𝑻𝒓𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒔𝒂 (𝑿𝒊𝒄𝒉𝒆𝒏𝒈)

Y por eso tomé decisiones difíciles

Con la velocidad que cruza una estrella fugaz el espacio, pasó el tiempo.

A dos días de el tan esperado evento, Jiang Cheng y Xichen terminaban de hacer el amor por última vez como "solteros".

—Amor... —habló despacio Xichen —mis colegas de la uni quieren hacerme una despedida de soltero mañana, ¿Me dejas ir?

—¿Colegas?

—Sí. Unos compañeros de clases.

—No sabía que te llevabas con ellos después de la escuela.

—Sí, bueno, salgo muy poco con ellos, pero, ¿Entonces puedo?

—Sólo no te enrolles con nadie.

—¿Qué hay de ti? ¿Tus colegas no te harán nada?

Jiang Cheng se dio la vuelta en su lugar y le dio la espalda a Xichen.

—Sí, mencionaron algo —mintió —a ver qué se sucede el día de mañana.

Jiang Cheng se dejó envolver en los brazos de Xichen, ocultando el dolor de saber que sus colegas de clases ya ni siquiera le hablaban.

—A-Cheng... ¿Te enojaste? Si quieres... Puedo cancelarlo y la paso contigo.

—No, Huan-di, sal con ellos. Te veré hasta la boda.

Xichen, emocionado aún más, se abrazó de Wanyin.

—Gracias, bebé —le susurró y apretó sus labios contra el cuello —descansa.

Xichen se quedó dormido casi al instante, mientras que Jiang Cheng tardó otro poquito más en hacerlo.

En sus pensamientos, no dejaba de sentirse celoso de Xichen.

¿Cómo era que él, el Irresistible Wanyin, había terminado como ama de casa sin tener amigos con los que salir de cuando en vez?.

Quizás en ese momento no pudo llorar, pero al día siguiente sí lo hizo.

Por la tarde, llevó a JingYi a casa de su abuela Lan y le mintió a Xichen diciendo que saldría con sus amigos a un bar. Pero en realidad, regresó a su departamento, ahí donde su traje nupcial lo esperaba para ser usado al día siguiente.

Entonces, lloró.

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Después de esa noche, cuando menos se pudo dar cuenta, Jiang Cheng ya estaba listo para caminar al altar.

Su madre había llegado muy temprano por la mañana para ayudarlo, así como también, llevó al pequeño JingYi para que se transformara en el pequeño príncipe.

—Qué guapo te ves, hijo —le dijo a su espalda la señora Jiang.

—Gracias mamá.

—Te veo muy nervioso —ayudó a su hijo con el nudo de su corbata y después, lo tomó de los hombros y lo miró de pies a cabeza —no sabes lo contenta que estoy, amor. Mi único hijo, mi bebé, hoy se casa.

—Mamá, no es como si no me hubiera juntado con A-Huan desde antes —sonrió un poco Jiang Cheng y después, besó la frente de la señora Jiang con mucho amor —gracias mamá, por cuidar siempre de mí. Eres la mejor, madre de todas. Te amo.

Las lágrimas comenzaron a salir de los ojos de Jiang ZiYuan, quién miró a su hijo salir hacia la recamara de Lan JingYi.

—¡Api! —gritó el bebé cuando miró a su papá entrar y sacarlo de su cunero.