Capitulo 15

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Las mucamas corrían despavoridas por toda la habitación mientras que otras entraban con joyas, zapatos y vestidos muy lujosos; por mi parte solo me limitaba a cubrir mi cuerpo con la bata de baño y observar todo el caos que ellas hacían por obtener el vestuario perfecto.

- Esto... jovencitas muchas gracias por preocuparse, pero me limitare a usar mi vestido que traía puesto. – dije mientras señalaba mi vestido.

- Sacerdotisa, no... su majestad imperial princesa heredera no podemos dejarle usar su vestido tradicional del templo ya que son ordenes de su majestad el emperador, además si usted asiste a la cena con ese vestido, el emperador nos castigara por no cumplir sus ordenes al pie de la letra.

El nerviosismo y terror de las mucamas era evidente, Claude es un completo general cuando dice una orden y por lo mismo es llamado un tirano.

- Comprendo, entonces estoy en sus manos.

Las mucamas empezaron arreglarme para la cena con Claude, eligieron un vestido con detalles chinos en color rojo, una vez ya terminado me dejaron sola en la habitación para esperar mi hora de muerte, observe la habitación por decima vez cuando alguien toca a la puerta.

- Disculpe princesa, soy un caballero me llamo Félix he venido para escoltarla y llevarla hacia el comedor principal, su majestad la espera.

Abrí la puerta y observé a un sorprendido Félix, le sonreí y dije. – Gracias, es un honor ser escoltada por Sir Robane. – sabía que Félix no era tonto y al llamarlo por su apellido estoy dando a entender que conozco sus orígenes.

- ¿Usted conoce de que casa provengo, princesa?

- Por supuesto usted es el líder de los caballeros y la mano derecha del emperador eso es lo que se conoce en toda Obelia, volviendo a su casa de origen es porque mi madre hablaba mucho de su segundo seno familiar.

Félix se tensó por mis palabras y no hablo más, gracias al silencio incomodo que le cause a Félix pude pensar más con claridad mis acciones y comportamientos hacia Claude en esta cena, cuando tenía todo ya ordenado mire la entrada del comedor al momento en el que llegue y me senté a lado de Claude aprecie el Buffet, las mucamas nos sirvieron, pero al paso de unos minutos yo no había tocado mi comida, el pensar que este envenenada me causa un pavor descomunal.

- ¿Acaso las personas del templo esperan que dios les de en la boca para cenar? – el tono burlisto de Claude salió al momento de verme.

-...

Claude suspiro y tomo un poco de mi comida, después de tragarlo dijo. – Lo ves, no esté envenenado ¿por quién me tomas? Si deseo matarte lo hubiera hecho ahora mismo.

- Disculpe su majestad. – con vergüenza empecé a comer para evitar más atención innecesaria de Claude.

El sonido de los cubiertos chocando los platos se hacía presente, cuando finalicé de cenar, Claude limpio sus labios con la servilleta y se levantó dándome a entender que debía seguirlo, cuando llegamos a su despacho me senté en el sofá y él coloco rápidamente una pluma mágica.

- Seré breve firma el contrato.

- ¿Perdón? No lo entiendo su majestad.

- Ah esta bien, te lo explicare tu padre antes de morir me coloco un sello mágico que se vuelve una molestia para mi cada aniversario de su muerte, mis poderes mágicos se desbordan volviéndose muy dolorosos; gracias a los magos dedujimos que eres el único miembro imperial que puede romper el sello por supuesto esto llevara un proceso para desaparecerlo.

- ¿Dígame la razón por la cual ayudaría al hombre que mató a mi padre? – mis sentimientos inundaron mi juicio y hable sin pensar las consecuencias.

- Niña idiota y me preguntas la razón... bien te la daré y es que te devolveré las tierras Stansgate podrás disponer de ellas, no, sino que, de toda Obelia, en conjunto con el estatus más noble, serás la emperatriz.

- ¿Qué? Yo no puedo ser la emperatriz, ¡¿Qué pasara con Diana y tu hija Athanasia?!

La mirada estupefacta de Claude sobresalió. - ¿Athanasia? Yo no tengo ninguna hija... ¿Qué rumores has escuchado de esa prisionera? Acaso crees que cederé el lugar a una princesa cautiva.

- ¿Princesa? ¿Estás hablando de la bailarina de Siodonna?, ¿Entonces ella sigue siendo una princesa?

- ¿Qué diablos estas diciendo, Alice? Si tanto deseas ver a esa perra de Siodonna arreglare un encuentro, pero estarás a mi lado.

- Es que yo no puedo aceptar ser la emperatriz. – mire a Claude estaba completamente molesto así que suspire y dije. – pero le prometo que le ayudare en lo que este a mi alcance ya sea en el sello o en asuntos políticos-sociales, pero será por un plazo de 2 años solamente seré un miembro imperial mas no la emperatriz, le juro que yo no pediré más a lo establecido en el contrato, le juro por Stansgate que solo quiero regresar a donde era feliz con una paz definitiva y no temporal como se lo juro su padre a mi padre.

- Creí que serias una niña ambiciosa, te sienta bien ser una sacerdotisa; acepto este trato, pero recuerda en estos 2 años eres solamente de Claude Alger de Obelia, no se te ocurra escapar de mi y sobre la paz que añoras la tendrás, yo no soy un hombre sin palabra.

Claude se acerco a mi con una sonrisa y firmo el contrato para después firmarlo yo, el contrato desapareció y solamente nos quedamos observándonos sin pronunciar alguna palabra.

- Su majestad.

- Llámame por mi nombre de algún modo nos volveremos cercanos.

- Claude, ¿Podría traer a dos miembros del templo al palacio?

- ¿Quiénes son?

- Ah sí, sus nombres son Clara y Carlos de apellido Donnova, es mi mucama personal y mi caballero. – No podía negar Claude lograba intimidarme hasta cierto punto de empezar a mirarlo con nerviosismo.

- Hare que mañana los traigan aquí, si no deseas alguna cosa más puedes retirarte.

Me disponía a retirarme cuando Claude sujeta mi mano para darme un beso en esta misma diciéndome. – Parece que le asienta muy bien volver a usar vestidos finos, no se te ocurra huir Alice recuerda nuestro juramento.

- No se preocupe yo también recuerdo mis deberes y promesas, Claude... que tenga buenas noches.

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Fin del Capítulo.

¡Debo sobrevivir del Tirano!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora