Capítulo 41

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Hoy era uno de esos días en que odiaba estar viva, todo lo que había tratado de reprimir durante meses comenzaba a desbordarse en mi interior a perder el control de mis emociones, estaba a un pequeño paso de colapsar, esperaba que a Kendall se le haya pasado el enfado de esta mañana, solo que no me imagine que se enfadaría así, la necesitaba.

-Gracias -Dije para luego bajarme del auto, el Sr. Turquía me había puesto chófer en lo que a Kendall le levantaban el castigo, me percaté de su auto estacionado frente a la cochera.

Entre a casa soltando un suspiro, todo estaba en completo silencio, al llegar a la habitación sonreí de lado al encontrar la completamente dormida en su cama abrazando su frazada de irom man, deje mis cosas sobre mi cama para luego acercarme a ella, me recosté a su lado dándole la espalda, corriendo el riesgo de que despertara y se enfadara más de lo que ya estaba conmigo, solo quería sentir su cercanía.

No quería molestarle con mis problemas y que pensara que es una manipulación para dejar pasar lo de esta mañana, sé que ha sido mi culpa, a veces me da mucha flojera dejar como encuentro las cosas. Nuestra discusión de este mañana solo ha sido el inicio de un pésimo día, seguía sin entender realmente por qué mi hermana se empeñaba en querer "Reparar" nuestra relación, cuando en la sesión de hoy solo fue reproche tras reproche, todo a raíz de las cartas que mis padres le habían enviado, recibió dos y yo solo una de parte de papá que seguía sin abrir, durante estos meses he tratado de seguir adelante, de fijarme en lo positivo de las cosas, pero estoy llegando al punto en que ya no puedo con esto, no distingo entre resentimiento o tristeza, sé que estoy mejor ahora con los señores Turquía, aunque solo sean buenos conmigo por compromiso y no porque realmente me quieran aquí.

A pesar de ello no extraño el desprecio de mi madre, pensé que no podría vivir sin mi padre, pero algo en mí se rompió al darme cuenta en la persona que realmente era, solo necesitaba encontrar en mí las fuerzas para romper su carta, una parte de mí no le importaba lo que le pasara o lo que tenga que decir, solo quería olvidarme de él, y seguir, pero no podía, a pesar de que no tengo familia realmente y nunca la tuve antes de venir aquí, ya no quiero seguir intentando nada con Mackenzie, ella y su "Hermandad" podían irse a la mierda.

Deje de preguntarme hace mucho ¿Por qué mi madre no me quería? Seguía sin saber la respuesta, a pesar de ello, seguía intentando agradarla manteniendo la estúpida fachada de chica popular, tal y como ella me dijo una vez, si seguía los pasos de Mackenzie tal vez ella llegaría a quererme, me lo dijo tantas veces que mi objetivo fue ese, querer cumplir sus expectativas al precio que sea, nada más me importaba, pero ahora tenía junto a mí a quien no espera eso de mi parte, sé que piensa que me avergüenza su compañía o que me importa demasiado mi imagen, pero no es así, lo que más quiero es presumirla en todos lados gritarles a todos que es mi novia, pero una parte de mí quiere intentar que mi madre me quiera, poder escribirle y decir: "Hice todo como lo querías" aunque eso no sirva de nada y ella siga sin reconocer que es mi madre, no lo admitía, pero eso me comía por dentro.

Sorbí por mi nariz, había comenzado a llorar, debo levantarme antes de despertar a Kendall, al intentar incorporarme, una mano sujeto mi brazo haciéndome sobresaltar.

-¿Qué sucede? -¡Oh no! -¿Verónica?

-Nada -Murmure en voz baja, limpiando mis mejillas con mi mano.

-¿Nada? Estás llorando -Negué, trataba de zafarme de su agarre.

-Suéltame -Logre que me soltara al ponerme de pie, intente salir rápidamente de la habitación, pero sus brazos rodeando mi cuerpo lo evitó, trataba de poner resistencia a sus brazos queriendo recostarme sobre su pecho.

-Amor -Mi mente se quedó en blanco unos segundos, me gire entre sus brazos quedando frente a frente, la preocupación estaba reflejada en todo su rostro, olvide por completo que mi cara era un desastre de lágrimas y maquillaje, creo que no se dio cuenta de lo que dijo, termine recostada sobre su pecho mientras me abrazaba, lo que me hizo romper en llanto esta vez sin contenerme, no sé en qué momento quede sentada sobre sus piernas mientras me arrullaba como a una niña, perdí la noción del tiempo, mi mente se bloqueó, pero mi cuerpo reaccionaba a la carga de mis problemas, sujete con fuerza su brazo la tristeza comenzaba a mezclarse con rabia - Me duele - Solté lo solté de golpe, para luego acariciarlo, abrí mis ojos percatándome de las marcas rojas de mis manos sobre él, su otro brazo rodeaba mi cintura mientras mi cabeza descansaba en su pecho, podía escuchar su corazón, trataba de no hacerle daño a sus pechos con mi cabeza.

¿Odiarla o amarla?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora