernal.
Ella solo se limitaba a mirarlo con una cara de rayos y centellas, mientras se retorcía dándole leves pataleos, sin embargo, el caballero le respondió como si fuera un niño.
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¡Debo sobrevivir del Tirano!
FanfictionRenacer sin haberlo pedido es algo que le sucedió a nuestra protagonista y no en cualquier historia, si no, en la famosa novela de Princesa encantadora; donde ni siquiera este personaje es mencionado en la novela ni mucho menos recordados por el aut...