¡Debo sobrevivir del Tirano!

Capítulo 37

Mientras los nobles cuchicheaban entre ellos, Claude lucia molesto por todo lo sucedido sin embargo su mirada lo delataba sin mas levanto su mano haciendo que todos guardaran silencio y lo observaron detenidamente.

- Estuve encerrado un mes y ahora tanto como el supremo sacerdote junto al mago de la torre mágica han dicho que nunca he tenido magia negra, pero ustedes siguen sin creer en estas palabras, las blasfemaciones en mi contra serán castigadas con pena de muerte, así que Félix llévate a todos los traidores y que los decapiten junto a sus familias también deseo que sus cabezas decoren la cuna de mis hijos. – hablo de manera seria esbozando una sonrisa macabra.

Todos los nobles se les erizó la piel, mientras otros trataban de controlar sus náuseas, ninguno de ellos dudaba a lo que Claude había dicho ya que siempre ha sido un emperador de acciones, rápidamente los nobles se pusieron de rodillas implorando el perdón.

- Su majestad por favor reconsidere su orden le imploramos benevolencia de su parte. – Los nobles acusados hablaron al unisonido. - Por favor que su majestad la emperatriz nos salve.

Claude al escuchar la mención de Alice estallo en colera y miro con mas asco a los nobles.

- No vuelva a salir de su sucia boca la mención de mi mujer, malditos osados. - Departo Claude. – Félix llévatelos ahora mismo.

- Como ordene su majestad. – Asintió Félix dando una reverencia.

- Los demás nobles quedan advertidos, aquellos que desafíen al emperador o a los miembros de la nueva familia imperial serán castigados con la decapitación o la horca es decir que tendrán pena de muerte.

- Le juramos al único sol del imperio que jamás iremos en contra de sus voluntades ya sea de usted o de la noble familia imperial porque seria ir en contra de Obelia. – Exclamaron los demás nobles.

- Pueden retirarse tendré una platica con Anastacius en conjunto con el supremo sacerdote, el mago de la torre negra y la guardia imperial, no se preocupen les comentare lo sucedido en otra reunión, pero les aseguro que no quedara impune.

Los nobles se retiraron sin rechistar y cuando por fin se mantuvieron solos las personas solicitadas Claude hablo.

- Traigan a Anastacius al jardín del baldaquino flotante y lleven té, lo estaré esperando ahí.

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¿Cuánto tiempo llevo encerrada?, ¿Por qué todo se ha derrumbado? Yo debí haberme vuelto emperatriz y vivir muy feliz con Claude, pero si ella no hubiera aparecido yo hubiera sido la mujer mas feliz del mundo, yo pude rencarnar gracias a mis habilidades ahora estoy en prisión sola y voy a morir sola.

- Que derrotada te ves, Diana. – Habló una voz entre la penumbra.

- ¿Quién eres?

- ¿Acaso no me reconoces? Soy yo, Penélope.

- ¿Como pudiste entrar?

- La magia querida, nosotras no regresamos al pasado por nuestros propios logros, nosotros venimos por nuestro verdadero hombre y es el momento de que le ayudemos.

- ¡¿Pero cómo?!, ¡Nuestro plan fue un fracaso Claude no me ama e incluso la que debía ser mi hija me abandono y eligió a esa perra como madre! – Grito Diana con euforia.

- Deja de gritar ¿además si Claude no te ama no sería por esa mujer? Entonces porque no la hacemos sufrir por ser una entrometida en nuestro destino, Diana es momento que aceptes esta magia.