Capitulo 10 - Resaca.

18 4 0
                                    

Tú tienes el control sobre tus emociones, no lo pierdas. No se trata de no demostrar tu molestia, sino de hacerlo mesuradamente, sin después arrepentirte de una acción cometida en un momento de descontrol.

Napoleon Hill.

— ¿An? — Escuché la voz de alguién frente a mi.

Miré al frente exaltada del susto y regresé a la realidad.

— ¡Val, hey! — Sonreí y luego aclaré mi garganta y di un paso al frente para separarme de Lucas. 

Ella nos miraba confundida y podía notar también su molesta por la situación en la que nos encontró.

— ¿Vienes? — Me miró y luego fulminó a Lucas con la mirada quién sólo reaccionó retrocediendo con las manos en el aire y sonriendo absorto.

— Sí, de hecho ya iba para allá. — Me defendí. — Me posicione junto a Valentina y voltee a mirar a Lucas. — Gracias. — Sonreí medianamente.

Él sólo me contestó con un guiño de ojo y de inmediato salí del baño con Valentina a la mesa con los demás.

— ¿Qué mierda, An? — Regañó y nos detuvimos antes de llegar a la mesa con los chicos.

— El maldito club es de Lucas. — La miré. — Y antes de que te hagas ideas no, no lo sabía. — Bufe cansada. —  Ahora me lo encuentro en todos lados, es como su fuera un maldito karma que tengo que pagar, comenzaré a creer que me persigue para hacerme sufrir. — Dejé caer un poco mis hombros. — De todos los estupidos clubes de esta ciudad teníamos que venir al suyo. — Rodé los ojos y me cruce de brazos. 

— Tranquila. — Puso sus manos en mis hombros. — ¿Pero lo qué no entiendo es que hacía en el baño de damas y por que le agradeciste? — Bajó las manos y me imitó cruzandose de brazos. 

— Un imbécil me quiso violar en el baño, pero Lucas llegó a tiempo gracias a las cámaras de seguridad afuera del baño, lo golpeó y lo hecho del lugar.

— ¡Bastardo! Lo vi salir hace rato furioso y golpeado, ahora entiendo. — Frunció su seño en manera de molestia. — Tuvo suerte de que no supiera nada porque también se hubiera llevado unos golpes de mi parte. 

Iba a contestarle, pero Alex se acercó a nosotras.

— Aquí están. — Sonriente me miró y puso una de sus manos en mi hombro. — ¿Por qué tardaste tanto, Ángel? ¿Te sientes bien? — Habló calmado, pero con tono preocupado, Alex era como mi niñera en las fiestas, él podía tener todos los tragos del mundo encima y aún así permanecía sobrio y sereno.

Valentina y yo nos miramos al tiempo. — Estoy bien. — Sonreí. — Después de hacer pis me quedé hablando con unas chicas en el baño, lo siento. — Mentí intentando mantener la calma y mi mejor amiga me miró fulminante disimulando con una sonrisa.

Alex sonrió pacífico, me tomó de la mano y me dio un suave beso. — ¿Les parece si ya nos vamos? Anto tiene que descansar, bueno, todos. — Insertó una risita divertida. 

— ¡Sí! — Exclamé rápidamente al ver pasar a Lucas a lo lejos, nuevamente concentré mi mirada en Alex y sonreí discreta. — Es mejor que nos vayamos. — Miré de nuevo a Lucas quien me observaba desde la barra ensimismado con un vaso lleno de licor en la mano. Mi sonrisa se desvaneció.

— Si, es mejor que nos vayamos, presiento que las cosas aquí se pueden poner un poco intensas. — Murmuró mi mejor amiga al notar que no estaba concentrada en la conversación. Había captado la indirecta perfectamente.

Cuando los Caminos se Juntan. © (Segundo libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora