Capitulo 18

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El peso que oprimía mi cuerpo me hizo despertar, cuando giré mi cabeza para identificar el origen de mi despertar me encontré con un perfecto torso y divinos pectorales dignos de una escultura griega, Claude estaba profundamente dormido, no pude evitar seguir mirando su belleza era algo jodidamente... ¡un dios!

Me levanté apartando sus brazos delicadamente, al momento que mis pies tocaron el suelo y di dos pasos, mis piernas no pudieron más y caí.

"Joder, ¿Qué rayos me hiciste Claude para que mis piernas no me soporten? ¡Vamos Alice levántate no podemos dejar que este tirano o las mucamas nos vean así!"

Con algo de esfuerzo me levante y espere, una vez que mis piernas se adaptaron me cubrí con una sábana dispuesta a marcharme, al momento en que abrí la puerta note con asombro que no existía el pasillo del palacio solo había un abismo; entre mi incertidumbre unos brazos formidables me abrazaban mi cintura.

- Si caes ahí, no podré sacarte es un hechizo que aún no logro perfeccionar así que no se a dónde te llevara. – Claude me susurro en mi oído con voz ronca.

- No estoy tan loca para saltar a un vacío, ¿Por qué colocaste este hechizo?

- Lo hice para que nadie de los sirvientes del palacio escuchara tus adorables gemidos mientras teníamos sexo.

El rubor en mi se hizo evidente y Claude soltó una risilla traviesa, mientras me hacía volver a la cama.

- ¿Por qué te cubres? Yo ya he visto todo de tu cuerpo y viceversa, lo que menos debe existir entre nosotros es la vergüenza.

- ...

- Ven vamos a bañarnos. – El rostro de Claude se llenó de indecisión. – No, es mejor que tomes tu sola el baño, no tengo autocontrol.

- De todas maneras, pensaba negarme a darme un baño con usted.

Una vez que ingresé a la tina permanecí un tiempo suficiente hasta que Claude toco la puerta por el tiempo demorado, le pedí un poco mas de tiempo y Sali de ahí para volver a colocarme mi vestido arrugado, sin lentitud y demora él me ayudo a ajustar el cosert del vestido.

Los ojos zafiro de Claude brillaron con intensidad y nuestras respiraciones debido a la cercanía se mezclaron, yo sabia que estaba a punto de besarme, pero los toques de la puerta interrumpieron la acción de él.

- ¿Su majestad?, ¿Princesa? ¿Están dormidos? – Hablaba Félix en un tono bajo.

- Si hablas tan bajo, ¿Cómo mi señorita te va a escuchar? Ella debió haber ayudado al emperador, debe estar agotada, no pude evitar preocuparme del que no haya llegado a dormir en su habitación, ¡Habla más fuerte Félix!

La voz que regañaba a Félix sin compasión era solamente de Clara y mi preocupación se hizo evidente.

- ¿Desde cuándo desactivaste el hechizo?

- Aproximadamente 10 minutos, es una lastima que no hayamos terminado.

- ¿Qué? Olvídalo debo salir de aquí... las sabanas. – señale lo que hizo que este también volteara a verlas.

- Es algo normal me diste tu castidad, pero si te inquieta que alguien las vea me encargare de ellas.

La vergüenza volvió apoderarse de mí, le agradecí y Sali rápidamente de ahí llevándome disimuladamente a Clara; al momento que entramos a mi habitación suspiré en señal de alivio, sin embargo, mi mucama adorada empezaba a desabotonarme el vestido con rapidez, por mi parte luchaba para que dejara de hacer eso.

- La vergüenza volvió apoderarse de mí, le agradecí y Sali rápidamente de ahí llevándome disimuladamente a Clara

- ¿Qué haces Clara? Detente. – dije con un tono de pena.

- No lo esta viendo, le estoy quitando ese vestido debemos tirarlo cuanto antes, no mas bien seria mejor quemarlo. – Ella observo una pequeña mordida en mi hombro izquierdo y me miro alarmada. - ¿Acaso el emperador y usted...?

- ...

Clara no siguió insistiendo mi silencio le confirmaba todo, solo se limitó a sonreírme de manera dulcemente como una madre reconfortando a un niño indefenso.

- Lo que hizo con el emperador no saldrá de mi boca lo mantendremos en secreto, tendrá mi total discreción, no se lamente esto no es su culpa ni es un acto que merezca la muerte sin embargo cuide mucho su corazón usted es muy pura para un tirano como él.

Después de conversar un poco y maquillar las marcas que Claude me dejo esa noche, un golpe en la puerta hizo que Clara dejara de levantar los platos de mi desayuno al momento en que la puerta se abriera se mostro ante mis ojos a Liliana York, no pude contener mi alegría como una fan de estos personajes, pero gracias a mi acción deje a una desconcertada Lilian.

- ¡Gloria y Bendiciones a la única estrella del imperio princesa Alice! Disculpe mi intromisión princesa, pero he venido de parte de la princesa Diana para darle esta invitación a una fiesta de té. – Ella se acerca para darme la invitación.

- Gracias, pero era innecesario tanta formalidad señorita York. – Le comentaba de una manera dulce.

- ¿Una invitación? Mi princesa Alice ha enviado decenas de cartas a su señorita y jamás ha tenido respuesta, me parece una descortesía que llegue usted con una invitación. – Clara le reclamaba furiosa a Lilian y está por su parte se mantenía callada.

- ¿La fiesta de té es hoy al medio día? – dije con algo de asombro.

- Así es, la princesa Diana espera con ansias su visita en la fiesta.

- ¡Por supuesto! Ah y puedes retirarte señorita York. – el pronunciamiento de su apellido hizo poner a Lilian temerosa, aunque ella no tuviera la culpa de esto me hacia sentir molesta la actitud de Diana.

Cuando por fin salió, el silencio volvió a reinar en mi habitación y solo se escuchaba el sonar de las yemas de mis dedos que rozaban con la carta de Diana.

- ¡¿Cómo se atreve esa princesa extranjera a humillarla así?!, ¡¿Qué derechos goza para tratar así a la segunda en sucesión al trono?! – hablaba Clara mientras golpeaba un cojín para sacarle un inexistente polvo.

- Trata de tranquilizarte Clara, no obtendremos nada con alterarnos además debemos saber el porqué de sus acciones.

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Fin del Capítulo.

Hola lamento no actualizar, pero Sali afectada por el Huracán Grace y no tenia luz ni señal telefónica pero aquí sigo dándoles molestias.

Recuerden que es temporada de Huracanes y ciclones extremen sus precauciones.

Salem Readings.

¡Debo sobrevivir del Tirano!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora