de protegerte.

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~Por Jiang Cheng~

—¿De qué hablas? —pregunté.

Su She no me respondió más que con su sonrisa pacífica. Esa que te decía que algo andaba mal.

—El próximo mes teníamos planeado un viaje a las Bahamas —habló finalmente.

—Pues cancélalo o ve con tu madre.

—No, cariño. De ningún modo. Irás conmigo y te portarás como mi pareja hasta entonces. Cuando regresemos del viaje, te dejaré libre.

Solté un bufido sarcástico.

—¿Y si me niego?

Su She miró el vaso de jugo frente a mí y dijo:

—Sé dónde vive Lan Xichen y el crío.

—No les harías nada.

Su She sonrió nuevamente.

—Como te decía, los boletos y el hospedaje están pagados. Salimos el dos de enero y regresamos una semana después. Hasta entonces, seguimos juntos.

Se levantó de la mesa sin apenas dejarme decir una sola palabra más.

¿A qué se refería? ¿A que me iba a tener a la fuerza?.

Salí del restaurante luego de pagar aquello que medio consumí. Llegué al consultorio del señor QingHeng y para mi mala suerte no estaba.

Había olvidado que él, junto con el señor Gu, se habían ido de vacaciones.

Entonces, mi segunda persona de confianza que me vino a la mente, fue Wangji. Le llamé y enseguida me contesto la llamada su prometido.

—ChengCheng, qué bueno que llamas. Justo Lan Zhan estaba hablando de ti. Queremos invitar al pequeño JingYi a la cena de navidad, ¿le puedes llamar?

—A-Xian, comunícame con Wangji, me urge.

—Vale, lo hago en un momento. Ahora se encuentra abriendo la puerta a Su She.

—¿Su She? ¿Está con vosotros?

—Sí, acaba de llegar. ¿Te vienes tú también?

Colgué antes de que A-Xian le dijera a los demás que hablaba conmigo. Mierda. Su She sabía que iría a contarle a Wangji lo que sucedía. Es como si me hubiese leído la mente antes de actuar siquiera.

Regresé a mi departamento y me dejé caer sobre la cama. No me iba a hacer ningún bien alterarme así. Mi bebé necesita que esté libre de estrés.

Me quedé dormido hasta  la mañana siguiente, cuando recibí de nuevo la llamada de Wei Wuxian para avisarme que se había encargado personalmente de llamar a Lan Xichen y a JingYi para invitarlos a su cena de navidad.

—A-Xian, ¿por qué lo has hecho?

—Vamos, ChengCheng, es para que el pequeño conviva más contigo.

—No quiero traerle cuando esté Su She.

—Pero Su She no vendrá mañana —dijo de pronto —¿No te lo ha dicho?

—¿Decirme qué? —escuché que Wuxian se quejaba por el alto volumen de la música.

Cuando apagó el sonido, regresó a la llamada.

—Ayer vino para pedirme disculpas porque no podrá estar presente aquí. Al parecer tuvo que ir a Shanghái o Beijing... no sé dónde, pero dijo que regresaría para el año nuevo.

Mi corazón latía. No sabía si creerle o no. Aunque, Wuxian nunca me mentiría, de eso estoy seguro.

—Venga, debería alegrarte, así puedes traer a Xichen...

𝑻𝒓𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒔𝒂 (𝑿𝒊𝒄𝒉𝒆𝒏𝒈)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora