Capítulo 17 - Su verdadero yo.

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En el pasado he tenido problemas. Pero mis sentimientos no van a ser reprimidos. Debes permitir que te diga la pasión con la que te admiro y te quiero.

— Jane Austen.

Ya nos encontrábamos camino a la ubicación que me había mandado Daniel, tomé el auto de Alex, que en realidad es de ambos, sólo que él lo usa más que yo.

— Sabes que me debes una conversación con respecto a Lucas. — Habló de la nada sacándome de mis pensamientos mientras conducía.

A medida que transcurría el tiempo el cielo se tornaba más negro y tétrico, obscureciendo todo aún más a su paso, si no fuera por las luces de las casas, locales y de la carretera todo quedaría en completo ofuscamiento. La dirección a la que nos dirigíamos no era tan alejada de la ciudad, incluso me atrevería a decir que es muy cerca al club de Lucas, sólo espero no sea el mismo lugar al que vamos. Miré a Valentina de reojo para no perder la vista de la autopista.

Tense mis labios que estaban pintados de un color vino y chasquee enseguida. Era mejor salir de esto de una buena vez, Val podía ser un verdadero dolor de cabeza cuando se enfrascaba en un tema.

— Lucas ha cambiado mucho, Val. — Miraba fijamente el camino.

— Es evidente. — Se acomodó en su asiento girándose un poco hacía mi. — ¿Crees qué en algún momento sepa quién es? — Sabía que se refería a mi hermano, era muy probable que él reconociera a Lucas en cualquier momento, y cuando ese día llegara no sabría que hacer.

— No creo que lo reconozca por su físico. — La miré unos segundos y volví la vista al camino. — Por sus actitudes. — Hice una pausa mientras pensaba en la bipolaridad de Lucas. — Tengo mis dudas, pero es seguro que si llega a escuchar su nombre sabrá inmediatamente que es él.

Sentí como Valentina respingo en su asiento. — ¡Claro! En el club nunca nadie lo nombró. — Sonrió victoriosa como si hubiera resuelto algún caso de homicidio.

— Y Alex sabe su nombre, tengo miedo de que en algún momento lo mencione, todo se iría a la mierda.

Sabía que apenas supiera que Lucas estaba en la ciudad y estuvo cerca de nuestros alrededores iría a buscarlo para matarlo si era necesario.

— ¿Nunca le contaste, cierto? — Me miró con consuelo.

Me mantuve callada unos segundos mirando la vía. — No, conocí a Alex en mi primer año recién llegada aquí. — El GPS habló indicándome que cruzara a la derecha, crucé y continué. — Ya habían pasado meses desde lo que pasó y para cuando estábamos en una relación no lo vi necesario. — Comenzamos a ver un montón de clubes por la zona, era algo increíble, toda la calle estaba llena, un club seguido de otro, de otro y de otro, eran llamativos debido a que cada uno de ellos en sus fachadas tenían luces led que llamaban la atención de cualquiera que transitara por aquí, el GPS indicó que habíamos llegado a nuestro destino, me estacione un poco más adelante del club que nos había señalado ya que la acera se encontraba repleta de autos, no sé como logré estacionarme entre dos autos que dejaban un espacio no tan cómodo, pero saqué mis dotes de tanto ver Rápido y furioso y me acomode a la perfección, Valentina y yo nos miramos anonadadas, asustadas y a la vez intrigadas al apreciar mejor el lugar en donde estábamos.

— Creo que fue lo mejor, ya había pasado tiempo de eso, además no tenía sentido revivir el dolor, aunque bueno, las cosas cambian ahora que el karma tuyo decidió reaparecer en tu vida. — Torció los ojos riéndo. — Deberías decirle y así evitar lo que pueda pasar a futuro. — Me observó preocupada.

— No voy a contarle nada, eso sólo abriría una grieta entre nosotros, además no tengo pensando seguir viendo a Lucas ni mucho menos seguir sus estúpidos juegos, me he decidido a alejarme de él, esto no puede pasar a más. — La mire seria y segura de lo que decía.

Cuando los Caminos se Juntan. © (Segundo libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora