Capítulo 25

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La sonrisa que se me formó desde el detalle de las rosas seguía intacta, me hizo olvidar la pésima cita con mi hermana. Andaba de un lado a otro tomada de la mano de Kendall y era algo indescriptible, comienza a estar un poco más suelta conmigo un diez por ciento quizás, la verdad es que es muy pero muy distante la mayoría de las veces y eso me decepciona, suelo ser quien toma la iniciativa todo el tiempo y es con algo que debo de trabajar, aparenta ser muy dura y simple, pero creo que ha demostrado lo contrario con las rosas, a pesar de seguir teniendo mis dudas sobre si vamos a funcionar. 

Nos sentamos a comer en una pequeña mesa alejada de lo concurrido de la plaza, a pesar de estar vacía me gustaba un poco más de privacidad con ella, le había comentado sobre mi entrenamiento lo pesado y de que iríamos a las nacionales el siguiente año luego de las fiestas, es divertido estar con ella porque es experta en hacerse la tonta, al terminar de comer, me quedé observando la mientras ella jugaba con mi mano.

-¿Te gustaron las rosas? -Asentí -De verdad lamento haberme comportado así -Retiré mi mano -Algunas veces me cuesta controlarme.

-Ya lo noté -Dije simplemente.

-No planeo que vuelva a suceder.

-Pero pasará -Afirme -Ellas no se detendrán y de nuevo pensarás que yo sigo teniendo la culpa, cuando yo hacía eso para llamar tú atención, y ellas solo te han elegido para divertirse, volverás a gritarme y...

-No, yo no, dios no, no volveré a actuar así por eso... Solo se me hizo costumbre... Siempre eras la culpable y no sé aún en ese momento lo pienso, no puedes culparme.

-Si, si puedo, porque yo te he demostrado mucho este último mes, se supone que tenemos algo y aún me haces culpable de todo.

-No es así, solo estaba molesta.

-Y tenías que desquitarte conmigo -Suspiró.

-No, solo imagine que tuviste algo que ver...

-Es lo mismo -Nos quedamos en silencio en uno realmente incomodo, estaba molesta, porque no entiende que yo solo quería su atención...

-Lamento que no pueda olvidar tu año de burlas hacia mi, que tu manera rara de llamar mi atención haga que mi mente te siga involucrando en ello -Suspiré.

-¿Porque me aceptaste entonces? -Solté con desánimo -Apesar de que he tratado de demostrar mis palabras, me sigues odiando.

-No voy a seguir con esto -Se quejo -Simplemente sigo pensando que puedes tener algo que ver.

-¿Entonces porque sigues conmigo?, ¿Qué haces aquí?, Si ya has probado tu punto porque coño querer arreglar las cosas conmigo -Ha éste punto de la conversación me sentí destrozada, me di cuenta de que mi esfuerzo estaba siendo en vano.

En silencio llegamos a casa, al bajarme le devolví el ramo de rosas, por mucho que intente hacer este último mes todo había sido en vano, era verdad que no podía culparla, pero ella me sigue odiando, no sabía qué hacer si debía de rendirme y alejarme o ver de qué manera demostrarle lo contrario, sigue creyendo que me sigo burlando de ella que quiero jugarle una broma pesada, no confía en mí y no se cómo hacer que lo haga, el resto de la tarde no me moví del sillón de la mini biblioteca de la casa, mi mente no dejaba de pensar en lo ocurrido, me detesto, como en un momento a otro pueden mezclarse varios sentimientos y pensamientos, supongo que ha eso se le llama estar enamorada. ¿Porque estar conmigo si no confía en mí?

Luego de cenar, me dirigí hacia la habitación con disposición a dormir, vi las rosas puestas en un jarrón en el buró, ignore eso y fui directamente acostarme, el término mierda también va de la mano con el amor, al sentirse enamorada pasas a sentirte una mierda.

¿Odiarla o amarla?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora