— Alex Harris —
Estaba trabajando, decidí que para la tarde estaría desocupado para poder ir a visitar a Ángela, así estaba haciendo todos los días en espera de que despertara, siempre llevaba un mp3 con nuestras canciones favoritas, aunque supiera que ella a lo mejor no me escuchaba, aún así las reproducía y las cantaba junto a ella, la extrañaba tanto, perdido en mis pensamientos recibí una llamada que me hizo regresar a la realidad, tomé mi celular, el nombre de Cuñadito se alumbró en la pantalla y contesté.
— ¿Pasó algo? — Fue lo primero que dije al contestar. — ¿Ella está bien? — Me levanté de la silla.
— Tranquilo. —Lo escuché suspirar al otro lado de la línea. — Despertó. — Una emoción recorrió mi cuerpo, una corriente de electricidad se esparció dentro de mi rápidamente.
— ¡Salgo para allá enseguida! — Estaba tan contento por esa noticia.
— Alex, espera. — Escuché a lo lejos, ya había separado el celular de mi oreja y colgué enseguida, lo que fuera a decirme que lo hiciera cuando llegara al hospital.
Salí de la empreza y tomé un taxi.
— ¿Puedo verla? — Pregunté después de saludar a Sebastián y a los demás.
— Está descansando. — Comentó. — Alex... — Noté que sus rostros mostraban intraquilidad y pesadumbre.
— ¿Pasó algo malo? — Lo observé siderante, ellos terminaban sus cafés y un bagel.
El silencio incómodo y las miradas me hicieron reaccionar. — Es su memoria ¿Cierto? — Mis ojos se humedecieron, unas lágrimas amenzaban por salir. — No me recuerda. — Afirme alicaído.
Sebas me miró cabizbajo, Val y Daniel me miraron abatidos. — Lo siento.
Una lágrima corrió por mi mejilla. — ¿Saben si la recuperará?
— Su último recuerdo es de hace cuatro años, de resto, nada, vacío, el doctor nos informó que hay un cincuenta porciento de probabilidad de que logré recuperar la parte faltante, el otro cincuenta es que no lo es, sólo nos queda tener paciencia. — Sebas posó su mano en mi hombro, dio unas palmadas y luego me abrazó.
— Me iré a casa a ducharme. — La voz de Valentina nos separó para mirarla, Sebastián caminó a la papelera y botó los residuos que tenía en sus manos.
— Me iré contigo, tengo que ir a trabajar, sólo pedí permiso unas horas, pero volveremos por la noche. — Daniel miró a Valentina quien asintió en aceptación. Sebas y yo estuvimos de acuerdo y ellos se marcharon.
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Cuando los Caminos se Juntan. © (Segundo libro)
Romance(COMPLETA) Parte final de "Cuando menos te lo esperas". Nunca te rindas, a veces la ultima llave es la que abre la puerta, pero tienes que asegurarte de escoger la puerta correcta, una te puede llevar a la vida, la otra te puede llevar a la muerte...