"La amistad es un alma que habita en dos cuerpos, un corazón que habita en dos almas.”
— Aristóteles
Reímos sin parar durante minutos, Daniel lograba estar conmigo con ayuda de sus compañeros que lo cubrían, si su jefe se enteraba de que no estaba trabajando de seguro lo corría.
Hablamos poco, pero para mi parecieron horas, siglos, años con todo lo que nos contamos, había estado incompleta, me faltaba mi tercera mitad y ya otra vez la tenía, desde que me separé de Daniel había sentido ese vacío en mi, pero ahora él lo rellenaba nuevamente, no sabía cuanta falta me hacía hasta ahora, extrañaba todo de él, su compañía, su capacidad de escucha, su manera de protegerme, su carisma, se que tengo a Valentina, y se que puedo contarle todo, pero nada como un mejor amigo, él siempre ocupaba un lugar importante para mi, habían cosas que simplemente no podían ser contadas a todo el mundo y Daniel era la única persona que sabía que a los doce años sufrí un ataque psicótico en donde quise suicidarme, veiamos películas en la sala cuando todo comenzó, no sabría decir cómo o por qué, sólo pasó, incluso los doctores nunca entendieron ni nos pudieron decir que fue lo que desencadenó tal cosa, pero a lo que voy es que él estuvo para mi y no se separó ni un segundo incluso cuando le dije cosas terribles dentro del ataque que tenía, él continuó a mi lado sin importarle todo lo que me dije, el sabía que nada de eso era cierto igualmente, sólo quería herirlo y que se alejara para poder seguir con mi idea de suicidarme, pero él nunca me dejó sola y tristemente hasta ahora me daba cuenta de que fui una amiga de mierda aquel día cuando no quise escucharlo, ni siquiera le di la oportunidad y me odiaba por eso.
Pare de reír por unos segundos. — Daniel, hay algo que debes saber. — Miré su rostro, se encontraba calmado, como si supiera lo que iba a decirle. — No pasé por aquí de casualidad, Valentina te vio hoy y me fue con la noticia. — Daniel me miraba atento.
— ¿Y qué te hizo querer verme? — Preguntó.
— Te extraño. — Confesé. — Todos estos años hay algo que me ha estado carcomiendo por dentro y no me deja tranquila. — Sus ojos se iluminaron y me indicó que continuara. — Sólo quería decirte que te perdono, debiste tener tus razones para no decirme lo que pasaba en ese momento, fui una tonta, debí escucharte y no lo hice, ahora que ya ha pasado tanto tiempo, sé que puede que sea tarde, pero.. — Hice una pausa para pasar saliva. — Estaba cegada por el dolor y me dejé llevar por la ira. — Senti mis ojos humedecerse un poco. — Quería que lo supieras.
Daniel me miró apaciguado, inclinó sus brazos sobre la mesa apoyándose en ella, abrió sus palmas mirando hacía arriba en señal de que pusiera mis manos sobre las de él, suspiró apretando mis manos que ahora estaban sobre las suyas. — Entiendo que no me perdonaras en su momento. — Sonrió sereno. — No te dije nada en su momento porque Lucas me tenía chantajeado ¿Recuerdas? — Asentí con la cabeza. — Nunca tuve la oportunidad de decirte las cosas como eran. — Sentía su mirada sincera. — En ese momento me avergonzaba que todos supieran la verdad de mi, pero ahora lo he superado. — Sonrió aún apretando mis manos en las suyas.
— Daniel, tienes que ponerte a trabajar, ya no puedo cubrirte por más tiempo. — La voz de un castaño que se acercó de improvisto nos sacó de nuestra conversación y nos hizo mirarlo.
— Enseguida voy. — Contestó Daniel al girar su cabeza y mirarlo.
El chico se fue apresurado. Daniel se levantó sin soltar mis manos quedando de pie a mi lado haciéndome girar para mirarlo de frente y se agachó de cuclillas. — Salgamos mañana por la noche, quiero mostrarte un lugar, allí entenderás todo. — Lo miré confundida, pero la intriga divagaba por mi cuerpo. — Invita a Valentina, ten mi número. — Soltó mis manos y tomó una servilleta del portador que estaba sobre la mesa y anotó su número de celular. — Ten, escríbeme y te enviaré la dirección. — Tomé la servilleta confundida, asentí con un okey y enseguida se levantó.
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Cuando los Caminos se Juntan. © (Segundo libro)
Romance(COMPLETA) Parte final de "Cuando menos te lo esperas". Nunca te rindas, a veces la ultima llave es la que abre la puerta, pero tienes que asegurarte de escoger la puerta correcta, una te puede llevar a la vida, la otra te puede llevar a la muerte...