Todo empezó cuando...

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~Seis años atrás~

—¡Mira ése de ahí! ¿A qué no te lo tiras!

—¡A qué sí lo hago!

Jiang Cheng se levantó tambaleándose un poco sobre sus pies y caminó con dirección al chico pelinegro que acababa de entrar al bar.

—Hola —le dijo cuando estuvo frente a él —¿Vienes solo?

Él otro no respondió y sólo frunció los labios, provocando que Jiang Cheng soltara una risa ligera y después su sonrisa encantadora.

—Me llamo Jiang Cheng—extendió su mano a forma de saludo, sin en cambio no fue correspondida.

—Lan Huan —dice con frialdad.

—Lan Huan...Lan Huan... Bonito nombre —ideal para nombrarlo entre gemidos piensa sonriendo para sí mismo. —Eh, que estoy con unos colegas de clases, ¿Te gustaría unirte a nosotros?

—Estoy esperando a alguien.

—Vamos, sólo será una copa.

Al principio, Lan Huan se resistió un poco, hasta que la sonrisa encantadora de aquel desconocido lo hizo aceptar, después de todo, su mal humor estaba bajando gracias él.

Jiang Cheng regresó a la mesa donde antes habían dejado sólo dos compañeros, y que ahora estaban acompañados de dos chicas.

—Ey, les presento a mi nuevo amigo, Lan Huan —dice Jiang Cheng arrastrando un poco las palabras.

—Bienvenido, a tu salud —dice el más cercano al Lan.

—A tu salud —repiten Jiang Cheng y el resto de integrantes.

Lan Huan no dice nada, en realidad, no le apetece hablar con nadie. Sólo se limita a alzar un caballito y beber de un trago.

—¡Eso! —grita Jiang Cheng —¡Otra! ¡Anda otra!

Sin más, la acepta y vuelve a beber de un sólo trago y pidiendo esta vez un tercer trago. Jiang Cheng, animado al ver que su ligue comenzaba a caer, le da de beber directamente de la boca de la botella y después él hace lo mismo.

En poco tiempo, los seis integrantes de la mesa están gritando y haciendo brindis por cualquier cosa, riéndose y besándose con su respectiva pareja.

Jiang Cheng, quién aún tenía como objetivo llevarse al Lan a la cama, comenzó con besos ardientes, que seguido de eso, fueron caricias más provocativas.

—Vamos a tu casa —le susurró Jiang Cheng al oído de Lan Huan.

—Vivo en la residencia.

—Entonces a mi departamento.

Sin despedirse ni nada, la pareja salió del establecimiento con jadeos y una intensa necesidad de desnudarse ahí mismo.

—Señor Feng... Estoy saliendo ya —anuncia al teléfono y enseguida cuelga.

Mientras se sigue besando con Lan Huan afuera del local, un auto negro se detiene frente a ellos y Jiang Cheng abre la puerta para adentrarse. Lan Huan toma lugar enseguida de él y trata de contenerse en volver a besar a Cheng frente al chófer.

—Señor Feng a mi departamento —el hombre al volante condujo e ignoró lo que sea que sucedía en la parte trasera del auto.

A decir verdad, estaba un poco acostumbrado que su amo, el joven Jiang, estuviera con una pareja diferente cada que se reunía con sus amigos en el bar, lo único diferente en esa ocasión, era que nunca había visto que con ninguno fuera tan descarado como para irse desvistiendo tan pronto.

𝑻𝒓𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒔𝒂 (𝑿𝒊𝒄𝒉𝒆𝒏𝒈)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora