Capítulo 26

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-Me tenías preocupada... -Fruncí el ceño apartando la de mi, me observó confundida.

-No tenías porque -Corté molesta, alejándome de ella.

-Joder Verónica, como pudiste irte así, sin decirme que saldrías, me e vuelto loca pensando en donde pudieras estar, me tenías preocupada.

-No me importa, no tengo porque darte explicaciones de nada no eres nadie para pedirme las, lleva tu falsa preocupación a otro lado -Solté molesta.

-¿No te importa?, ¿Falsa preocupación?, ¿Me estas jodiendo?, Llame a la policía y tenía que esperar un día para reportar a una persona desaparecida, por qué al parecer no soy lo suficientemente importante para saber dónde te encuentras.

-Estás loca -¿Llamó a la policía? -No me vengas con eso, llevas toda la semana ignorando me, que esperabas, te hice una pregunta y simplemente decidiste ignorarme, haciéndome notar lo poco que te importa como me sienta.

-¿Fingir? Tu me importas -Dijo en un tono ofendido -No sabia como decirlo -Suspiro cruzándose de brazos -Todo este drama es porque no te dije que me gustas -Me encogí de hombros, lo hacía escuchar como algo sin importancia.

-Si, veo que para ti no es importante explicarle a la persona que está contigo él porque estas con ella, la persona a la cual haces culpable de todo lo malo que te pasa -Corte, esta conversación no estaba llegando a nada -Aparte de ignorarla como si no existiera.

-Lo siento -Dijo ahora acercándose a mi, ignore su gesto de tristeza, es una idiota -De verdad lo lamento no sabia que te había hecho sentir así -Gire mis ojos, qué raro pensé con mi tono sarcástico -Creí que estabas enfadada y no tenía ni idea de que hacer, rechazas te mis rosas -Quizá no debí hacerlo -Entonces me aleje, no te dije en el momento que... que me gustas porque no tuve el valor para decirlo, cojo el valor y desapareces -Reprocho.

-En verdad te gusto.

-Claro que me gustas, de otra forma no habría aceptado el que lo intentaríamos, lamento dudar de ti con respecto a la perra a veces olvido porque ella me odia o lo que sea que tenga contra mi, perdón -Y ahí estaba, ese tono dulce y arrepentido que me causa querer comerla a besos -En Realidad me gustas y mucho.

-Esta bien -Dije simplemente, sin decirle que estoy loca por ella, quería terminar de discutir, suspire -Lamento haberme ido así, fue una pésima semana y quise salir a distraerme -Me observó interrogante como queriendo indagar pero sin tener el valor de preguntarme -Me fui de fiesta -Hizo una mueca de disgusto -Con Alejandra -Frunció el ceño ahora molesta, pero no dijo nada solo asintió queriendo estar de acuerdo más bien aparentando -Bebí mucho -Continúe -Alejandra solo fue transporte, al parecer mi hermana y yo coincidimos en la fiesta, termine en su apartamento, vi tus 500 llamadas perdidas.

-Me preocupe mucho, pensé que algo malo te había pasado, entiendo que no quisieras responderlas.

-Lo lamento -Dije sin más.

-Ahora si puedo abrazarte - Preguntó con algo de pena, sonreí, porque tiene que ser rematada-mente adorable, asentí, segundos después fui arropada por sus brazos sintiendo el calor que emana su cuerpo, ¡OMG! Kendall es un horno, aun así no importaba, nos quedamos así varios minutos. Estar enamorada es: sentir la plena tranquilidad y protección en sus brazos, derretir me con sus gestos, con el tono de su voz y por supuesto que me vuelva loca -Mis padres volverán mañana por la noche -Dijo en voz baja y esas eran grandes noticias, era la oportunidad para estar completamente solas -Por si saldrás... u algo -Salí de mi escondite en su pecho, para verle a los ojos y negué.

-La próxima vez que salga iras conmigo.

Luego de eso fuimos a la habitación, quería cambiarme por algo más cómodo, al salir del baño Kendall se había acomodado en su cama, en realidad no se miraba que haya dormido anoche, creo que se quedó esperándome, sus ojos estaban cansados, me acerque a recostarme a su lado, sonreí cuando pasó su brazo por mi abdomen y su rostro quedó sobre mi pecho, nos hice un par de fotos mientras ella se había quedado dormida.

¿Odiarla o amarla?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora