capitulo 17

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Claude caminaba pacíficamente por los alrededores del palacio Rubí acompañado por Félix cuando. 

- ¡Su majestad!, es un honor que este aquí en este momento, por favor siéntese a mi lado. – decía la mujer de cabellos rubios ondulados.

- Diana, no me sirvas té ya he tomado.

- ¿Sucedió algo, su majestad?

Claude la miro fastidiado. – Estoy exasperado, no comprendo a esa niña, le estoy dando dinero, joyas, vestidos lujosos que ninguna mujer del continente puede poseer ¿y que descubro? ¡Que no ha tocado nada de lo que le doy! Prefiere usar la ropa y joyas que le regalan los sirvientes que las mías.

Claude toco su sien con cansancio, mientras que Diana le acariciaba la espalda.

- Tal vez la princesa, no quiera causarle problemas aun es joven.

- No la justifiques, es tan inaceptable su actitud, incluso prefiere largarse a la mansión del Duque Alfierce, siempre encuentra un motivo para irse.

- Su majestad, ¿No había mencionado antes que no le interesaba para nada esa princesa? Sin embargo, sus actitudes son totalmente diferentes ahora, tanto que usted solo viene aquí para quejarse de la princesa... siento que hay un muro transparente entre nosotros ¿Acaso usted ya no está interesado en mí?

Diana se acercó tanto al rostro de Claude que sus respiraciones chocaban justo cuando ella estaba a punto de besarlo, Claude la aparto sutilmente y molesto le dijo.

- ¡No se te ocurra besarme! Te lo he advertido y no me hagas decírtelo dos veces... no estoy de humor Diana eres un maldito dolor de cabeza.

Claude salió del palacio Rubí rápidamente dejando a Diana en un estado de shock, Félix por su parte hizo una referencia en disculpa por la actitud del emperador hacia Diana, para él era muy extraño su comportamiento ya que la princesa de Siodonna cautiva se había vuelto la concubina favorita de Claude tanto así que era considerada la próxima emperatriz, no obstante desde que Diana quedo en cinta del emperador y que por ordenes de este hombre junto a la decisión de ella se logro el aborto de un feto de 3 semanas.

Para la princesa de Siodonna no causo ningún inconveniente la pérdida de su primogénito inexistente, pero para el emperador causo un cierto malestar que era difícil explicarlo ya que este mismo no sabia con exactitud, sin embargo, la llegada de Alice al palacio imperial termino por confirmar el rompimiento de la relación amorosa de Claude hacia Diana haciendo que las esperanzas de la futura emperatriz que vino de Siodonna desaparecieran como una estrella fugaz.

- Su majestad ¿Por qué dejo así a la princesa Diana?

- No me molestes Félix, me duele la cabeza déjame solo.

- Pero... como ordene su majestad.

Una vez que Félix dejo la habitación, Claude suspiro pesadamente y se acostó directamente en su cama mirando el techo finamente decorado, coloco su mano en su frente mientras seguía suspirando.

- Alice... tu aroma esta desapareciendo. - el murmullo de Claude le sorprendió tanto que abrió los ojos rápidamente.

- ¿Qué te esta pasando Claude? ¿desde cuándo nos volvimos tan...? ¿debo estar volviendo loco? ¿Mierda acaso el Fatum me esta haciendo el perro de esa niña?

Entre más pensaba Claude hizo que se quedara profundamente dormido, pero al pasar las horas un fuerte dolor lo hizo despertar creyó por unos segundos que había sido herido con una espada y estaba desangrándose, en su desesperación llamo a Félix este mismo no se demoro en llegar fijo su vista en un Claude jadeante tirado en el suelo frio.

¡Debo sobrevivir del Tirano!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora