¿Odiarla o amarla?

Capítulo 40

Mientras me apresuraba a terminar mi tarea para mi siguiente clase no podía evitar escuchar las conversaciones a mi alrededor, todas trataban de lo mismo "Kendall siendo llevada en una ambulancia", cada una con diferentes versiones, una de ellas "Renata trato de asesinarla" o "La enfermedad de la rara" entre otras estupideces. Sin embargo, a Renata no parece importarle, varios se le han acercado en lo que va del día queriéndole sacar información, no faltaba aclarar que la he estado vigilando, está manejando muy bien la situación o eso aparenta.

Al terminar las clases me encamine hacia el gimnasio, faltaba exactamente un mes para la competencia, el tema no dejaba de causarme demasiado estrés, los gritos de la entrenadora me terminaban volviendo loca, como hoy, voy 10 minutos tarde, solo quería llegar a casa y poder abrazar a Kendall.

Tres horas de gritos después, fui la primera en salir y para mi buena suerte el chofer no ha llegado aún, se supone que ya tendría que estar aquí, ¡Genial!

-Verito –Me gire con el ceño fruncido, odiaba que me llamaran con diminutivo, solo había alguien en toda la escuela que sigue haciendo esa estupidez -¿Esperas a alguien? –Asentí –Podría llevarte.

-Gracias, para eso tengo chofer –Levanto una ceja con un gesto divertido.

-Llevo tratando de invitarte a salir desde hace un tiempo –Dijo con un tono nostálgico –Pero nunca me dejas acercarme.

-Debe ser por algo no crees –Murmure viendo la hora en mi móvil.

-Algo me dice que no eres tan heterosexual –Dijo acompañada de una sonrisa arrogante.

-Quizás no -Di una vaga respuesta.

-Entonces ¿Porque no sales conmigo? –Giré mis ojos, pude visualizar mi transporte a lo lejos.

-Porque no me interesas –Afirme, el chofer aparco el vehículo frente a mí, segundos después salió abrirme la puerta.

-Disculpe la tardanza Srta. Contreras.

-No hay problema, gracias –Ni siquiera me despedí de esa imbécil.

-No me rendiré –Le escuché decir segundos antes de que cerrará la puerta el Sr. Mauricio, suspiré, a Kendall no le agradará saber esto.

Media hora después aparco frente a casa de los Turquía o mi casa como me habían corregido más de una vez, solo que no me sentía con ese derecho.

-Verónica –Me sorprendí al ver a la señora Turquía en la sala, le sonreí, había olvidado que llegaba esta mañana, me acerqué abrazarle –¿Qué tal la escuela? –Pregunto luego de soltarme.

-Todo bien –Estuvimos conversando alrededor de media hora, aunque moría de ganas por ver a Kendall, conmigo era demasiado dulce, todo lo contrario, a lo que es con Kendall, como sería si supiera mi relación con ella, probablemente me desaparecería de la tierra, una llamada interrumpió nuestra conversación, lo que hizo que me mandara a mi habitación.

Subí rápidamente, fruncí el ceño al no encontrarla, me acerqué a buscarla en el baño sin éxito, comenzaba a preocuparme, pensé encontrarla dormida, me acerqué a buscarla en el closet.

-¡BU!

-¡AHH! –Grite, segundos después escuche su risa, me gire con la mano en el pecho -¡IDIOTA! –Tome un cojín comenzando a golpearle -¡Sabes que odio cuando haces eso! –Seguía retorciéndose de la risa al punto que se quedó sin aire, deje de golpearle, saco el inhalador de su bolsillo, dándole un par de jaladas, tosió un poco, mientras se masajeaba la garganta.

Se escucharon unos golpes en la puerta luego el Sr. Turquía entró -¿Todo en orden? -Nos observó como si tratara de adivinar que sucedía.

-Me golpeó con un cojín -Me señaló, le miré con el ceño fruncido, volví a golpearle.