𝑻𝒓𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒔𝒂 (𝑿𝒊𝒄𝒉𝒆𝒏𝒈)

Y cada paso que doy.

—Su llamada será dirigida al buzón. Dejé su mensaje después del tono...

Su She bloqueó la pantalla del móvil y lo sostuvo en sus manos por un rato más.

—Pasajeros con destino a Beijing, favor de abordar.

—Es hora, vamos.

—Jiang Cheng no ha llegado a casa.

Lan Wangji se detuvo y giró para mirar a la persona a su costado.

—Claro que no, tío. Tenía que ir con JingYi.

—Ya, pero pudo regresar a su departamento después de verle.

Wangji suspiró y miró el reloj.

—Allá son las tres de la mañana y hay un trayecto de dos horas entre Luoyang y Xuchang. Quizá se quedó en un motel.

—Ya, ¿Y por eso no coge el móvil tampoco?

—Venga tío, se debió haber muerto la batería del móvil. Su She, no me digas que tienes celos del chavalito.

Su She tomó el mando de la maleta y comenzó a caminar.

—No es el chaval quien me preocupa.

Wangji quiso hacerse de oídos sordos y siguió caminando hasta la zona de abordaje.

Después de cruzar y tomar sus asientos en primera clase, Wangji soltó algo que quería preguntarle al director de su empresa.

—¿A qué temes, Su She? Desde hace tiempo que A-Cheng quería buscarle, pero, ¿Por qué le detuviste?

El menor suspiró, sin responder.

—¿Te preocupa que regrese con Lan Xichen?

Su She siguió sin responder. Se limitaba a ver únicamente a través de la ventanilla.

—Ya. Con que es eso. Mira, para serte sincero, si Jiang Cheng le dejó fue por algo. Ese tío no era lo que A-Cheng buscaba...

—No, es que sí lo era —soltó un poco molesto Su She—el crío ese llegó a la vida de ChengCheng y está en ella aunque no estén juntos. Tienen un hijo y una historia que ni yo ni cualquier otra persona puede cambiar. Con ése tío estuvo a punto de casarse. ¿Sabes cuánto tiempo yo le rogué a Jiang Cheng en el pasado para salir con él? ¿Sabes cuánto tiempo le volví a rogar que me aceptara cuando vino a Xuchang? Ni siquiera quiere irse a vivir conmigo. Y no hablemos de formar una familia...Jiang Cheng evita que me corra dentro de él siempre que tenemos sexo y si llega a ocurrir un accidente, no tarda mucho en tomar pastillas de emergencia y nos mete en abstinencia durante semanas. No entiendo por qué con él si se dejó. Incluso...Estuvo a punto de tener otro hijo de él.

—Su She, sólo fue un embarazo psicológico. Al igual que tú problema. Lo tuyo es inseguridad. Necesitas confiar en Jiang Cheng.

—Confiar mis cojones.

Su She apretó los puños de forma discreta. Lan Wangji no lo entendía o no quería darle la razón.

—Algo me dice que pasó la noche con él.

Wangji se rio.

—Vamos tío. Jiang Cheng no lo haría —o eso quería pensar él —a parte... Él está contigo y Lan Xichen debe saberlo.

—Eso no me garantiza nada.

—¿Por eso habéis peleado anteayer? ¿Por qué iría a Luoyang?

Su She ya no quiso responder y se colocó los cascos, ignorando lo que fuera que su colega le estuviera diciendo.

Le quedaban algunas horas de viaje y sólo pedía para sus adentros que al pisar Beijing, Jiang Cheng respondiera el teléfono y le dijera estaba en su departamento, solo.