Capitulo 5

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Para nuestro gran duque la primer semana había pasado muy lento desde las insinuaciones sexuales de su hermana hasta las amenazas del emperador pero en una abrir y cerrar de ojos solo le faltaban 3 días para volver a sus adoradas tierras donde está su esposa, la gente que lo aprecia y depende de este, pero sobre todo extrañaba su amada hija ya que desde que la sostuvo entre sus brazos instantáneamente creo un vínculo que para él era indestructible jurándose que la protegería de todo el mal que le rodeara, Alice es su salvación luego del infierno que ha vivido a lo largo de su vida.

- Aunque deseen encontrar alguna irregularidad en el gran ducado déjenme arruinarles las esperanzas ya que su excelencia es muy meticuloso en esos asuntos. – miraba con desinterés un marqués en la junta del consejo noble.

- En efecto marqués, las tierras Stansgate son las más fructíferas de toda Obelia, aun si estuviéramos en guerra y la perdiéramos no sufriríamos económicamente teniendo a Stansgate... por cierto mis felicitaciones a la Gran duquesa y a usted por el nacimiento de su primogénita. - El hombre sonreía de manera amable y sincera.

- Gracias le diré a mi esposa de sus palabras; sin embargo, volviendo al tema no es para tanto Marqueses, me halagan, pero con una buena administración y devoción hacia el emperador como a nuestro imperio, harán de sus tierras más superiores que las mías.

- Su excelencia disculpe la interrupción, pero sus documentos están en perfecto orden, si no hay ningún inconveniente nos veremos en 5 años para otra revisión oficial del Gran ducado Stansgate. - dijo el contador real mientras le entregaba el documento de certificación.

- Gracias por el servicio, caballeros si me disculpan me retiro.

Alexander salió del consejo sin compañía de su servidumbre, solo le faltaba pocas tareas por cumplir para largarse de la capital, cuando una voz algo juvenil lo hace sacar de sus pensamientos para mirar al joven hombre de 18 años.

- Pero miren a quien me encuentro aquí, si no es más ni menos que mi alumno el Duque Roger Alpheus. - hablaba de manera orgullosa y entusiasmada.

- Maestro... ¡Discúlpeme su excelencia el Gran duque Stansgate! - haciendo una reverencia torpe hacia Alexander.

- Deja las formalidades Roger, te conozco desde que eras un infante, dime ¿Cómo vas con el ducado? O ¿ya estas cortejando alguna dama noble? – decía con picardía.

- El ducado va excelente gracias a su respaldo he podido hacer intercambios, le aseguro que le daré mucho orgullo. - el sonrojo del joven llego hasta sus orejas siendo notado por el mayor. - y con respecto a su otra pregunta estoy cortejando a una joven dama, aunque no creo que...

- ¿Bromeas?, yo no te he enseñado a ser tan inseguro Roger, confía en ti y en tu posición de duque, pero recuerda siempre debes respetar a la dama y no convertirte en un cretino. - le da una palmada en el hombro. - Roger tengo que ir a otro lugar, espero darme tiempo de visitarte o al menos trata de visitarnos en mis tierras para que conozcas a mi Aly.

- No se preocupe iré a visitarlos muy pronto maestro.

Roger y Alexander se marcharon en direcciones contrarias, el gran duque se estaba alejando del palacio real iba sin ninguna prisa admirando el bello jardín que sí, no fuera por los eventos traumáticos de su pasado este lugar seria el segundo lugar favorito, las pequeñas voces infantiles le hicieron voltear hacia esa dirección, los niños eran idénticos a él incluso pensó que su pequeña Aly a lado de estos se vería como su hermana menor, Alexander sonrió por un ligero momento pero esta desapareció al ver la acción de uno de ellos.

- ¿Puedo saber cuál es motivo de tu hostilidad, Anastacius? - decía con una ligereza de severidad.

- ¡Estas aquí padre!, estuve esperándote en la cena, pero no asististe yo realmente te he extrañado.

- Lamento no asistir no ha sido tu culpa. - Alexander miro al pequeño niño con golpes y rasguños. - Anastacius ¿golpeaste a tu hermano?

- No claro que no, solo lo he empujado, madre dijo que debía apartar a es hermano bastardo lejos de mí.

- Tu hermano no es ningún bastardo ni mucho menos tienes el derecho a golpearlo, el también posee sangre imperial y si escucho que lo vuelves a hacer yo mismo me encargare de castigarte Anastacius, por favor retírate pasare por alto tus acciones no dignas de un príncipe heredero.

Anastacius se fue sin rechistar al parecer adoraba a ese hombre, el silencio reino por unos segundos cuando Alexander miro al niño y se colocó en cuclillas para verlo mejor.

- Hola no tengas miedo mi nombre es Alexander Stansgate bueno antes era el príncipe imperial Alexander Alger de Obelia, ¿ves? tenemos los mismos ojos. - señala sus ojos imperiales con una sonrisa agradable.

- Pero ¿Por qué mi hermano te ha dicho padre? - decía con un nerviosismo jugando con sus pequeñas manos.

- Eso es fácil porque yo soy el hermano del emperador, soy tu tío, Claude.

- ¿Entonces yo también puedo decirle Papá?

- ¿Eso es lo que deseas?

Claude solo asintió con un rubor en sus mejillas, Alexander no odiaba ninguno de estos niños para él, solo son víctimas del egoísmo de sus padres, en especial de Claude incluso sentía lastima de la tan falta de cariño que recibía; Alexander agarro al pequeño y lo cargo entre sus brazos.

- ¿A dónde vamos papá?

- Iremos al palacio Rubí donde esta tu madre esperándote, además que curaras tus heridas y yo platicare con ella.

- P-Papá no golpeas a mamá ella no ha tenido la culpa.

- No te preocupes Claude, yo jamás voy a tocar a Catherine ni voy a dejar que la toquen.

Alexander miro fijamente hacia el palacio con un aura aterradora siendo notada por todos los sirvientes, pero menos por el niño.

- Bienvenido su excelencia el Gran Duque Stansgate.

- ¿Ustedes están ciegos o son unos inútiles? No vine solo, estoy con su amo el Príncipe Claude.

Fin del capítulo.

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¡HOLA!

Espero que les haya gustado estos capítulos.

¿Alguno excusa del porque no subí?

Fácil me la pase viendo series de Netflix.

Pero aquí estamos.

-Salem Readings.

¡Debo sobrevivir del Tirano!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora