Capítulo 36

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¿Cuánto tiempo debo estar con esta incertidumbre? Claude pensó para sí mismo, suspiro pesadamente en sus aposentos, los dolores de cabeza en Claude se hacían más molestos, pero mantenía la serenidad por la acusación de Anastacius, no podía generar más trabajo a su amante que estaba en cinta.

Había escuchado gracias a Félix que Anastacius intentaba acercarse a Alice sin embargo Carlos impedía el contacto de ambos, por primera vez agradece la gran devoción de sobreprotección hacia su princesa.

Mientras echaba un vistazo a la gran ventana, una luz cegadora entre la penumbra se hizo protagonista de las sombras de la habitación, Claude colocó su mano como escudo de la deslumbradora luz; una figura de un hombre adulto salió del portal mágico causando revuelo en Claude que lo hizo tomar su espada en posición de combate.

- ¡Gloria y bendiciones al único sol de Obelia!

- ¿Quién carajo eres tú? – Claude fulmino con la mirada al hombre.

- Lamento mi descortesía su majestad, mi nombre es Lucas... soy el único mago de la torre negra es decir soy el actual maestro de la torre negra.

- ¿A qué se debe esta visita tan inesperada?- Exclamo Claude sin bajar su espada.

- Majestad, usted apesta a magia negra, si yo salgo ahora mismo por esa puerta y le digo a todos que el emperador esta corrompido será usted decapitado por traición hacia Obelia, pero como soy una persona amable y benevolente no lo hare. – Lucas sonrió. – he venido a salvarlo de la magia negra que lo ciega.

Lucas saco la rama que había cortado del árbol de la vida y la sacudió efusivamente dejando a Claude con cara de desconfianza.

- ¿Una rama? ¿Me preparas un té con esas hojas?

- No soy su sirviente para servirle té si desea una taza llámele a una criada, la rama que usted ve es del mismísimo árbol de la vida, le ayudara a purificarse.

- ¿Quién te mando?

- La princesa Alice me lo pidió y yo no deseo verla sufrir. – Lucas se acercó a Claude. – Mucha platica y poca acción, buenas noches su majestad.

Claude se sorprendió y antes de que pudiera hablar o oponerse, Lucas le dio un fuerte golpe con la rama del árbol de la vida en su cabeza dejando inconsciente al ojizafiros y con la rama partida en dos.

- Vaya creo que me sobrepase un poco, espero no dejarle cicatriz en su cabeza. – Lucas observo como la magia de la rama iba desapareciendo dentro del cuerpo de Claude. - ¿Qué harías sin mi Princesa?

Lucas desapareció entre la penumbra dejando a Claude tirado en el piso inconsciente.

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- Buenos días Anastacius ¿a qué debo su visita? – Alice hablo mientras se encontraba sentada en el trono del emperador.

- Como sabrá mi visita es para ofrecerle este humilde obsequio. - Anastacius mando a un sirviente hacia Alice dándole una pequeña bolsa transparente.

- Esto es... - Alice observo detenidamente el contenido.

- Son peces originarios de Siodonna, sus hermosos colores hacen que de una vista mágica con sus tonos tornasoles, quedaran perfectos en el estanque del palacio o en la mansión Stansgate. – La mirada de Anastacius se hizo burlesca.

- ¡Como te atre...! – Alice apretó con fuerza la bolsa para después sonreír. – Ahora que lo pienso ¿no usted siempre deseo regalárselos a mi padre? Tengo entendido que mi padre jamás recibió alguno de sus peces, pero no se preocupe los colocare en el lago del palacio, no quiero que mi padre sufra con ellos en Stansgate.

¡Debo sobrevivir del Tirano!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora