Capitulo 7.

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Han pasado 6 años aproximadamente desde que papá fue a visitar el palacio imperial, sin embargo, al mes que papá dejo el palacio imperial este se inundó de una terrible visita "la muerte" ... La primera víctima fue la concubina del emperador es decir la madre de Claude, corrió el fuerte rumor de que su enfermedad no fue la causante de su muerte sino que fue envenenada, nadie asistió a su funeral solamente estaba presente Claude y Félix; aún recuerdo cuando papá se enteró de la noticia su voz estaba temblorosa como si estuviera intentando contener las lágrimas, ¿acaso esa mujer era alguien importante para mi padre?, Poco tiempo después el palacio fue foco de atención al anunciar la muerte de la emperatriz, causa de su muerte envenenada al beber té, ahora la muerte del emperador y la coronación al nuevo emperador Anastacius, pobre Anastacius no va a durar mucho tiempo.

- Excelente princesa sus conocimientos están a la par de este humilde profesor, es usted una prodigio.

- Es un honor recibir tales elogios del mejor egresado de la academia de Atlanta. - sonreía la niña con un toque de dulzura.

- Créame princesa usted será digna de heredar el ducado, lamentablemente no tengo nada que enseñarle, pero estaré aquí para resolver sus dudas si están a mi alcance.

- Entonces puedo hacerle una pregunta profesor.

- Por supuesto princesa.

- ¿es cierto que el próximo emperador desea la presencia de mi padre y de toda la familia?

- ¡Cielos santo! Como se enteró de esto... en fin así es princesa, el príncipe heredero quiere la asistencia de la gran familia noble Stansgate, sin embargo, parece ser que solo asistirá el señor y la señora, usted se quedará aquí por lo que tengo entendido. - decía el hombre acomodando y cerrando los libros.

- ¿sabes porque padre no quiere llevarme? Siempre salen ellos a la capital y me dejan aquí, incluso no me llevaron cuando el tío Roger se casó. – un puchero salió de las mejillas y ojos de la niña.

- Lo lamento princesa, pero eso no me concierne, pero puede ir a preguntar a su alteza, le daré por finalizada la clase de hoy.

El profesor más tardo en decir las últimas palabras cuando Alice corrió a toda prisa por los pasillos de la gran mansión, sus cabellos rubios lisos se sacudían al movimiento de su brusca carrera saltando escalones, llegando a la caballería, área de lavado, jardín principal, jardín trasero, etc. Recorrió tantos sitios a una velocidad abrumadora que se detuvo por falta de aire sus mejillas estaban totalmente enrojecidas por el exceso de ejercicio, cuando escucho el galope de un caballo que se detenía enfrente de ella.

- ¿Puedo saber que estás haciendo aquí Alice? - Alexander observo a su hija que estaba toda desaliñada con las mejillas rojas, con el vestido algo sucio y el moño que tenía en su cabello estaba a punto de caerse, sin mencionar lo espantoso que dejo sus pequeños zapatos blancos que habían perdido su apariencia para estar mezclados con excremento de caballo y lodo.

- ¡Papi! Te estuve buscando por todos lados. - Decía mientras corría para intentar abrazarlo.

Alexander no espero ni un segundo cuando bajo del caballo para sostener a su adorada hija mientras le daba una ligera vuelta alrededor de él, para posteriormente cargarla entre sus brazos.

- Aly, no debes correr así, puedes caerte y lastimarte, tu papá adora que su hermosa hija lo reciba, pero no pierdas el orden de tu ropa o mamá estará muy furiosa conmigo. - dándole besos en la mejilla mientras le colocaba el moño en su orden correcto.

- Papi, ¿puedo preguntarte algo? - exclamo entre risas la pequeña.

- Lo estás haciendo ahora mismo Aly, pero contestare otra pregunta que desee mi princesa.

- Papi es sobre si me llevaran a la capital... Papi, ¿esperamos visitas en la casa? - señalaba con su pequeño dedo al carruaje elegantemente decorado.

Alexander giro su vista hacia el objeto que señalaba su hija este mismo se estremeció al ver que el carruaje se acercaba a ellos con guardias imperiales de inmediato llego Elizabeth acompañada por los caballeros al servicio del Gran ducado formando una fila en protección de la familia Stansgate, Alexander bajo a su hija dejándola con Carlos este caballero la coloca detrás de él, como un perro protegiendo a su amo.

El carruaje se detuvo enfrente de ellos y la puerta se abrió dejando salir a un joven aparentemente de 15 años con belleza inigualable de cabellos dorados y los ojos imperiales.

- Saludos y bendiciones al sol de Obelia, su majestad el emperador Anastacius. - exclamaron Alexander y Elizabeth haciendo una reverencia.

- Siempre había deseado venir al gran ducado, pero ahora que soy emperador no puedes negarme la entrada verdad, ¿no?

- Yo jamás he negado la entrada a la familia imperial ni mucho menos al emperador, aunque me parece descabellado de su parte venir sin dar un previo aviso, ya que no podemos darle una bienvenida adecuada a su honor.

- Oh parece que he cometido un error, sin embargo, me gusta tomar por sorpresa a ciertos conocidos. - Anastacius fijo su mirada en cierto caballero que mantenía escondida a una niña.

- Estoy feliz de su visita su majestad, aún recuerdo cuando era un bebé. - sonreía Elizabeth con sinceridad en sus palabras.

- Gran duquesa sigue emanando su dulzura a pesar de los años... pero porque la joven señorita no sale de su escondite.

Anastacius se acercó al caballero, pero Carlos no aparto su cuerpo siendo una barrera que impedía el contacto de Alice y Anastacius, no obstante, esto provocó la ira del emperador.

- ¡¿Cómo osas desafiar al emperador?!

- Lo lamento, pero no puedo dejar que ninguna persona se acerque a mi señorita, incluso si dios de Obelia baja mi respuesta y acciones serán las mismas. – decía Carlos con un toque desafiante dando miradas amenazadoras.

Fin del capítulo. 

¡Debo sobrevivir del Tirano!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora