Capítulo 4

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-¿Todo listo? -Nos pregunto mi padre, asentimos -Bien, suban -Subimos a la camioneta, lo malo de este viaje es ir junto a ella todo el camino.

Durante el camino mi padre le contaba a Verónica algunas anécdotas de nosotros, le relataba cosas que yo hice en mi infancia, al parecer soy un buen tema de conversación, ella me mira constantemente y se reía de mí.

-Puedes dejar de contar mi vida -Dije cansada de escucharlo.

-No, es tu culpa por hacer travesuras -Gire mis ojos, así continuaron las dos horas de viaje, dejé de escuchar las narraciones de papá al bajarnos en una gasolinera -Deja de ser tan amargada -Dijo mientras entrábamos a la tienda por bocadillos, suspiré.

-Lo siento, solo no me agrada que le cuentes a ella mi infancia -Me abrazó de lado.

-Solo son cosas buenas que demuestran la maravillosa y especial chica que eres -Sonreí de lado -Además eras adorable.

-¿Era?. 

-Eras -Reí por lo bajo.

Al llegar al lago me sentí mejor, amo este lugar, una cabaña en medio del bosque, lejos de toda comunicación con la ciudad excepto con la cabaña del guardabosques mi padre tenía un transmisor conectado con él , una cabaña llena de comodidades, tres habitaciones, cuatro baños, un mini bar, chimenea en la estancia, una cocina lo suficientemente equipada como para preparar comida de alta clase, y lo mejor de todo el lado queda justo enfrente.     

-Suban a dejar sus cosas, que me ayudarán con los preparativos para la parrillada -Bufé -Sin rechistar -Me señalo mi madre.

Luego de obedecer sus órdenes, baje a ayudar a papá, cocinar no es de mi agrado, pero tengo que hacerlo obligatoriamente, luego de un rato la comida estuvo lista, nos quedamos almorzando al aire libre.

-Kendall, deberías de darle un paseo a Verónica por el lugar -Fruncí el ceño, negué.

-No soy guía turística, si quiere pasear que lo haga sola -Dije con indiferencia, ambos me miraron molestos.

-No se preocupe, no la necesito -Dijo mirándome con el ceño fruncido.

Cuando el almuerzo termino, me recosté en un árbol cerca del lago con uno de mis libros, ya que no tengo mi móvil para escuchar música, momentos después el sueño comenzó a vencerme quedando así dormida.

.

Sentí mi cuerpo temblar desenfrenadamente -Kendall -Me llamaba una voz masculina en total desesperación -Kendall -Fruncí el ceño al darme cuenta que es mi padre moviéndome de los hombros -Kendall despierta -Abrí lentamente mis ojos, todo estaba oscuro, ya había anochecido -Kendall, Verónica se ha extraviado -Le mire confundida.

-Y porque me despiertas -Me queje -No me interesa saberlo.

-No te despierto para informarte, quiero que me ayudes a buscarla -Negué.

-Dijo que no me necesitaba, ya aparecerá.

-Tomas una linterna y me ayudas a buscarla -Dijo de manera firme y molesta, gire mis ojos, me levanté de golpe entrado a la cabaña por mi chaqueta -Kendall no escuchaste lo que te dije -Entro mi padre casi gritando, baje con el ceño fruncido.

-Quieres dejar de gritar, solo iba por mi chaqueta -Le quite la lámpara.

-Tu ve por el lado del lago y yo por el contrario -Asentí molesta, a veces no era bueno conocer a la perfección este lugar, quizás tengo dibujado en mi rostro las palabras "Guardabosques" o "Guía turística" y no me he dado cuenta de ello.

Me adentre a uno de los caminos ya recorridos, a la mayoría de personas un bosque de noche es quizás un tipo de película de terror pero para mí no, de hecho me gusta más que de día, camine durante unos 20 minutos hacía mi lugar secreto como lo había bautizado, alumbraba por todos lados hasta escuchar un sollozo cerca de mí, fruncí el ceño siguiendo el sollozo, debe de ser ella o un espíritu, y ahí estaba la alumbre con la lámpara llamando su atención, se levantó de golpe.

¿Odiarla o amarla?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora