Capítulo 28

1.9K 112 5
                                    

Termine de meter mis cosas a mi mochila de forma ordenada, a comparación de cierta persona que metía de golpe sus cosas en el bolso, gire mis ojos, desordenada, me mordí levemente el labio inferior al verle con el uniforme de animadora, más cuando se inclinaba a recoger algo, desvíe mi mirada, no era bueno llevar esos pensamientos al partido, hoy es mi primer partido, comenzaban los torneos para el campeonato estatal, estoy emocionada.

-Nerviosa -Verónica estaba de pie frente a mí quedándose en medio de mis piernas, no sabía exactamente donde debía ver.

-No -Dije en voz baja -Estoy bien -Sonrió. 

-Que se siente tener tu animadora personal -Me pone, ella tenía esa sonrisa un tanto pícara, mientras yo era hipnotizada por su sonrisa, su pechos... su trasero... su cintura...

-Me pone -MIERDA, cubrió su boca comenzando a reír muy fuerte, voltee a ver a otra parte, siempre me pongo en vergüenza con esto -Es decir... -Trate de excusarme -Mierda... -Dije en voz baja, tomo mi rostro entre sus manos para luego besarme de esa forma tan dulce y delicada, mientras yo quería tomarla y arrancarle el uniforme, sueno como una desesperada.

-Niñas bajen -Escuchamos el grito de mi padre -Es hora de irnos.

-Ya vamos -Respondió ella, dejo otro beso en mis labios -Tu también me pones con ese uniforme -Me guiñó un ojo para luego tomar su bolso y salir, dejándome ahí entre excitada y asombrada con la boca entreabierta.

Al llegar, la entrenadora me envió a calentar, no hablaba mucho con mis compañeras, era extraño, ellas me miraban así como alguien rara y estaba segura que era por la estúpida Alejandra y sus rumores también estúpidos, trataba de concentrarme lo más que podía pero ahí estaba Verónica frente a mi moviendo el trasero con todas las demás porristas.

-TURQUÍA, CONCÉNTRATE -Reprendió mi entrenadora, al parecer las demás se dieron cuenta, comenzaron a reírse de mi, tonta Verónica y su voluminoso trasero.

Cuando el partido comenzó trate de no verle a pesar de escuchar los gritos. Me habían dado el puesto de la escolta en el equipo, la verdad que era muy diferente verlo a vivirlo, me comenzaba a molestar que todos mis intentos de encestar eran bloqueados y la forma tan descarada de como me robaban el balón, suspire. El marcador no, nos estaba favoreciendo en nada la otra escuela nos estaba dando una buena paliza, mi equipo comenzaba a desesperarme, parecía que se esforzaban por ignorarme lo cual me estaba enfadando y no solo a mi, también a la entrenadora, por más que pedía pases o jugadas con mi participación nadie pareció escucharlas. La multitud que nos había venido a apoyar entre ellas mis padres, si también me sorprendió ver a mi madre ahí, comenzó a abuchearnos en descontento.

Al terminar el partido el marcador quedó 6-17, todas se miraban furiosas mientras yo quería matarlas, se que detrás de esto esta la perra de Alejandra y la entrenadora comenzó a gritar.

-QUÉ ES LO QUE SUCEDE CON USTEDES, SE DAN CUENTA QUE LA ESPERANZA DE GANAR ERA ELLA -Todas se miraban entre sí, sin saber que decir -TODO LO QUE HEMOS ENTRENADO, TODO, LO TIRARON A LA BORDA, QUÉ COJONES LES PASA, QUE TIENEN CONTRA TURQUÍA.

-Nada... es solo que...

-QUE, ES POR ESOS ESTÚPIDOS RUMORES -Dio en el clavo -POR SUS ESTUPIDECES PERDIMOS, SI VAN A SEGUIR CON ESO BUSQUEN OTRO EQUIPO -Lanzó una patada derribando el galón de agua, suspiré molesta -ESTÚPIDAS ADOLESCENTES Y SUS ESTÚPIDOS CONFLICTOS -Murmuró acercándose al otro entrenador.

-Malditas... -Murmure saliendo de la cancha hacia los vestidores, tome mi mochila colocándola de golpe sobre una banca, suelo desquitarme con mis cosas, poco a poco comenzaron a entrar todas, me sentí observada al instante de la forma más incómoda posible, cosa que no iba a demostrar, solo la ira que quiero descargar sobre ellas -Que coño me ven -Todas me observaron asustadas, coloque mi mochila en mi hombro para luego salir de ahí golpeando con ella todo a mi paso, ni siquiera me duche. Esperé con impaciencia que papá llegara y tal vez Verónica si es que no se fue a burlarse con esas estúpidas porristas, largos minutos después aparecieron, mi ceño fruncido se relajo un poco al ver la expresión preocupada de Verónica, les dirigí una mirada rápida a todos al subir al auto luego de que papá quitara el seguro.

¿Odiarla o amarla?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora