Capítulo 24

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-Kendall -Dije mientras abría la puerta de los baños, cerré con pasador al darme cuenta que solo estaba ella dentro, mirándose fijamente en el espejo como si quisiera romperlo, la ira estaba por todo su rostro -Kendall -Le llame con voz tenue, tratando de que no se enojara más si eso era posible.

-Vete.

-Kendall... No tuve nada que ver en esto.

-¡Lárgate! que no escuchaste -Dijo girándose hacía mi, de sus ojos brotaba la rabia, irritados por la malteada.

-¡No tuve nada que ver! -Dije exaltada, observando su ropa manchada por las malteadas que le habían lanzado y parte su su pantalón, suspiré.

-No quiero tenerte cerca, NO QUIERO.

-No me hagas culpable de esto, ni siquiera se que demonios paso -Me queje, soltó una risa irónica -Eso piensas, que yo tuve algo que ver.

-Lárgate, solo lárgate.

-Kendall.

-LÁRGATE QUE COÑO NO ENTIENDES -Suspiré, se giró y soltó un par de puntadas a su mochila, que de seguro daño su tableta que nunca sale sin ella, saque la camisa que andaba de ella de mi mochila y la deje sobre el lavado, sin decir nada más, salí de ahí hacía mi otra clase.

Mi ánimo se cayó al piso con su actitud lo provocó instantáneamente, creí que ya habíamos hablado de esto, que estaba superado, pero al parecer no lo dejé lo suficientemente claro, me culpa, me sigue culpando de todo, y si todo era mi culpa yo comencé con esto y ahora las cosas seguían igual aquí, me hizo sentir mal, su rechazo, su actitud y sus ganas de querer matarme, cuando yo solo quería limpiarla y abrazarla, disculparme aún que ya no fuera obra mía, yo seguía sin darme cuenta de cómo pasó y ya no importaba, media hora después escuche su voz al entrar al salón pero no levanté mi rostro del libro, que llevaba 5 minutos en el mismo párrafo, las chicas comenzaron a reírse, quería desaparecer de ahí.

Quizá todo haya sido un error, un error creer que podíamos tener algo después de todo lo que le provoque, tal vez no todo tiene una solución, que se suponía que tenía que hacer, después de semanas en que las chicas la seguían molestando y ella parecía estar tranquila, pero no, era una bomba de tiempo y ya estalló destruyendo a su objetivo, a mí, pensé que le había demostrado que mis intenciones eran sinceras, y creí que todo estaba bien, soy una idiota.

Al terminar la clase me dirigí con desgano hacia las prácticas con las animadoras, recibiendo más de un grito de mi entrenadora y más de un castigo, la práctica fue más castigo que practica.

-Verónica dónde está tu cabeza este día -Suspiré, mientras también la entrenadora quería matarme -Deja de pensar en ridiculeces y concéntrate en ser una buena capitana -¡Genial! -Si no quieres que ponga a alguien más.

Tome mi mochila y salí sin ducharme, sabía que Kendall no iba a esperarme, debía caminar a casa, me sorprendió realmente al ver el auto estacionado donde siempre me espera, subí en la parte de trasera sin percatarme si usaba la camisa, fijé mi vista en la ventana durante todo el camino realmente incomodo, al llegar a casa subí a ducharme, media hora después caminé rumbo a casa de Jazmín, era realmente grato que su casa quedará a dos calles de aquí.

-Hola -Dije al entrar a su habitación mientras ella tenía una mascarilla que cubría su boca -Te traje tus favoritos -Sacudí la caja de bombones.

-Gracias -Dijo en un susurro ronco y con gran dificultad.

-Creí que eras inmune a las enfermedades -Dije con mi voz burlona, a lo que ella tanto presume.

-Cállate -Reí.

¿Odiarla o amarla?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora